Creo que si.
Sin mas preambulo, el gorila se echa hacia atras para coger impulso y le da un punetazo en el estomago. Es un canonazo, un golpe asestado con una fuerza tan colosal y de efectos tan devastadores que le hace perder el equilibrio y caer al suelo mientras el aire se le escapa de los pulmones, y junto con el aire que le sale como un estallido por la traquea tambien expulsa todo el contenido de su estomago, el almuerzo y el desayuno, pequenos restos de la cena del dia anterior, y todo lo que habia dentro de el hace un momento ahora esta fuera; y alli se queda tendido, vomitando y jadeando, agarrandose las tripas de dolor mientras los dos individuos corpulentos se alejan ya hacia su coche y lo dejan solo en la calle, un animal herido derribado de un solo golpe, un hombre que desearia estar muerto.
Una hora despues, Pilar lo sabe todo. El farol no es tal, y por tanto no puede seguir ocultandoselo. De pronto se encuentran en una situacion delicada y es fundamental que conozca la verdad. Al principio se pone a llorar y se niega a creer que su hermana pueda actuar de ese modo, amenazandolo con mandarlo a la carcel, dispuesta a destrozarle a ella la felicidad a cambio de unas cuantas cosas insignificantes; nada de eso tiene sentido. No son los objetos, explica el. Eso solo es una excusa. No le cae bien a Angela, desde el principio se ha puesto en contra suya y la felicidad de Pilar no le importa nada si tiene que ver con el. No entiende a que se debe tal animosidad, pero ahi esta, es un hecho y no hay mas remedio que aceptarlo. Pilar quiere subirse al coche, ir a la casa y cruzarle la cara a Angela de un bofeton. Eso es lo que se merece, conviene el, pero no puedes hacerlo todavia. Tendras que esperar a que me vaya.
Es una solucion horrible, impensable, pero no queda otra dadas las circunstancias. Tiene que marcharse del estado. No hay alternativa. Debe salir de Florida antes de que Angela coja el telefono y llame a la policia, y no podra volver hasta la manana del veintitres de mayo, cuando Pilar cumpla los dieciocho. Esta tentado de pedirle que se case con el ahora mismo, pero pasan demasiadas cosas a la vez, ambos estan abatidos, con los nervios destrozados, y no quiere presionarla ni confundirla, complicar un asunto ya complejo de por si cuando disponen de tan poco tiempo.
Le dice que un amigo tiene un cuarto para el en alguna parte de Brooklyn. Le da la direccion y promete llamarla todos los dias. Dado que volver a casa de su familia ya esta fuera de lugar, Pilar se quedara en el apartamento. Extiende un cheque para pagar con antelacion seis meses de alquiler, pone el coche a nombre de ella y la lleva luego al banco, donde le ensena a utilizar el cajero automatico. Hay doce mil dolares en su cuenta. Retira tres mil para el y deja los nueve mil restantes para ella. Tras ponerle en la mano la tarjeta bancaria, la rodea con el brazo y se alejan juntos bajo la brillante luz del sol de media tarde. Es la primera vez que la toca en publico, y lo hace con plena conciencia, como un desafio.
Hace una pequena maleta con dos mudas de ropa, la camara y tres o cuatro libros. Deja todo donde esta, para convencerla de que volvera.
A primera hora de la manana siguiente, va sentado en un autocar con rumbo a Nueva York.
4
Es un viaje largo y aburrido, mas de treinta horas de principio a fin, con cerca de doce paradas que oscilan entre diez minutos y dos horas, y de un tramo a otro del viaje el asiento contiguo al suyo es sucesivamente ocupado por una mujer negra, rolliza y jadeante, un indio o paquistani que sorbe por las narices, una mujer blanca y huesuda de ochenta anos que no hace mas que aclararse la garganta y un turista aleman que no deja de toser y tiene un aspecto tan indefinido que no esta seguro de si es hombre o mujer. No les dice nada; mantiene la vista clavada en el libro o finge dormir, y siempre que hay un descanso en el trayecto se baja corriendo del autocar para llamar a Pilar.
En Jacksonville, la parada mas larga del viaje, consigue terminarse dos hamburguesas industriales y una botella grande de agua, masticando y tragando con cuidado, pues aun tiene los musculos del estomago sumamente doloridos del punetazo que lo derribo el viernes. Si, el dolor es tan eficaz como el cordel que se ata en el dedo y el individuo corpulento de punos como piedras tenia razon al suponer que no lo olvidaria. Tras acabar el tentempie, da una vuelta y se dirige al quiosco de la terminal, donde venden de todo, desde barras de regaliz hasta condones. Compra varios periodicos y revistas, haciendo acopio de mas material de lectura por si quiere hacer una pausa entre libros durante los centenares de kilometros que aun tiene por delante. Dos horas y media despues, cuando el autocar se acerca a Savannah, Georgia, abre el
Hace media vida, cuando tenia catorce anos, salio a dar un paseo con su padre, solos los dos, sin Willa ni Bobby, que aquel dia habian ido a otro sitio. Era un domingo por la tarde, ya avanzada la primavera, y su padre y el paseaban juntos por el West Village, sin proposito concreto, recuerda ahora, andando por el placer de andar por la calle, porque aquel dia hacia un tiempo especialmente agradable, y tras un paseo de hora u hora y media se sentaron en un banco de Abingdon Square. Por razones que ahora se le escapan, empezo a hacer preguntas a su padre sobre su madre. Como y donde se conocieron, por ejemplo, cuando se casaron, por que se separaron y esas cosas. Solo veia a su madre un par de veces al ano y en su ultimo viaje a California le hizo preguntas parecidas acerca de su padre, pero ella no quiso hablar del tema, despachandolo con un par de breves frases. El matrimonio fue un error desde el principio. Su padre era una persona decente, pero no estaban hechos el uno para el otro, ?y de que servia hablar de ello ahora? Quiza fuera eso lo que le indujo a interrogar a su padre aquel domingo por la tarde en Abingdon Square catorce anos atras. Porque las respuestas de su madre habian sido insatisfactorias y esperaba que el se mostrara mas comprensivo, mas dispuesto a hablar.
La primera vez que la vio fue sobre un escenario, le dijo su padre, sin inmutarse ante la pregunta, hablando sin amargura, en tono neutro de la primera frase a la ultima, seguramente pensando que su hijo era lo bastante mayor para saber lo que habia pasado; y ahora que el muchacho habia formulado la pregunta, se merecia una respuesta franca y sincera. Aunque pareciera mentira, el teatro no estaba lejos de donde ellos permanecian sentados ahora mismo, prosiguio su padre, el antiguo Circle Rep de la Septima Avenida. Era en octubre de 1978, ella hacia de Cordelia en un montaje de
Si, su padre parecia dispuesto a hablar, pero la historia que le conto aquella tarde era vaga, muy imprecisa y dificil de entender. Habia detalles, desde luego, como la descripcion de diversos incidentes, empezando con aquella primera noche en que su padre se fue de copas despues de la funcion con el director, que era un antiguo amigo suyo, y unos cuantos miembros del elenco, Mary-Lee entre ellos. Su padre tenia treinta y dos anos por entonces, estaba soltero y sin compromiso y ya era el editor de Heller Books, que llevaba cinco anos en funcionamiento y estaba empezando a cobrar impulso, en buena parte debido al exito de la segunda novela de Renzo Michaelson,