Supongo que me senti tan avergonzada como Jason. Hermana y hermano no tienen por que saberlo todo el uno del otro.

– Y les diste una copia -sugeri con timidez, tratando de adivinar lo tonto que habia llegado a ser. El miro en otra direccion, con aquellos confusos ojos azules titilando romanticamente con las lagrimas-. Bobo- dije-, incluso teniendo en cuenta que no podias saber como iba a salir a la luz, ?que hubiera sucedido cuando decidieras casarte? ?Y si uno de tus antiguos amores le envia una copia de vuestro pequeno tango a tu futura esposa?

– Gracias por hacer lena del arbol caido, hermanita.

Respire hondo.

– Vale, vale. Has dejado de hacer esos videos, ?verdad?

Asintio con enfasis. No lo crei.

– Y se lo has contado a Sid Matt, ?verdad?

Asintio con menos conviccion.

– ?Y crees que es por eso que Andy va tanto tras de ti?

– Si-confirmo Jason malhumorado.

– Entonces, si comprueban tu semen y no coincide con el que estaba dentro de Maudette y de Dawn, estas a salvo -en ese momento yo parecia tan furtiva como mi hermano. Nunca antes habiamos hablado de muestras de semen.

– Eso es lo que dice Sid Matt. Pero no me fio de esas cosas.

Mi hermano no confiaba en la evidencia cientifica mas fiable que se podia presentar ante un tribunal. Estupendo.

– ?Crees que Andy va a falsificar los resultados?

– No, Andy es un buen tipo, solo esta haciendo su trabajo. Pero es que no se nada de todo eso del ADN.

– No seas tonto -dije, y me aleje para llevar otra jarra de cerveza a cuatro chavales de Ruston, estudiantes universitarios que disfrutaban de una noche loca lejos de su hogar. Solo quedaba la esperanza de que Sid Matt Lancaster fuera bueno convenciendo a la gente. Volvi a hablar una vez mas con Jason antes de que se marchara del bar.

– ?Podrias ayudarme? -me pregunto, poniendome una cara que me costo reconocer. Yo estaba junto a su mesa, y su cita de aquella noche habia ido al servicio. Mi hermano nunca antes me habia pedido ayuda.

– ?Como?

– ?Podrias leer la mente de los hombres que vienen aqui y descubrir si uno de ellos lo hizo?

– Eso no es tan sencillo como parece, Jason-respondi con lentitud, pensandolo mientras lo decia-. Para empezar, ese hombre tendria que estar pensando en su crimen mientras estuviera aqui, en el momento exacto en que yo le escuchara. Y ademas, no siempre recibo pensamientos claros. Con alguna gente es como escuchar la radio, puedo oirlo todo, pero con otros solo recibo una serie de impresiones sin vocalizar; es como oir a alguien hablar en suenos, ?comprendes? Oyes que estan hablando, puedes saber si estan tristes o contentos, pero no logras identificar las palabras exactas. Y encima, a veces puedo oir un pensamiento pero no logro identificar su origen si hay mucha gente en la sala.

Jason me miro con intensidad. Era la primera vez que hablabamos abiertamente de mi discapacidad.

– ?Como evitas volverte loca?-me pregunto, sacudiendo la cabeza asombrado. Estaba a punto de tratar de explicarle como mantengo mis protecciones, pero en ese momento Liz Barrett volvio a la mesa, con pintalabios fresco y emperifollada. Contemple como Jason recobraba su personaje de Don Juan como quien se envuelve en un pesado abrigo, y lamente no haber podido hablar mas con el cuando tenia su verdadera personalidad.

Aquella noche, mientras los empleados nos preparabamos para salir, Arlene me pidio que le hiciera de canguro la noche siguiente. Las dos teniamos el dia libre, y ella queria ir a Shreveport con Rene para ver una peli y cenar despues.

– ?Claro! -le dije-. Hace mucho que no me quedo con los ninos.

