– ?Un cenicero? -pidio.
Ricky abrio un cajon del escritorio y saco el que guardaba alli.
Lo puso en el borde del escritorio. La joven apago el cigarrillo de inmediato.
– Listos -dijo-. Solo un ligero olor acre a humo para recordarnos esa epoca.
– ?Por que es importante recordar esa epoca? -pregunto Ricky tras un momento.
La joven entorno los ojos, echo la cabeza atras y solto una larga carcajada. Fue un sonido discordante, fuera de lugar, como una risotada en una iglesia o un clavicembalo en un aeropuerto. Cuando su risa se desvanecio, dirigio una mirada penetrante a Ricky.
– Es importante recordarlo todo. Todo lo de esta visita, Ricky.
?No es eso cierto para todos los pacientes? No sabes que diran o cuando diran lo que te abrira su mundo, ?verdad? De modo que tienes que estar alerta todo el rato. Porque nunca sabes con exactitud cuando podria abrirse la puerta que te revele los secretos ocultos. Asi que debes estar siempre preparado y receptivo. Atento. Siempre pendiente de la palabra o la historia que se escapa y te descubre muchas cosas, ?no? ?No es esta una buena evaluacion del proceso?
Ricky asintio.
– Muy bien -solto la joven con brusquedad-. ?Por que deberias pensar que esta visita es distinta de las demas? Aunque resulta evidente que lo es.
De nuevo el permanecio callado unos segundos, contemplando a la joven con la intencion de desconcertaria. Pero parecia extranamente fria y serena, y el silencio, que sabia que a menudo es el sonido mas inquietante de todos, no parecia afectaria. Por fin, hablo en voz baja.
– Estoy en desventaja. Parece saber mucho sobre mi y, como minimo, un poco de lo que pasa aqui, en esta consulta, y yo ni siquiera conozco su nombre. Me gustaria saber a que se refiere cuando dice que el senor Zimmerman ha terminado su tratamiento, porque el senor Zimmerman no me ha dicho nada. Y me gustaria saber cual es su conexion con el individuo al que usted llama senor R y que supongo es la misma persona que me mando la carta amenazadora firmada a nombre de Rumplestiltskin. Quiero que conteste a estas preguntas de inmediato. Si no, llamare a la policia.
La joven volvio a sonreir. Nada nerviosa.
– ?Vamos a lo practico?
– Respuestas -la urgio el.
– ?No es eso lo que buscamos todos, Ricky? ?Todos los que cruzan la puerta de esta consulta? ?Respuestas?
El alargo la mano hacia el telefono.
– ?No imaginas que, a su manera, e so es tambien lo que quiere el senor R? Respuestas a preguntas que lo han atormentado durante anos. Vamos, Ricky. ?No estas de acuerdo en que hasta la venganza mas terrible empieza con una simple pregunta?
Ricky penso que esa era una idea fascinante. Pero el interes de la observacion se vio superado por la creciente irritacion que le despertaba la actitud de la joven. Solo mostraba arrogancia y seguridad. Puso la mano en el auricular. No sabia que otra cosa hacer.
– Conteste mis preguntas enseguida, por favor -dijo-. De lo contrario llamare a la policia y dejare que ella se encargue de todo.
– ?No tienes espiritu deportivo, Ricky? ?No te interesa participar en el juego?
– No veo que clase de juego implica enviar pornografia asquerosa y amenazadora a una chica impresionable. Ni tampoco que tiene de juego pedirme que me suicide.
– Pero Ricky -sonrio la mujer-, ?no seria ese el mayor juego de todos? ?Superar a la muerte?
Eso detuvo la mano de Ricky, aun sobre el telefono. La joven le senalo la mano.
– Puedes ganar, Ricky. Pero no si descuelgas ese telefono y llamas a la policia. Entonces alguien, en algun sitio, perdera. La promesa esta hecha y te aseguro que se cumplira. El senor R es un hombre de palabra. Y cuando ese alguien pierda, tu tambien perderas. Estamos solo en el primer dia, Ricky. Rendirte ahora seria como aceptar la derrota antes del saque inicial. Antes de haber tenido tiempo de pasar siquiera del medio campo.
