Dos horas mas tarde, estaban en el jardin trasero de los Tucker, llevando una bandeja de hamburguesas crudas hacia la barbacoa.

– Yo creia que tu padre siempre se encargaba de cocinar -le dijo a Brady.

– Hoy me ha cedido la espatula a mi -contesto Brady. Se habia quitado la chaqueta y la corbata y se habia remangado la camisa. Le dio la vuelta a una hamburguesa con gran habilidad.

– Lo haces muy bien.

– Deberias verme con el escalpelo.

– Creo que mejor no, gracias. Este picnic es tal y como lo recuerdo. Ruidoso y lleno de gente.

Habia muchas personas en el jardin, en la casa e incluso por las aceras. Algunos estaban sentados en sillas o sobre la hierba. Los bebes iban de mano en mano. Los viejos estaban sentados a la sombra mientras intercambiaban chismes y se apartaban las moscas. Los jovenes corrian al sol. Alguien habia puesto algo de musica en un rincon del jardin y un grupo de adolescentes estaban alli bailando.

– Ahi era donde estabamos nosotros hace unos anos -comento Brady.

– ?Quieres decir que ya eres demasiado viejo para bailar y ligar?

– No, pero ellos si lo creen. Ahora soy el doctor Tucker, mientras que mi padre es doc Tucker. Eso me convierte automaticamente en un adulto. Es una pena hacerse viejo -dijo mientras pinchaba una salchicha.

– Se dice mejor alcanzar la dignidad -comento ella mientras Brady la ponia en un panecillo y le echaba mostaza.

– Servir de ejemplo para la generacion mas joven. Di «ah» como una nina buena -le ordeno. Entonces, le metio el perrito en la boca.

Vanessa le dio un mordisco y se lo trago rapidamente.

– Manteniendo tambien el decoro.

– Si. Y eso me lo dices cuando tienes la boca manchada de mostaza -comento Brady. Le agarro la mano antes de que ella pudiera limpiarsela-. Deja que me ocupe yo -anadio. Se inclino sobre ella y le deslizo la lengua sobre los labios-. Muy sabrosa -susurro. Entonces, le mordio suavemente el labio inferior.

– Se te van a quemar las hamburguesas -murmuro ella.

– Calla. Estoy dandoles un ejemplo a la generacion mas joven.

A pesar de que ella se estaba riendo, le tapo la boca completamente con la suya. Alargo y profundizo el beso hasta que ella se olvido de que estaban rodeados de gente. Igual que el.

Cuando la solto, Vanessa se llevo una mano a la cabeza, que no dejaba de darle vueltas, y trato de encontrar la voz.

– Como en los viejos tiempos -grito alguien.

– Mejor -susurro Brady. Habria vuelto a besarla, pero alguien le golpeo suavemente en el hombro.

– Deja a esa chica y comportate, Brady Tucker -dijo Violet Driscoll moviendo la cabeza-. La gente tiene hambre. Si quieres besarte con tu chica, espera hasta mas tarde.

– Si, senora Driscoll.

– Nunca ha tenido ni una pizca de sentido comun -le comento la anciana a Vanessa-, aunque hay que reconocer que es muy guapo -anadio, antes de marcharse.

– Tiene razon -afirmo Vanessa.

– ?En lo de que soy muy guapo?

– No, en lo que de nunca has tenido ni una pizca de sentido comun.

– ?Eh! -exclamo Brady al ver que ella se alejaba de su lado-. ?Adonde vas?

Vanessa se limito a mirarlo por encima del hombro y siguio andando. Mientras charlaba con amigos del instituto, penso que todo era como en los viejos tiempos. Los rostros habian envejecido y habian nacido muchos ninos, pero el ambiente era el mismo.

Cuando Brady volvio a reunirse con ella, Vanessa estaba sentada sobre la hierba con Lara.

– ?Que estas haciendo?

– Jugando con mi sobrina.

