hora.

– Disculpenme, pero debo ir a trabajar -dije-. Adios, Sr. Spencer, sheriff.

– Adios Sookie -respondio el sheriff Dearborn. Me miro como si tuviera mas cosas que preguntarme, pero no sabia como plantearlas. Estaba claro que no se quedaba del todo satisfecho con la escena del crimen, y yo no creia posible que ningun radar hubiera detectado ese supuesto tornado. Sin embargo, estaban la caravana, el coche, los arboles y los Rattray muertos debajo. ?Que se podia decidir, salvo que un tornado los habia matado? Me imagine que habrian enviado los cuerpos para que les hicieran la autopsia, y me pregunte que podria desvelar esta a tenor de las circunstancias.

El cerebro humano es una cosa sorprendente. El sheriff Dearborn tenia que saber que los vampiros son muy fuertes, pero no podia imaginarse cuanto: lo suficiente para volcar una caravana y aplastarla. Incluso a mi me costaba asumirlo, y eso que yo sabia con seguridad que ningun tornado habia golpeado Four Comers.

El bar bullia con los cuchicheos sobre las muertes. El asesinato de Maudette habia quedado en segundo plano ante el fallecimiento de Denise y Mack. Descubri a Sam mirandome fijamente una o dos veces, lo que me hizo pensar en la noche anterior y plantearme cuanto sabria el de lo ocurrido. Pero me daba miedo preguntarle, por si no habia visto nada. Tampoco yo podia explicarme algunas de las cosas sucedidas esa noche, pero estaba tan contenta por estar viva que no queria pensar en ello.

Nunca he sonreido tanto al servir las bebidas como aquella noche, ni he traido nunca el cambio con tal rapidez, ni tomado los encargos con tanta exactitud. Ni siquiera Rene, con su pelo alborotado, logro que perdiera el tiempo, a pesar de que en cuanto me acercaba a la mesa que compartia con Hoyt y otro par de colegas insistia en arrastrarme a sus interminables conversaciones.

Rene se hacia de vez en cuando el cajun loco, aunque todo acento cajun que pudiera poner era falso [5], sus viejos habian dejado que se perdiera cualquier herencia. Todas las mujeres con las que se habia casado eran duras y salvajes. Su breve matrimonio con Arlene fue cuando ella era joven y no tenia hijos, y esta me habia contado que de vez en cuando habian hecho cosas que, al pensarlas ahora, le ponian los pelos de punta. Ella habia madurado desde entonces, pero Rene no. Y para mi sorpresa, Arlene le tenia mucho carino.

Todo el mundo en el bar aquella noche estaba excitado por los inusuales sucesos de Bon Temps. Una mujer habia sido asesinada, y eso era un misterio; normalmente, los asesinatos de Bon Temps se resuelven con facilidad. Y una pareja habia muerto de modo violento en un capricho de la naturaleza. En mi opinion, lo que sucedio a continuacion se debio a esa excitacion. Aquel era un bar para gente local, con algunos forasteros que se pasaban por el de manera habitual, y yo nunca habia tenido serios problemas con atenciones no deseadas. Pero esa noche, un hombre que se sentaba en una mesa cerca de Rene y Hoyt, un rubio corpulento con la cara ancha y roja, metio una mano por la pernera de mis pantaloncitos cuando le lleve las cervezas.

Eso no estaba bien visto en Merlotte's.

Pense en estamparle la bandeja en la cabeza, pero senti que retiraban la mano y note que habia alguien de pie detras de mi. Me gire y vi que era Rene, que se habia levantado de la silla sin que yo me diera ni cuenta. Resegui su brazo con la mirada y vi que su mano agarraba la del tipo rubio y la apretaba con fuerza. El rostro del rubio se estaba poniendo colorado.

– ?Eh, hombre, sueltame! -protesto-. No ha sido nada.

– No toques a nadie que trabaje aqui, esas son las normas. -Rene puede ser bajo y enjuto, pero todos en el bar hubieran apostado por nuestro chico local contra el corpulento visitante.

– Esta bien, esta bien.

– Disculpate ante la senorita.

– ?Ante Sookie la Loca?-su voz sonaba incredula. Debia de haber venido ya alguna vez. La mano de Rene debio de apretar con mayor fuerza, porque vi que las lagrimas asomaban a los ojos del tipo rubio-. Lo siento, Sookie, ?de acuerdo?

