Llamaron a la puerta.
– Debe de ser Scott -dijo Sally, y recogio los papeles mientras Hope iba a abrir. En esos segundos a solas, echo atras la cabeza y tomo aire. «Cuando empieces a mover esto, no habra marcha atras», penso.
Catherine rebullia por dentro. Miro a la joven, hasta que por fin Ashley dejo caer el libro al suelo despues de leer la misma pagina por tercera vez.
– No se si podre seguir soportando esto mucho mas -protesto-. Me tratan como si tuviera seis anos. Me envian a mi cuarto. Me dicen que me entretenga mientras deciden mi futuro. ?Maldicion, Catherine, no soy un bebe! Puedo luchar por mi misma.
– Estoy de acuerdo, querida.
– ?Sabes? Deberia coger ese maldito revolver y resolver este problema de una vez por todas.
– Creo, querida Ashley, que eso es precisamente lo que tus padres tratan de evitar. Y no te consegui esa arma para que vayas por ahi disparando al tuntun, solo porque estas fastidiada. La consegui para que te protejas si O'Connell viene por ti.
Ashley echo atras la cabeza.
– Lo ha hecho, ?sabes?
– ?El que?
– Ha venido por mi. Probablemente esta ahi fuera ahora mismo. Esperando.
– ?Esperando que?
– El momento adecuado. Esta loco, loco de amor, loco de obsesion, loco de no se que. ?Pero esta ahi! Solo tiene algo importante en su vida, y ese algo soy yo.
La anciana asintio y se inclino hacia delante.
– ?Podras hacerlo? -pregunto.
Ashley abrio los ojos y miro al frente, primero fijandose en Catherine, luego en la mochila que contenia el arma.
– ?Podras hacerlo? -repitio Catherine.
– Si -respondio Ashley, envarada-. Podre. Se que podre.
– Yo no pude. Debi dispararle cuando lo tenia justo delante, pero no pude. ?Seras mas fuerte que yo, querida? ?Mas decidida? ?Eres mas valiente?
– No lo se, pero si. Eso creo.
– Necesito saberlo…
– ?Como puede saberlo nadie antes de que llegue el momento? -replico Ashley-. Quiero decir que estoy muy enfadada y muy asustada. Pero ?conseguire apretar el gatillo? Yo espero que si.
– Supongo que lo haras -dijo Catherine-. Al menos lo intentaras. Esta oscuro ahi fuera. ?Estas segura de que esta ahi?
– Si.
– Pues podrias acabar con todo esto metiendote la pistola en el bolsillo del abrigo y saliendo conmigo a dar un paseo a eso de medianoche. Y cuando el intente detenernos, ?pum! Puede que diga que solo quiere hablar contigo, es lo que siempre dice. Pero, en vez de hablar, le disparas. Alli mismo y en ese momento. La policia te detendra y luego tu madre se encargara de sacarte. Arriesgate en un tribunal en lugar de en la calle. No puede decirse que esta comunidad, donde viven tu madre y Hope, este demasiado predispuesta a darles a los hombres, sobre todo a hombres que han acosado a una joven, mucho credito. Ni, ya puestos, el beneficio de la duda…
– ?Crees…?
– Puedes hacerlo si estas dispuesta a pagar el precio.
– ?La carcel?
– Tal vez. Y tambien la fama. Seras la chica ideal de cada persona que tenga un problema similar al tuyo. Podria merecer la pena, ?no crees?
Ashley echo la cabeza hacia atras.
– No podre soportar esto mucho mas. En un momento estoy aterrorizada y al siguiente furiosa. Me siento a salvo un segundo, y amenazada al siguiente.
– ?Por que no podemos ser violentos antes de que sean violentos con nosotros? -dijo Catherine con determinacion-. ?Por que todo es tan condenadamente injusto? ?Por que tenemos que esperar a ser victimas?
– Yo no esperare.
– Bien. Asi pues, consideremos que nos conviene hacer.
Ashley asintio.
Scott observo los montones de cosas apiladas en el salon.
– Has ido de compras.
– En efecto -dijo Sally.
– ?Quieres explicarnoslo? -pidio Scott. Cogio una caja de toallitas limpiadoras-. Esto, por ejemplo.
Sally explico con voz tranquila:
– Si alguien teme haber dejado una muestra de ADN en un lugar comprometido, se puede borrar con estas toallitas de amoniaco, eliminando todo rastro.
Scott silbo. «Toallitas limpiadoras -penso-. Parte del arma de un crimen.»
Sally miro a su ex marido y noto que vacilaba. Continuo con firmeza.
– Hemos acordado reunir a O'Connell con su padre y lo haremos. Scott, sin saberlo, nos ha allanado el camino. Luego debemos robar la pistola de O'Connell, usarla contra su padre y devolverla a su sitio antes de que la eche en falta…
– ?Por que no dejarla en la escena del crimen? -propuso Scott.
– Lo he pensado. Pero sera la prueba crucial. A la policia y la acusacion les encantara buscar y encontrar el arma del asesinato. Disenaran su acusacion en torno a ella. Sera la prueba incontrovertible que condenara a O'Connell. Para asegurarnos, debe ser descubierta oculta en su casa.
– ?Que son estas otras cosas? -pregunto Hope.
Sally se volvio hacia la compra. Habia varios telefonos moviles, un tubo de pegamento instantaneo, un ordenador portatil, un mono de hombre de talla pequena, dos cajas de guantes quirurgicos, varios pares de zapatillas quirurgicas para colocarse sobre los zapatos, dos pasamontanas negros y una navaja del ejercito suizo.
– Son lo que necesitamos, segun creo. Hay otras cosas que seran utiles tambien, como pelo recogido de un peine en el apartamento de O'Connell. Todavia estoy encajando las piezas.
– ?Para que es el ordenador? -pregunto Scott.
Sally suspiro. Se volvio hacia Hope.
– Es el mismo modelo que viste en el apartamento de O'Connell, ?verdad?
Hope examino la maquina.
– Si. Al menos asi lo recuerdo.
– Bien -dijo Sally-. Dijiste que su ordenador contiene material encriptado sobre Ashley y nosotros. Este no.
Hope asintio.
– Creo que comprendo…
– La policia le confiscara el ordenador. Prefiero que sea uno que hayamos preparado para la ocasion.
– ?Vamos a cambiarlos?
– Correcto. Borrara todo nexo entre nosotros y el. Probablemente tenga copias de seguridad en alguna parte, pero aun asi… El tiempo sera un factor crucial.
Les tendio a cada uno una hoja. En la parte superior habia escrito una serie de horarios.
Hope contemplo el papel. Sally habia esbozado tareas, acontecimientos y acciones, y los habia marcado A, B y C.
– No has asignado las funciones -dijo-. Tres personas haciendo cosas interrelacionadas, pero no has dicho aun quien hace que.
Sally se arrellano en su sillon.
– He intentado ponerme en la piel de un policia sagaz -dijo-. Hay que considerar lo que van a encontrar y como lo interpretaran. Los crimenes giran siempre en torno a cierta logica. Una cosa debe guiarlos a la siguiente.