Algo se desperto en el interior de Brady, algo rapido e inesperado. Comprendio que tambien era algo inevitable. Verla sonreir de aquel modo, con un bebe en los brazos… Le parecia que llevaba toda una vida esperando un momento como aquel. Sin embargo, el bebe deberia ser suyo. Vanessa y el bebe deberian ser suyos.

– ?Te ocurre algo? -le pregunto ella.

– No, ?por que?

– Me estabas mirando de un modo muy extrano.

Se sento a su lado y le acaricio suavemente el cabello.

– Sigo enamorado de ti, Vanessa, y no se que diablos hacer al respecto.

Ella lo miro fijamente. Aunque hubiera podido definir la multitud de sentimientos que se debatian en su interior, no habria podido hacerlo con palabras. En aquellos momentos no estaba mirando a un muchacho, sino a un hombre. Lo que el acababa de decir lo habia dicho deliberadamente. El estaba esperando que ella reaccionara, pero no podia hacerlo.

Lara le salto encima del regazo y lanzo un grito que rompio por fin el silencio.

– Brady, yo…

– Por fin os encuentro -dijo Joanie-.Vaya -anadio, al notar la tension que habia entre ellos-. Lo siento. Creo que mi llegada no ha sido muy oportuna.

– Vete, Joanie -le ordeno Brady-. Muy lejos.

– Ya que me lo pides tan educadamente, me iria, pero ha llegado la limusina. Todo el mundo se ha acercado para mirarla. Creo que es hora de que despidamos a los recien casados.

– Tienes razon -afirmo Vanessa, poniendose de pie-. No queremos que pierdan el avion. ?Tienes los billetes? -le pregunto a Brady

– Si -contesto el. Antes de que Vanessa pudiera escabullirse, le agarro la barbilla-. Aun no hemos terminado de hablar, Van.

– Lo se -replico ella, con voz tranquila a pesar de que se sentia muy nerviosa en su interior-. Como ha dicho Joanie, el momento no es el adecuado.

Se coloco a Lara sobre la cadera y se marcho corriendo a buscar a su madre.

– ?Que es eso de que hay una limusina? -pregunto Ham-. ?Se ha muerto alguien?

– No -respondio Joanie-. Tu esposa y tu os marchais para hacer un pequeno viaje.

– ?Un viaje? -repitio Loretta mientas Vanessa le entregaba el bolso.

– Cuando los recien casados hacen un viaje, se llama luna de miel -explico Brady.

– Pero yo tengo pacientes a los que atender.

– No.

Brady y Jack escoltaron a Ham mientras Vanessa y Joanie hacian lo mismo con Loretta. Por fin, llegaron a la puerta principal de la casa.

– Dios mio -susurro Loretta, al ver la imponente limusina blanca.

– Vuestro avion despega a las seis -les informo Brady mientras se sacaba un sobre del bolsillo y se lo entregaba a su padre.

– ?Que es todo esto? -pregunto Ham-. Mis pacientes…

– Todo esta solucionado -le aseguro Brady dandole una palmada en la espalda-. Hasta dentro de dos semanas.

– ?Dos semanas? -repitio Ham, completamente asombrado-. ?Adonde vamos?

– A1 otro lado de la frontera sur -dijo Joanie antes besar a su padre con fuerza-. Cuidado con el agua.

– ?Vamos a Mexico? -quiso saber Loretta. Tenia los ojos muy abiertos-. ?Vamos a Mexico? Pero si no podemos… La tienda. No tenemos equipaje.

– La tienda esta cerrada por vacaciones -repuso Vanessa-, y vuestro equipaje esta en el maletero de la limusina -anadio, tras besar a su madre-. Que os lo paseis muy bien.

– ?En el maletero? -repitio Loretta, con una sonrisa-. ?Mi blusa de seda azul?

– Entre otras cosas.

Вы читаете Sinfonia Inacabada
Добавить отзыв
ВСЕ ОТЗЫВЫ О КНИГЕ В ИЗБРАННОЕ

0

Вы можете отметить интересные вам фрагменты текста, которые будут доступны по уникальной ссылке в адресной строке браузера.

Отметить Добавить цитату