incomoda, o incluso amenazada, en una ciudad que aceptaba apaciblemente los mas diversos estilos de vida.

Habia veinte minutos de trayecto desde la ciudad hasta la casa de Catherine, entre colinas y prados, aislada de los vecinos. La anciana dejo que Ashley condujera, quejandose de que por la noche su vista ya no era la de antes, aunque la chica supuso que en realidad queria tomar en paz su cafe. A Ashley le gustaba oirla hablar: habia una ferrea determinacion en Catherine. No estaba dispuesta a permitir que las molestias y achaques de la edad limitaran su vida y sus costumbres.

Catherine senalo la carretera.

– Ten cuidado, no vayas a atropellar a un ciervo -dijo-. Es malo para ellos, malo para el coche y malo para nosotras.

Ashley redujo la velocidad y echo un vistazo por el retrovisor. Unos faros se acercaban velozmente.

– Parece que alguien tiene prisa -comento.

Piso ligeramente el freno para que el coche de detras viera las luces.

– ?Dios mio! -exclamo de pronto.

El coche se les habia pegado por detras y las seguia apenas a unos centimetros de distancia.

– ?Que demonios pretende? -grito Ashley-. ?Eh, atras!

– Tranquila -dijo Catherine, pero habia clavado las unas en el asiento.

– ?Guarda la distancia de seguridad, cretino! -grito Ashley cuando el coche de atras encendio las luces largas, inundando el interior del vehiculo-. Maldita sea, ?que cabron!

No podia ver al conductor del otro coche, ni distinguir la marca ni el modelo. Aferro con fuerza el volante mientras avanzaban por la solitaria carretera comarcal.

– Dejalo pasar -sugirio Catherine con la mayor calma posible. Se volvio para mirar atras, pero la cegaban los faros, y el cinturon de seguridad dificultaba sus movimientos-. Hazte a un lado en el primer sitio que veas. La carretera se ensancha ahi delante…

Intentaba aparentar calma mientras su cabeza calculaba rapidamente. Catherine conocia bien las carreteras de su comunidad y queria anticipar cuanto espacio tendrian para abrirse.

Ashley quiso acelerar para ganar algo de separacion, pero la carretera era demasiado estrecha y serpenteante. El coche de atras no se despego ni un centimetro. Ashley empezo a aminorar.

– ?Menudo imbecil! -volvio a gritar.

– No pares -dijo Catherine-. Hagas lo que hagas, no pares. ?Hijo de puta! -le grito al de atras, medio volviendose.

– ?Y si nos embiste? -se asusto Ashley.

– Aminora lo suficiente para que nos pase. Si nos golpea, aguanta. La carretera se bifurca a la derecha dentro de un kilometro y medio. Por alli podremos volver a la ciudad e ir a la policia.

Ashley asintio.

Catherine no menciono que la cercana Brattleboro tenia policia local, ambulancia y bomberos solo hasta las diez de la noche. Pasada esa hora habia que llamar a la policia estatal o a emergencias. Quiso mirar el reloj, pero tenia miedo de soltarse de los posamanos.

– ?Ahi, a la derecha! -exclamo Catherine. Medio kilometro delante habia un pequeno recodo para que los autobuses escolares pudiesen girar en redondo-. ?Tira hacia alli!

Ashley asintio y piso el acelerador una vez mas. El coche de detras no se despego, acercandose cuando Ashley vio el pequeno espacio despejado junto a la carretera. Trato de hacer una maniobra suficientemente subita para que su perseguidor tuviera que pasar de largo.

Pero no lo hizo.

– ?Aguanta! -grito Catherine.

Ambas se prepararon para el impacto, y Ashley piso el freno. Los neumaticos rechinaron contra el asfalto y el coche quedo envuelto en una nube de tierra y polvo. La grava repiqueteaba con estrepito contra los bajos.

Catherine alzo una mano para protegerse la cara, y Ashley se echo atras en el asiento mientras el coche derrapaba fuera de control. Giro el volante hacia donde giraba el coche, tal como le habia ensenado su padre. El vehiculo coleteo unos instantes, pero Ashley pudo dominarlo, luchando con el volante, hasta que se detuvo. Catherine se golpeo contra la ventanilla, y Ashley alzo la cabeza, esperando ver pasar de largo el coche que las seguia, pero no vio nada. Se preparo para una inminente colision.

– ?Aguanta! -gimio la anciana, esperando el impacto.

Pero solo recibieron silencio.

Scott telefoneo varias veces, pero nadie contesto.

Intento no inquietarse demasiado. Probablemente habian salido a cenar y todavia no habian vuelto. Ashley era una noctambula empedernida, se recordo, y era mas que probable que hubiera convencido a Catherine para ir a la ultima sesion de una pelicula, o a tomar un cafe en un bar. Habia numerosos motivos para que aun no estuvieran en casa. «No te dejes arrastrar por el panico», se dijo. Ponerse histerico no ayudaria en nada ni a nadie y solo conseguiria irritar a Ashley cuando finalmente la localizara. Y a Catherine tambien, penso, porque no le gustaba ser considerada una incompetente.

Tomo aire y llamo a su ex esposa.

– ?Sally? Sigue sin haber respuesta.

– Creo que esta en peligro, Scott. Lo creo de verdad.

– ?Por que?

La cabeza de Sally se lleno de una perversa ecuacion: «Perro muerto mas detective muerto dividido por puerta forzada, multiplicado por fotografia robada, igual a…» En cambio, dijo:

– Han pasado varias cosas. Ahora no puedo explicartelo, pero…

– ?Por que no puedes explicarmelo? -repuso Scott, tan insufrible como siempre.

– Porque cada segundo de retraso podria provocar…

No termino. Los dos guardaron silencio, el abismo entre ambos ensanchandose.

– Dejame hablar con Hope -dijo Scott bruscamente. Esto sorprendio a Sally.

– Esta aqui, pero…

– Pasamela.

Hubo unos ruidos en el auricular antes de que Hope lo cogiera.

– ?Scott?

– Tu madre no responde a mis llamadas. Ni siquiera salta el contestador.

– Mi madre no tiene contestador. Dice que si la gente tiene interes ya volvera a llamar.

– ?Crees…?

– Si, lo creo.

– ?Deberiamos llamar a la policia?

Hope hizo una pausa.

– Lo hare yo -dijo-. Conozco a la mayoria de los polis de por alli. Demonios, un par de ellos fueron companeros mios en el instituto. Puedo hacer que alguno se acerque a comprobar que todo esta en orden.

– ?Puedes conseguirlo sin provocar alarma?

– Si. Dire que no puedo contactar con mi madre. Todos la conocen, no habra ningun problema.

– Muy bien, hazlo. Y dile a Sally que voy para alla. Si hablas con Catherine, dile que llegare tarde. Pero necesito la direccion.

Mientras hablaba, Hope vio que Sally habia palidecido y las manos le temblaban. Nunca la habia visto tan asustada, y esto la inquieto casi tanto como la noche abominable que las habia engullido.

Catherine fue la primera en hablar.

– ?Estas bien?

Ashley asintio, tenia los labios secos y la garganta casi cerrada. Sintio que su desbocado corazon recuperaba poco a poco el ritmo normal.

– Si, estoy bien. ?Y tu?

– Solo me he dado un golpe en la cabeza. Nada del otro mundo.

– ?Vamos a un hospital?

– No; estoy bien. Aunque parece que me he derramado encima mi cafe. -Se desabrocho el cinturon de seguridad y abrio la puerta-. Necesito un poco de aire.

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