envidia de su marido, que tenia mujer y familia, y otras bobadas por el estilo. Todas esas conversaciones terminaban en peleas aunque luego haciamos las paces, faltaria mas.
– ?Y que fue lo que le dijo la ultima vez? ?Por que le pedia perdon?
– Dijo que aunque su marido era un donjuan, al menos procuraba, en la medida de lo posible, ocultarselo, y que su comportamiento era mucho mas decente que el de Vica, que sin disimulos y sin el menor escrupulo se cepillaba a cualquiera que se le pusiera delante.
– ?Dijo esto de su amiga intima? -se asombro Nastia.
Kartashov se encogio de hombros.
– Mujeres… -contesto vagamente-. ?Quien las entendera jamas? Sigamos escuchando.
– Boris, soy yo, Oleg. Pensamos ir con toda la basca a Voronovo para celebrar alli la Nochevieja. Si te apuntas, dimelo antes del 10 de noviembre, hay que reservar el hotel…
– Borka, me he dejado en tu casa una caja de cerillas, y habia apuntado en ella un telefono muy importante. Si la encuentras, no la tires…
– Boria, te echo mucho de menos. Besos, carino mio…
– Y esta, ?quien es? -pregunto Nastia parando la cinta.
– Una amiga.
Kartashov le dirigio una mirada de desafio, esperando nuevas preguntas y ya preparado para ponerse a la defensiva.
– ?Seguro que no es Vica?
– No es Vica. Si no me cree, tengo otras cintas con grabaciones de su voz.
– Le creo -dijo Nastia sin sinceridad y volvio a poner en marcha la grabadora.
Llamadas de clientes, amigos, de los padres de Boris, de mujeres… Y de repente una pausa.
– ?Que ha sido eso? -pregunto Nastia, que bruscamente paro la grabadora, pues empezaba a reproducir el saludo del siguiente comunicante.
– No lo se -contesto Kartashov perplejo-. No me fije cuando escuchaba los mensajes. Sabra como es, enchufas el contestador y entretanto vas deshaciendo el equipaje o preparas la cena… Lo que estas haciendo te distrae y dejas de prestar atencion a lo que oyes.
– ?Quien era el que habia llamado antes de la pausa?
La tension hizo que a Nastia le temblaran las manos. Comprendio que habia dado con una minuscula pista.
– Solodovnikov, mi companero de promocion.
– ?Y despues de la pausa?
Boris pulso el boton y escucho el mensaje hasta el final.
– Es mi prima Tatiana.
– Llameles y pregunte cuando, en que dia y, si puede ser, a que hora le habian telefoneado. Tiene que hacerlo ahora mismo.
El pintor se sento al lado del telefono con docilidad, mientras Nastia volvia a mirar el dibujo que reproducia la pesadilla de Vica Yeriomina.
– Todo es muy impreciso -le comunico Boris-. Ha pasado casi un mes, la gente empieza a olvidar los pormenores. Solodovnikov dice que llamo a finales de la semana, el 21 o 22 de octubre, pero esta seguro de que no fue mas tarde porque la noche del viernes 22 se marcho a Petersburgo. En realidad, su llamada estaba relacionada con el viaje, queria que le diera el telefono de un amigo comun que vive en Piter. En cuanto a mi prima, me llamo porque habia visto por television a mi primera mujer, estaban entrevistando a la gente por la calle y tambien la pararon a ella. No recuerda en absoluto que dia era pero dice que fue corriendo a llamarme en cuanto termino el programa, queria decirme que Katia estaba en Moscu de nuevo.
– ?Tan importante es que sepa que su primera mujer esta de nuevo en Moscu?
– Vera, Yekaterina tiene un caracter complicado. Es una chica sin sustancia y algo veleta, me echa la culpa de todas sus desdichas, no me perdona el divorcio y le da por amargarme la vida lo mejor que puede. La ultima vez, por ejemplo, no tuvo inconveniente en pasar un dia entero, el dia con su noche, sentada en el rellano de arriba para espiarme, para ver si de mi piso salia alguna mujer, y cuando la vio se le acerco y le conto de mi unas barbaridades que ponian los pelos de punta.