De repente se le demudo el rostro y se giro un poco hacia mi. Abrio la boca pero se lo penso dos veces antes de hablar, y entonces dijo:

– ?Estara… eh… estara Bill alli?

– Si, tenemos planeado ver una pelicula. Iba a pasarme manana por la manana por el videoclub, pero cogere algo que puedan ver los crios.-De repente me di cuenta de lo que queria decir-. Espera. ?Quieres decir que no quieres dejarme a los ninos si Bill va a estar alli?-Note que cerraba los ojos hasta dejar solo unas rendijas y que mi tono de voz caia hasta su registro de mayor furia.

– Sookie -dijo con expresion de impotencia-, carino, te quiero mucho. Pero no puedes entenderlo, no eres madre. No puedo dejar a mis hijos con un vampiro. No puedo.

– ?Y no importa que yo tambien este alli y que tambien quiera mucho a tus hijos? ?Ni que Bill no haria dano a un nino ni en un millon de anos?-Me colgue el bolso del hombro y salia grandes zancadas por la puerta trasera, dejando alli a Arlene con aspecto preocupado. ?Se merecia sentirse mal, vaya que si!

Para cuando llegue a la carretera rumbo a casa ya me encontraba algo mas calmada, pero aun me irritaba. Me sentia preocupada por Jason, ofendida por Arlene y distante de modo casi permanente con Sam, que llevaba unos dias actuando como si fueramos simples conocidos. Pense en ir a mi casa en vez de a la de Bill, y decidi que era buena idea.

Muestra de lo mucho que el se preocupaba por mi es que estuviera en mi puerta apenas quince minutos despues de que me esperara frente a la suya.

– No has venido, y tampoco me has llamado -dijo en voz baja cuando abri la puerta.

– Estoy de mal humor -respondi-, de muy malo.

Fue sabio y mantuvo las distancias.

– Siento haberte preocupado -dije tras un instante-, no volvere a hacerlo. -Me aleje de el en direccion a la cocina. Me siguio, o al menos supuse que lo hacia. Era tan silencioso que no podias estar segura hasta que mirabas.

Se recosto contra el marco de la puerta mientras yo permanecia en el centro del suelo de la cocina, preguntandome para que habia ido alli y notando que la oleada de furia me ahogaba. Empezaba a sentirme de nuevo harta de todo aquello. Tenia muchas ganas de tirar algo, de romper alguna cosa, pero no me habian educado para que ahora diera rienda suelta a impulsos destructivos como aquel. Lo contuve, cerrando con fuerza los parpados y apretando los punos.

– Voy a cavar un hoyo-dije, y sali por la puerta de atras. Abri la puerta del cobertizo, saque la pala y me lance a la parte posterior del jardin. Alli habia una parcela de tierra en la que nunca habia crecido nada, no se por que. Clave la pala, empuje con el pie y saque un buen trozo de tierra. Continue y el monton de tierra se hizo cada vez mas alto, a la vez que mas profundo el agujero.

– Tengo excelentes musculos en los brazos y los hombros dije, mientras descansaba apoyada en la pala y resollaba. Bill estaba sentado en una silla de jardin, mirando. No dijo ni una palabra.

Segui cavando.

Al final, obtuve un agujero realmente hermoso.

– ?Vas a enterrar algo?-me pregunto cuando dedujo que habia terminado.

– No. -Contemple la cavidad en el suelo-. Voy a plantar un arbol.

– ?De que tipo?

– Una encina -dije sin pensarlo.

– ?Y donde vas a conseguir una?

– En el vivero. Ire esta semana.

– Tardan mucho en crecer.

– ?Y a ti que mas te da eso? -estalle. Volvi a dejar la pala en el cobertizo y me apoye en el, agotada de repente. Bill hizo gesto de recogerme-. Soy una mujer adulta -ladre-. Puedo entrar en casa por mi propio pie.

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