A mi no me ha hecho nada, replico su padre. Puede que no hablemos tanto como soliamos, pero eso es normal. Casi tiene veintiun anos. Vive su vida.

Antes estabais muy unidos. Ese fue uno de los motivos por los que me enamore de ti: por lo mucho que querias a aquel nino. ?Te acuerdas del beisbol, Morris? ?Recuerdas las horas que pasabas en el parque ensenandole a lanzar?

Los buenos tiempos de antano.

Y se le daba bien, ademas, ?no? Quiero decir realmente bien. Empezo de lanzador en segundo de instituto. Parecia muy contento con eso. Y a la primavera siguiente cambio de idea y dejo el equipo.

La primavera siguiente a la muerte de Bobby, acuerdate. Estaba hecho polvo por entonces. Como todos. No se lo puedes reprochar. Si ya no queria jugar mas al beisbol, era cosa suya. Hablas como si pensaras que trata de castigarme. Nunca me ha dado esa impresion, ni por un momento.

Fue entonces cuando empezo a beber, ?no? No nos enteramos hasta mas adelante, pero creo que empezo entonces. A beber y a fumar con aquellos chicos desquiciados con los que salia por ahi.

Intentaba imitar a Bobby. Puede que no se llevaran muy bien, pero creo que Miles lo queria. Quien ve morir a su hermano despues quiere parecerse a el en algunos aspectos.

Bobby era un capullo, un viva la Virgen. Y Miles, el angel de la muerte.

Reconozco que hay algo lugubre en sus dudosas actividades. Pero siempre ha sacado adelante los estudios. Contra viento y marea, siempre se las ha arreglado para sacar buenas notas.

Es un chico inteligente, no te lo discuto. Pero frio, Morris. Esta vacio, desesperado. Me da escalofrios pensar en el futuro…

?Cuantas veces hemos hablado de esto? ?Cien? ?Mil veces? Conoces su historia tan bien como yo. El chico no tiene madre. Mary-Lee se largo cuando Miles tenia seis meses. Hasta que tu entraste en la familia, lo crio Edna Smythe, la legendaria y radiante Edna Smythe, que de todos modos no dejaba de ser simplemente una ninera; aquello no era mas que un trabajo para ella, lo que significa que despues de aquellos primeros seis meses nunca tuvo una madre de verdad. Cuando apareciste tu, probablemente ya era demasiado tarde.

Pero ?entiendes de lo que estoy hablando?

Pues claro. Siempre lo he entendido.

No pudo seguir escuchando mas. Lo estaban diseccionando a conciencia, desmembrandolo con los reposados y eficaces tajos de un patologo que lleva a cabo una autopsia, hablando de el como si ya estuviera muerto. Volvio a entrar sigilosamente en su habitacion y cerro la puerta sin hacer ruido. No tenian ni idea de cuanto los queria. Durante cinco anos habia ido por ahi con el recuerdo de lo que le habia hecho a su hermano en aquella carretera de Massachusetts y, como nunca habia contado a sus padres lo del empujon y cuanto lo atormentaba su recuerdo, malinterpretaron la culpa que se habia extendido por todo su ser y la tomaron por una especie de enfermedad. Puede que estuviera enfermo, quiza diera la impresion de ser una persona muy cerrada, antipatica, pero eso no queria decir que se hubiera puesto en contra de ellos. La nerviosa y compleja Willa, infinitamente generosa; su afable padre, de gran corazon: se odiaba a si mismo por haberles causado tanto dolor, tanta pena innecesaria. Ahora lo veian como un muerto ambulante, como alguien sin futuro, y mientras permanecia sentado en la cama considerando aquel futuro sin porvenir que se cernia de forma vaga sobre el, se dio cuenta de que le faltaba valor para mirarlos de nuevo a la cara. Lo mejor para todos los implicados quiza fuera que se alejara de ellos, que desapareciese.

Queridos padres, escribio al dia siguiente, perdonad esta brusca decision, pero despues de acabar otro ano en la universidad, me siento un poco harto de tanto estudiar y creo que me vendria bien descansar un poco. Ya he comunicado al decano que quisiera un permiso de ausencia para el semestre de otono y, si no fuera suficiente, para el de primavera tambien. Si os llevais una decepcion, lo siento. Lo bueno del asunto es que no tendreis que preocuparos de pagarme la matricula durante un tiempo. Ni que decir tiene que no espero que me deis dinero alguno. Tengo trabajo y estoy en condiciones de mantenerme a mi mismo. Manana me voy a Los Angeles para pasar un par de semanas con mi madre. Y despues, en cuanto me instale en dondequiera que acabe viviendo, os llamare. Muchos besos a los dos, Miles.

