– Lo habeis organizado entre todos -susurro la novia. A pesar del fotografo, comenzo a llorar.
– Es cierto -afirmo Brady. Le dio un fuerte abrazo-. Adios, mama.
– Sois unos manipuladores -musito Ham, sacando el panuelo-. Bueno, Loretta, creo que vamos a tener luna de miel despues de todo.
– Si perdeis el avion no -les recordo Joanie. Empezo a empujarlos en direccion a la limusina-. No os pongais demasiado al sol. En Mexico es mucho mas intenso. Ah, y teneis que regatear antes de comprar. Podeis cambiar el dinero en el hotel. Teneis un libro de frases hechas en la maleta y si necesitais…
– Despidete de ellos, Joanie -le dijo Jack.
– Demonios -susurro ella mientras se frotaba los llorosos ojos-. Adios. Diles adios a los abuelos, Lara.
– Oh, Ham, gardenias… -murmuro Loretta. Se echo de nuevo a llorar.
Con vitores y saludos de todos los habitantes del pueblo, la limusina empezo a avanzar tranquilamente por la calle principal de Hyattown, acompanada por el bullicio de las latas y los zapatos que alguien habia atado en el parachoques trasero.
– Ya se van -consiguio decir Joanie. Enterro el rostro en el hombro de Jack. El le acaricio suavemente el cabello.
– Tranquila, cielo. Los ninos se tienen que marchar de casa tarde o temprano. Vamos. Te traere un poco de ensalada de patata.
Los dos se alejaron de Brady y Vanessa.
– Menuda despedida -dijo ella. Aun tenia un nudo en la garganta.
– Quiero hablar contigo. Podemos ir a tu casa o a la mia.
– Creo que deberiamos esperar hasta que…
– Ya hemos esperado demasiado.
Presa de panico. Vanessa miro a su alrededor. ?Como era posible que se hubieran quedado a solas tan rapidamente?
– La fiesta…Tenemos invitados.
– No creo que nadie nos eche de menos -afirmo Brady. Le agarro un brazo y la llevo hacia su coche.
– Doctor Tucker. ?Doctor Tucker! -exclamo una voz. Brady se dio la vuelta y vio que Annie Crampton se dirigia corriendo hacia ellos-. ?Venga rapidamente! ?A mi abuelo le ocurre algo!
Brady echo a correr rapidamente. Cuando Vanessa llego al jardin trasero, ya estaba arrodillado al lado del anciano aflojandole el cuello de la camisa.
– Tengo un dolor… en el pecho -decia el anciano-… No puedo respirar…
– Te traigo el maletin de papa -anuncio Joanie. Rapidamente se lo entrego a Brady-. La ambulancia ya viene de camino.
Brady asintio.
– Tranquilicese, senor Benson -le dijo. Saco una jeringuilla y un frasco muy pequeno del maletin-. Quiero que permanezca tranquilo -repitio. No dejo de hablarle mientras trabajaba para tranquilizarlo con la voz-. Joanie, traeme su expediente -anadio en voz baja.
Sin saber que hacer, Vanessa rodeo los hombros de Annie con un brazo y tiro de ella.
– Vamos Annie.
– ?Se va a morir el abuelo?
– El doctor Tucker se esta ocupando de el. Es un buen medico.
– Tambien cuida de mi mama. Va a ayudar a que nazca el nino y todo eso, pero el abuelo es muy viejo - susurro la pequena, con lagrimas en los ojos-. Se cayo. Se puso muy raro y se cayo.
– El doctor Tucker ha empezado a atenderlo enseguida -afirmo ella mientras acariciaba el cabello de la pequena-. Si se tenia que poner enfermo, este era el mejor lugar para hacerlo. Cuando este mejor, le podras tocar tu nueva cancion.
– ?La de Madonna?
– Eso es -respondio Vanessa. En aquel momento se oyo la sirena de una ambulancia-. Ya vienen a llevarselo al hospital.
– ?Ira con el el doctor Tucker?
– Estoy segura de ello.
