– Estoy domando el nuevo piano de mi madre. De hecho, deberia volver a casa. Me he estado saltando las sesiones de practica demasiado frecuentemente ultimamente.

Justo cuando ella se levantaba, Brady entro por la puerta. Lo molesto verla alli. Ademas de estar todo el dia metida en su pensamiento, Vanessa estaba tambien en aquella casa. Saludo con una breve inclinacion de cabeza y miro al pastel.

– La cumplidora senora Leary -comento, con una sonrisa-. ?Me ibas a dejar algo, papa?

– Es mi paciente.

– Siempre se queda con lo mejor -le dijo Brady a Vanessa mientras tomaba con el dedo un poco de la crema de chocolate que ella tenia en su plato-. ?Querias verme antes de que me marchara, papa?

– Queria que examinaras el expediente Crampton. He hecho algunas notas -respondio Ham, senalando una carpeta que habia sobre la encimera.

– Gracias.

– Tengo algunas cosas de las que ocuparme -dijo Ham. Entonces, dio un beso a Vanessa y se levanto-. Vuelve pronto a verme.

– Lo hare.

– Tenemos una barbacoa dentro de dos semanas. Espero que vengas.

– No me la perderia por nada del mundo.

– Brady -le recomendo a su hijo mientras se marchaba-. Comportate bien con esa chica.

Brady sonrio mientras la puerta se cerraba.

– Aun sigue pensando que voy a convencerte para que te vengas conmigo al asiento trasero de mi coche.

– Ya me convenciste una vez.

– Si -susurro Brady. El recuerdo lo inquietaba-. ?Es cafe lo que tomas?

– Te. Con limon.

Con un grunido, Brady saco la leche del frigorifico y se sirvio un enorme vaso.

– Me alegra que hayas venido a verlo. Te quiere mucho.

– El sentimiento es mutuo.

– ?Te vas a comer ese pastel?

– No. En realidad yo… ya me marchaba -dijo, al tiempo que Brady tomaba asiento y empezaba a comerse el dulce.

– ?A que viene tanta prisa?

– No tengo prisa, pero… -contesto ella al tiempo que se levantaba.

– Sientate.

– Veo que sigues teniendo un saludable apetito.

– Vida sana.

Vanessa sabia que debia marcharse, pero Brady parecia tan relajado y tan relajante a la vez… El habia dicho que fueran amigos. Tal vez pudieran serlo.

– ?Donde esta el perro?

– Lo he dejado en casa. Mi padre lo sorprendio ayer comiendose los tulipanes, asi que no quiere que venga.

– ?Ya no vives aqui?

– No. Yo… Me compre una parcela a las afueras. La casa se esta levantando muy lentamente, pero ya tiene tejado.

– ?Te estas construyendo tu propia casa?

– Yo no diria tanto. No me puedo escapar de aqui como para emplear demasiado tiempo, pero tengo un par de tipos trabajando. Ya te llevare para que puedas echarle un vistazo.

– Tal vez.

– ?Que te parece ahora mismo? -le pregunto Brady, mientras se levantaba y colocaba los platos en el fregadero.

– Oh, bueno… En realidad tengo que regresar a casa…

– ?Para que?

– Para practicar.

– Ya practicaras mas tarde.

Era un desafio. Los dos lo sabian y lo comprendian. Los dos estaban decididos a demostrar que podian estar en la compania del otro sin despertar viejos anhelos.

– Muy bien, pero te seguire en mi coche. Asi no tendras que volver a traerme.

– De acuerdo.

Brady la agarro por el brazo y la acompano al exterior. Cuando Vanessa se marcho del pueblo, el tenia un Chevrolet de segunda mano. En aquellos momentos, conducia un todoterreno. Despues de conducir durante varios kilometros, cuando llegaron a una empinada colina, Vanessa comprendio el porque. El camino estaba lleno de baches y la grava salia disparada de debajo de las ruedas. Tras tomar una pronunciada curva, se detuvo en seco detras de Brady.

El perro se acercaba corriendo a saludarlos. Efectivamente, la estructura de la casa estaba en pie. No parecia que Brady fuera a contentarse con una pequena cabana en medio del bosque. Era una casa enorme, de dos plantas. Las ventanas que estaban ya colocadas eran amplias, con arcos de medio punto en la parte superior. Desde ellas, se admiraria una majestuosa vista de las Blue Mountains. El terreno, cubierto de escombros, bajaba hasta un arroyo. Cuando todo estuviera acondicionado, resultaria espectacular.

– Es fabuloso -comento ella-. Es un lugar magnifico.

– Eso pienso yo -admitio Brady. Agarro a Kong por el collar antes de que pudiera abalanzarse sobre Vanessa.

– No importa -afirmo ella. Entonces, se inclino para acariciar la cabeza del animal-. Hola, amigo. Hola, grandullon. Aqui tienes mucho sitio para corretear, ?verdad?

– Casi cinco hectareas. Voy a dejar la mayor parte intacta -comento Brady. Verla juguetear con su perro le hacia sentir una extrana sensacion en el corazon.

– Me alegro. No me gustaria que tocaras los bosques. Casi se me habia olvidado lo maravillosos que son. ?Que tranquilidad!

– Acompaname. Te lo ensenare todo.

– ?Cuanto tiempo hace que compraste la tierra?

– Casi un ano -contesto el mientras atravesaban el pequeno puente de madera que cruzaba el arroyo-. Ten cuidado. Todo esta muy sucio -anadio, tras mirar los elegantes zapatos italianos que ella llevaba puestos-. Espera.

La tomo en brazos y la ayudo a superar los montones de escombros. Vanessa sintio la fuerza de los musculos de Brady y el la firmeza de las piernas de ella.

– No tenias que… -dijo ella, justo cuando el la dejaba de nuevo en el suelo, delante de una puerta-. Sigues siendo un poco chulo, ?verdad?

– Por supuesto.

Ya en el interior de la casa, vio el esqueleto de lo que esta iba a ser. Habia herramientas y maquinas por todas partes. En la pared norte, ya estaba construida una enorme chimenea. Unas escaleras temporales conducian a la planta superior.

– Este es el salon -explico el-. Yo queria tener mucha luz. La cocina esta ahi.

Indico un generoso espacio que salia de la habitacion en la que se encontraban. Habia una ventana por encima del fregadero que daba hacia los bosques. Una cocina y un frigorifico estaban colocados entre las en- cimeras sin terminar.

– La puerta sera un arco, para seguir la linea de las ventanas. Y otro arco dara al comedor.

– Parece un proyecto muy ambicioso.

– Solo tengo intencion de construirme mi casa una vez -dijo. Le agarro la mano y le mostro el resto de la planta-. Este es el cuarto de bano. Tu madre me encontro un estupendo lavabo de porcelana. Esta habitacion es una especie de leonera, supongo. Libros, mi equipo de musica… Por cierto, ?te acuerdas de Josh McKenna?

– Claro. Era tu amigo.

Вы читаете Sinfonia Inacabada
Добавить отзыв
ВСЕ ОТЗЫВЫ О КНИГЕ В ИЗБРАННОЕ

0

Вы можете отметить интересные вам фрагменты текста, которые будут доступны по уникальной ссылке в адресной строке браузера.

Отметить Добавить цитату