Asenti con tanta majestuosidad como fui capaz. Rene solto con brusquedad la mano del otro hombre e hizo un gesto con el pulgar para indicarle que se fuera a paseo. El rubio no tardo nada en salir por la puerta, y su acompanante lo siguio.

– Rene, deberias dejar que yo me encargara de estas cosas -le dije en voz baja cuando parecio que los demas clientes retomaban sus conversaciones. Habiamos dado a la maquina de los rumores combustible suficiente al menos para un par de dias-. Pero te agradezco que des la cara por mi.

– No quiero que nadie se meta con una amiga de Arleneme respondio de modo prosaico-. Merlotte's es un lugar agradable, y todos queremos que siga siendolo. Ademas, a veces me recuerdas a Cindy, ?lo sabias?

Cindy era la hermana de Rene, y se habia trasladado a Baton Rouge uno o dos anos atras. Era rubia y de ojos azules, pero aparte de eso no fui capaz de encontrarle mas similitudes conmigo. Pero no parecia educado senalarlo.

– ?Ves mucho a Cindy? -le pregunte. Hoyt y el otro hombre que estaba con ellos en la mesa discutian sobre puntuaciones y estadisticas de los Capitanes de Shreveport [6].

– De vez en cuando-respondio Rene, ladeando la cabeza como para indicar que le gustaria verla mas a menudo-. Trabaja en la cafeteria de un hospital.

Le di una palmada en el hombro.

– Tengo que ir a trabajar.

Cuando llegue a la barra para recoger el siguiente pedido, Sam me miro con las cejas arqueadas. Abri mucho los ojos para mostrarle lo sorprendida que estaba por la intervencion de Rene, y Sam se encogio ligeramente de hombros, como si senalara que no hay modo de prever el comportamiento humano.

Pero cuando pase al otro lado de la barra para coger unas cuantas servilletas, me fije en que habia sacado el bate de beisbol que guarda debajo de la caja registradora para los casos de emergencia.

La abuela me tuvo ocupada durante todo el dia siguiente. Ella quito el polvo, paso la aspiradora y frego, y yo limpie los banos. Mientras pasaba el estropajo del retrete por la taza, me pregunte si los vampiros necesitaban ir alguna vez al bano. La abuela me hizo aspirar el pelo de gato del sofa, y tambien vacie todas las papeleras. Abrillante las mesas, y hasta limpie la lavadora y la secadora, por tonto que suene.

Cuando la abuela comenzo a meterme prisa para que me diera una ducha y me cambiara de ropa, comprendi que consideraba a Bill el vampiro como mi cita. Eso me hizo sentirme un poco rara. Primero, demostraba que la abuela estaba tan desesperada porque yo tuviera vida social que hasta un vampiro le resultaba aceptable; segundo, yo albergaba ciertos sentimientos que respaldaban esa idea; tercero, Bill podia interpretar correctamente todo aquello; y cuarto, ?podia un humano llegar a gustarle a un vampiro?

Me duche, me maquille y me puse un vestido, ya que sabia que de lo contrario la abuela se enfadaria. Se trataba de un pequeno vestido azul de algodon con pequenas margaritas estampadas, y era mas ajustado de lo que le gustaba a la abuela y mas corto de lo que Jason consideraba apropiado para su hermana. Ya habia oido todo aquello la primera vez que lo lleve. Escogi los pendientes pequenos de bolas amarillas y me eche el pelo hacia atras, suelto pero sujeto con un pasador con forma de platano amarillo.

La abuela puso una mirada rara que me costo interpretar. Podria haberlo descubierto con facilidad escuchandola, pero hacerle eso a la persona con quien convives es algo terrible, asi que preferi permanecer en la ignorancia. Por su parte, ella vestia la falda y la blusa que suele llevar en las reuniones de los Descendientes de los Muertos Gloriosos, que no llegaba a ser un traje de domingo, pero estaba por encima de la ropa diaria.

Cuando el llego, yo estaba barriendo el porche delantero, que se nos habia olvidado. Hizo una entrada puramente vampirica, en un momento dado no estaba alli y al siguiente si, esperando al pie de las escaleras y mirandome.

Le sonrei y le dije:

– No me has asustado.

Parecio un poco cohibido.

– Es por costumbre -dijo-, lo de aparecer asi. No suelo hacer mucho ruido.

Abri la puerta.

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