Observo como los enfermeros sacaban una camilla. Brady intercambio unas rapidas palabras con ellos. Vanessa vio que colocaba las manos sobre los hombros de la madre de Annie y hablaba con ella tranquilamente. Mientras la mujer lo observaba con los ojos llenos de lagrimas. Cuando Brady echo a correr detras de la camilla, Vanessa abrazo con fuerza a Annie.
– ?Por que no vas con tu madre? Seguro que te necesita -le dijo. Lo sabia muy bien. Recordo el miedo y la desesperacion que habia sentido cuando se llevaron a su propio padre. Se dio la vuelta y echo a correr detras de Brady-. Espera -susurro. Sabia que no podia perder el tiempo, pero tenia que saber-. Por favor, mantenme informada de lo que ocurra.
Brady asintio y se monto en la ambulancia con su paciente.
Era casi medianoche cuando Brady llego a su casa. En el cielo habia una luna morisca que destacaba por su blancura sobre un cielo oscuro cuajado de estrellas. Permanecio alli sentado durante un momento, dejando que sus musculos se relajaran uno a uno. Como tenia bajadas las ventanillas del coche, podia escuchar como el viento susurraba entre los arboles.
La fatiga de aquel dia tan largo habia terminado por pasarle factura cuando regresaba a su casa. Afortunadamente, Jack le habia llevado el coche al hospital. Sin el, probablemente se habria quedado dormido en la sala de espera. En aquellos momentos, lo unico que deseaba era meterse en la banera repleta de agua caliente, conectar el hidromasaje y tomarse una cerveza fria.
En la planta baja las luces estaban encendidas. Se alegraba de que se le hubiera olvidado apagarlas. Si las luces estaban encendidas, resultaba menos deprimente regresar a una casa vacia. De camino habia pasado por delante de la casa de Vanessa, pero ella ya tenia las luces apagadas.
«Probablemente es lo mejor», penso. Se sentia cansado y tenso. No era la actitud adecuada para una charla sensata y paciente. Tal vez era mejor que Vanessa pudiera pensar un poco a solas sobre el hecho de que el estaba enamorado de ella.
O tal vez no. Antes de abrir la puerta de la casa, dudo. Siempre habia sido un hombre muy decidido. Cuando tomo la decision de hacerse medico, se habia dedicado en cuerpo y alma a sus estudios. Cuando decidio dejar el hospital de Nueva York para ir a ejercer a Hyattown la medicina general, lo habia hecho sin arrepentirse y sin mirar atras.
Aquellas decisiones habian cambiado por completo su vida. Entonces, ?por que diablos no era capaz de decidir lo que hacer sobre Vanessa?
Iba a regresar al pueblo. Si ella no le abria la puerta, subiria por el desague hasta llegar a su dormitorio. De un modo u otro, iban a aclararlo todo aquella misma noche.
Acababa de darse la vuelta para dirigirse a su coche cuando la puerta de su casa se abrio.
– Brady -le dijo Vanessa desde la puerta-. ?Es que no vas a entrar?
El se detuvo en seco y la miro fijamente. En aquel momento, Kong salio corriendo de la casa, ladrando, para abalanzarse sobre el.
– Nos trajeron Jack y Joanie -anadio-. Espero que no te importe.
– Claro que no -afirmo Brady. Con el perro saltando a su alrededor, se dirigio hacia la puerta. Vanessa dio un paso atras.
– He traido algunas sobras del picnic. No sabia si habrias tenido oportunidad de cenar algo.
– No, no he cenado.
– ?Que tal el senor Benson?
– Estable. Estuvo grave durante un rato, pero es fuerte.
– Me alegro. Me alegro mucho. Annie estaba muy asustada. Debes de estar agotado… y hambriento. Hay mucha comida en el frigorifico. Por cierto, la cocina es preciosa -anadio-. Los armarios, las encimeras…Todo.
– Voy avanzando poco a poco. ?Cuanto tiempo llevas aqui?
– Solo un par de horas -mintio. Llevaba cinco-. He estado leyendo algunos de tus libros.
– ?Por que?