Es cierto que se marcho de Providence a la manana siguiente, pero no fue a California a ver a su madre. Se quedo en alguna parte del camino. A lo largo de los ultimos siete anos ha vivido en un monton de sitios diferentes, pero aun no ha llamado.

3

Es el segundo domingo de noviembre de 2008 y esta en la cama con Pilar, hojeando la Enciclopedia del Beisbol en busca de nombres raros y divertidos. Ya lo han hecho un par de veces antes y para el cuenta mucho que Pilar sea capaz de ver el aspecto comico de esa absurda actividad, de comprender el espiritu dickensiano que encierran las dos mil setecientas paginas de la version ampliada, revisada y actualizada de la edicion de 1985, que compro por dos dolares el mes pasado en una libreria de segunda mano. Esta manana recorre la lista de los lanzadores, porque son lo primero que siempre lo atrae, y no tarda mucho en dar con su primer hallazgo prometedor del dia. Boots Poffenberger. Pili frunce el rostro en un esfuerzo por no reirse, luego cierra los ojos, contiene la respiracion y no puede resistir mas de unos segundos. Expele el aire en un tornado de gritos, alaridos y explosivas carcajadas. Cuando se calma el acceso, le quita el libro de las manos, acusandolo de haberselo inventado. El afirma: Eso nunca lo haria. Estos juegos no son divertidos a menos que te los tomes en serio.

Y ahi esta, en medio de la pagina 1977: Cletus Elwood Poffenberger, el Botas, nacido el 1 de julio de 1915 en Williamsport, Maryland, un diestro de un metro setenta y ocho de estatura que jugo dos anos con los Tigers (1937 y 1938) y una temporada con los Dodgers (1939), y que anoto a lo largo de su carrera dieciseis victorias y doce derrotas.

Continua con Whammy Douglas, Cy Slapnicka, Noodles Hahn, Wickey McAvoy, Windy McCall y Billy McCool. Al oir ese ultimo nombre, Pili grune de placer. Esta entusiasmada. Durante el resto de la manana, el ya no es Miles, sino Billy McCool, su adorable y querido Billy McCool, el as del equipo, el as de bastos, el as de corazones.

El dia 11, lee en el periodico que ha muerto Herb Score. Es muy joven para haberlo visto lanzar, pero recuerda la historia que le conto su padre sobre la noche del 7 de mayo de 1957, cuando Gil McDougald, jugador de cuadro de los Yankees, bateo una bola en linea que le dio en la cara, acabando asi con una de las carreras mas prometedoras de la historia del beisbol. Segun su padre, que en aquella epoca tenia diez anos, Score era el mejor zurdo que nadie hubiera visto jamas, posiblemente incluso mejor que Koufax, que por entonces tambien lanzaba pero que no vio reconocidos sus meritos hasta varios anos despues. El accidente ocurrio exactamente un mes antes de que Score cumpliera veinticuatro anos. Era su tercera temporada con los Indians de Cleveland, despues de su hazana de 1955, su ano de novato (16-10, 2,85 de promedio de carreras limpias permitidas, 245 strikeouts) y una actuacion aun mas impresionante al ano siguiente (20- 9, 2,53 de promedio de carreras limpias permitidas, 263 strikeouts). Luego llego el lanzamiento de McDougald de aquella fria noche de primavera en el Municipal Stadium. La pelota derribo a Score «como si le hubieran disparado con un rifle» (palabras de su padre), y mientras su cuerpo inmovil yacia desmadejado en el campo, no dejaba de manarle sangre de la nariz, la boca y el ojo derecho. Tenia rota la nariz, pero mas tremenda era la herida del ojo, en el que padecia una hemorragia tan grave que casi todo el mundo creyo que iba a perderlo o a quedarse ciego de por vida. En los vestuarios, despues del partido, McDougald, completamente deshecho, prometio dejar el beisbol «si Herb se quedaba tuerto». Score paso tres semanas en el hospital y se perdio el resto de la temporada, con vision borrosa y dificultades de percepcion, pero el ojo se le acabo curando. Cuando trato de volver a la temporada siguiente, sin embargo, ya no era el mismo lanzador. Le faltaba el aguijon de su bola rapida y se habia vuelto erratico, incapaz de hacer un solo strike. Siguio a trancas y barrancas durante cinco anos, ganando solo diecisiete juegos en cincuenta y siete

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