Ricky aparto la mano.
– ?Su nombre? -pregunto.
– Por hoy y con objeto del juego, llamame Virgil. Todo poeta necesita un guia.
– Virgil es nombre de hombre.
La mujer se encogio de hombros.
– Tengo una amiga que responde al nombre de Rikki. ?Tiene eso alguna importancia?
– No. ?Y su relacion con Rumplestiltskin?
– Es mi jefe. Es muy rico y puede contratar todo tipo de ayuda. Cualquier clase de ayuda que quiera. Para lograr cualquier medio y fin que prevea para cualquier plan que tenga en mente.
Ahora esta concentrado en ti.
– Asi pues, imagino que si es su jefe, usted tiene su nombre, una direccion, una identidad que podria darme y terminar con esta locura de una vez por todas.
– Lo siento pero no, Ricky -dijo Virgil sacudiendo la cabeza-.
El senor R no es tan ingenuo como para revelar su identidad a meros
No seria deportivo. Imagina que cuando el poeta y su guia vieron el cartel que ponia «Abandonad, los que aqui entrais, toda esperanza», Virgil se hubiera encogido de hombros y contestado: «?Joder! Nadie querria entrar ahi…». Eso habria arruinado el libro.
No puedes escribir una epopeya cuyo heroe se de la vuelta ante las puertas del infierno, ?no crees, Ricky? No. Tienes que cruzar esa entrada.
– Entonces ?por que ha venido?
– Ya te lo dije. Creyo que podias dudar sobre su sinceridad, aunque esa jovencita con el papa aburrido y previsible de Deerfield cuyas emociones adolescentes se alteraron con tanta facilidad deberia haberte bastado como mensaje. Pero las dudas siembran vacilacion y solo te quedan dos semanas para jugar, lo que es poco tiempo. De ahi que te haya enviado un guia de fiar para que arranques. Yo.
– Muy bien -dijo Ricky-. Usted insiste con lo de un juego. Pero no es ningun juego para el senor Zimmerman. Lleva poco menos de un ano de psicoanalisis, y su tratamiento esta en una fase importante. Usted y su jefe, el misterioso senor R, pueden joderme la vida si quieren. Eso es una cosa. Pero otra muy distinta es que involucren a mis pacientes. Eso supone cruzar un limite.
Virgil levanto una mano.
– Procura no sonar tan pomposo, Ricky -ronroneo.
El la miro con dureza. Pero ella hizo caso omiso y, con un ligero gesto de la mano, anadio:
– Zimmerman fue elegido para formar parte del juego.
Ricky debio de parecer asombrado, porque Virgil prosiguio.
– No demasiado contento al principio, segun me han dicho, pero con un extrano entusiasmo despues. Yo no participe en esa conversacion, de modo que no puedo darte detalles. Mi funcion era otra. Sin embargo, te dire quien intervino. Una mujer de mediana edad y algo desfavorecida llamada Lu Anne, un nombre bonito y, sin duda, inusual y poco adecuado dada su precaria situacion en este mundo. El caso, Ricky, es que cuando me vaya de aqui, te convendria hablar con Lu Anne. Quien sabe lo que podrias averiguar. Y estoy segura de que buscaras al senor Zimmerman para que te de una explicacion, pero tambien estoy segura de que no te sera facil encontrarlo. Como dije, el senor R es muy rico y esta acostumbrado a salirse con la suya.
Ricky iba a pedirle que se explicara, pero Virgil se levanto.
– ?Te importa si me quito la gabardina? -pregunto con voz ronca.
– Como quiera -dijo Ricky con un gesto amplio de la mano; un movimiento que significaba aceptacion.
Virgil sonrio de nuevo y se desabrocho despacio los botones delanteros y el cinturon. Despues, con un movimiento brusco, dejo caer la prenda al suelo.
No llevaba nada debajo.
Se puso una mano en la cadera y ladeo el cuerpo provocativamente en su direccion. Se volvio y le dio la espalda un momento, para girar de nuevo y mirarlo de frente. Ricky asimilo la totalidad de su figura con una sola mirada. Sus ojos actuaron como una camara fotografica para captar los senos, el sexo y las largas piernas, y