– La mujer con la que hablo su ex… ?fue Vica?
– No -contesto Kartashov de prisa.
Algo demasiado de prisa, anoto mentalmente Nastia.
– ?Quien entonces?
– No fue Vica -pronuncio recalcando cada silaba Boris, mirandola a los ojos-. Quien fue en concreto, no tiene por que interesarle.
– ?Recuerda su prima el titulo del programa que la hizo llamarle?
– «Navegando a la deriva», en la cuarta cadena.
Nastia reflexiono. Habia que requisar la casete, eso era evidente. La pausa podia deberse a dos causas: el comunicante oyo la senal, decidio no decir nada y se quedo callado sin colgar el telefono, o bien alguien borro la grabacion. En el primer caso, la pausa no aportaba novedad alguna para la investigacion; en el segundo, le proporcionaba serios motivos para sospechar que Boris Kartashov habia borrado el mensaje, y no se podia descartar que el mensaje en cuestion se lo hubiera dejado la propia Yeriomina o que estuviera relacionado con su muerte. El Bunuelo le habia advertido de que el asesinato de Vica podia tener que ver con los negocios de la mafia, la cual, como era bien sabido, contaba con los servicios de los mejores abogados, por lo que seria un error imperdonable llevarse la casete sin mas, pues cualquiera podria acusar a la policia de haber borrado el mensaje para implicar a Kartashov. Tenia que cumplir con las formalidades y obtener el mandato judicial para incautarse de la prueba. Pero ?como hacerlo? Si Boris le decia la verdad, cosa que Nastia dudaba mucho, podria volver a la manana siguiente con el mandato y acompanada de testigos. ?Y si estaba involucrado en el asesinato y la pausa de la cinta tenia algo que ver con esto? Cualquiera sabia, que cinta y en que estado iba a encontrar aqui al dia siguiente. Y sin embargo, tenia que hacerse con ella, pues si la grabacion hubiera sido borrada, en la cinta tampoco se oirian los ruidos de fondo, que habrian quedado grabados si alguien simplemente hubiese esperado en silencio, sin colgar el auricular. Eran los expertos a los que correspondia dar respuesta a la pregunta sobre la naturaleza de la incomprensible pausa. ?Que hacer?
Miro el reloj: la una y media. En su interior anido la loca esperanza de que a esa hora Andrei Chernyshov pasase por casa para dar de comer a su perro. ?Y si era cierto?
Nastia tuvo suerte. El hijo de siete anos de Andrei le informo puntillosamente de que papa le habia prometido venir a la una para dar de comer a Kiril y sacarlo a pasear. Era la una y pico, de modo que papa estaba al llegar porque, si hubiese decidido no ir a casa, habria llamado para explicarle que bolsas y que tarros contenian la comida del mediodia del perro. Nastia dejo al chaval el numero de Kartashov y le pidio que le dijera a papa que la llamara en cuanto llegase.
– Hableme de aquel amigo suyo que le recomendo al medico -requirio Nastia.
– La verdad es que le conozco poco. Nos encontramos en una fiesta, fue el quien entablo la conversacion, me conto que se dedicaba a negocios editoriales aunque en su dia habia estudiado medicina, por lo que tenia muchos amigos medicos, y me dijo que si un dia me viera afectado por algun problema de salud, me echaria una mano encantado. Me dio su tarjeta. Esa fue toda nuestra amistad.
– Necesito sus datos. ?Conserva su tarjeta?
Mientras Boris rebuscaba entre las hojas de su agenda, Nastia volvio a mirar el dibujo de las cinco rayas, rojas como la sangre.
– Digame una cosa, Boris, ?por que ha dibujado la clave de sol con el color verde manzana?
– Vica asi la habia sonado. A mi tambien me extrano pero ella insistio mucho, dijo que en todos los suenos la clave de sol aparecia de color verde claro, siempre. ?Aqui esta, ya la tengo!
Tendio a Nastia la tarjeta de Valentin Petrovich Kosar en la que figuraban los numeros de telefono de su casa y de su consulta.
CAPITULO 3