Hope se hallaba en el corto sendero de ladrillo rojo que conducia a la puerta principal de la casa cuando los faros del coche de Sally barrieron el cesped. Espero, un poco insegura de que hacer. Hubo una epoca en que habria retrocedido hasta el coche para darle un abrazo despues de un dia de trabajo, pero ahora no sabia siquiera si esperarla para entrar juntas. Contemplo el barrio oscuro y penso que las dos se habian acostumbrado a volver a casa cada vez mas tarde, tal vez para que la incomunicacion que las aquejaba durante la noche tuviera menos peso.
– Hola -dijo, mientras oia la puerta del coche cerrarse.
– Hola -respondio Sally.
– ?Un dia duro?
Sally recorrio lentamente el cesped hacia ella.
– Si -dijo-. Entremos y te lo cuento.
Hope asintio y encajo la llave en la cerradura.
El interior estaba oscuro y parecio que la noche las seguia al interior de la casa, como una corriente oscura y peligrosa. Hope se detuvo en el vestibulo y al instante supo que algo no iba bien. Tomo aire.
– ?
Sally encendio la lampara del techo.
– ?
– Oh, Dios mio…
Hope dejo caer la mochila al suelo y avanzo un
– ?
El perro estaba tendido en el suelo, inmovil.
Hope solto un desgarrador gemido y se precipito hacia el animal. Le palpo el cuerpo y luego acerco la cabeza al pecho, tratando de escuchar el corazon. Tras ella, Sally se quedo de pie en la puerta, petrificada.
– ?Esta…?
Hope dejo escapar otro gemido, los ojos ya anegados en lagrimas, pero al mismo tiempo alzo al perro en brazos. Se volvio hacia Sally y, sin hablar, las dos corrieron hacia el coche.
Sally condujo rapidamente, mas de lo que podia recordar, mientras se dirigian por la interestatal al hospital para animales de Springfield. Mientras iba sorteando coches, a mas de ciento cincuenta kilometros por hora, oyo a Hope decir quedamente:
– No importa, Sally. Puedes reducir la velocidad.
Solo tardaron unos minutos en recorrer los ultimos kilometros. Cuando se internaron en las hoscas calles de la ciudad, Sally aun no habia podido decir nada, pero oir los sollozos entrecortados de Hope en el asiento trasero era como ser apunalada.
Siguio los carteles indicadores y detuvo el coche con un chirriante frenazo delante de la entrada de Urgencias. Antes de que Hope hubiera transportado a
Para cuando Sally termino de aparcar el coche y entro, Hope ya estaba sentada en la sala de espera, la cabeza entre las manos. Apenas la miro cuando se sento a su lado.
– Hope, ?esta…? -empezo Sally, pero se detuvo.
– Esta muerto. Lo se. Estaba muy viejo… No deberiamos haber venido corriendo. Son cosas que pasan, ya sabes, te haces viejo y es lo que pasa.
Sally no respondio. Consulto su reloj y penso que el veterinario de guardia saldria enseguida para confirmar las palabras de Hope. Pero pasaron cinco minutos, luego diez. A los veinte, seguian esperando. A la media hora, salio un joven moreno y alto, vestido con una bata blanca sobre el uniforme verde del hospital. Miro a Hope.
– ?Si? -La voz de Hope temblo.
– Lo siento. Hemos hecho todo lo posible, pero ya estaba muerto cuando llegaron.
– Lo se -respondio Hope-. Pero tenia que intentarlo…
– No se podia hacer nada mas -dijo el veterinario.
– Si. Lo se
– Ya no era un perro joven -dijo el veterinario.
– Quince anos.
El asintio.
– ?Como lo encontraron? -pregunto.
– Cuando volvimos a casa estaba en la cocina, tumbado en el suelo…
– ?Quiere entrar para darle un ultimo adios? Hay algo que me gustaria mostrarle.
– De acuerdo -dijo Hope, sin poder contener las lagrimas-. Me gustaria verlo una vez mas.
Siguio al veterinario a traves de unas puertas oscilantes, Sally un par de pasos por detras.
La sala, iluminada por brillantes tubos fluorescentes, era como cualquier sala de urgencias, con monitores para las constantes vitales, aparatos diversos y muebles de instrumental. Sobre una mesa de metal que reflejaba implacablemente la luz estaba tendido
El veterinario guardo silencio un instante, dejando que Hope se despidiera del perro. Luego dijo:
– ?Habia algo extrano en la casa esta noche, cuando volvieron ustedes?
Hope se volvio.
– ?Algo extrano?
– ?Que quiere decir? -dijo Sally.
– ?Vieron indicios de que alguien hubiera entrado por la fuerza? -pregunto el veterinario.
Hope parecio confundida.
– Creo que no entiendo…
– Lamento parecer brusco, pero hemos encontrado ciertas cosas que dan para sospechar.
– ?A que se refiere? -pregunto Hope.
El veterinario extendio la mano y aparto el pelaje de la garganta de
– ?Ve las marcas rojas? Son magulladuras, probablemente de estrangulamiento. Y aqui, mire -Separo los labios de
Hope miro al veterinario, sin entender.
– Cuando lleguen a casa, revisen las puertas y ventanas en busca de indicios de allanamiento -aconsejo el, y sonrio sin alegria-. Esta claro que el pobre animal se enfrento a un intruso -anadio-. No puedo estar seguro sin una autopsia, pero me parece que
– ?Quien asesino a Murphy? -pregunte-. ?Crees que fue O'Connell?
Ella me miro con extraneza, como si la pregunta estuviera fuera de lugar. Estabamos en su casa, y mientras ella vacilaba me distraje y pasee la mirada por la habitacion. De pronto repare en que no habia ninguna fotografia.
Sonrio.
– Creo que deberias preguntarte si O'Connell necesitaba matar a Murphy. Puede que quisiera hacerlo. Tenia un arma y tenia un movil, si, pero ?necesitaba apretar el gatillo personalmente? ?No habia hecho ya suficiente enviando por correo informacion confidencial a diversas personas para conseguir precisamente ese fin? ?Acaso no podia confiar en que alguien, de esa lista de personas, reaccionaria de manera violenta contra Murphy? Ese era el