importancia-. Vamos a trabajar y decidire acerca de este material mas tarde.
Terminamos el cuadro preliminar de la programacion semana, e Isobel se fue a su oficina para actualizar la informacion de la computadora. Regreso a mi puerta unos minutos mas tarde. Se veia frustrada, lista para irse a casa.
– ?Que sucede?
– La computadora ha estado funcionando mal todo el dia. No puedo hacer nada. Tampoco Rose. ?Puedes llamar al tecnico para que la arregle?
– Esta bien -respondi-. Hasta manana.
Antes de que pudiera encontrar el numero, mi mirada se poso en los pequenos frascos que estaban sobre la bandeja y, en vez de llamar al tecnico de las computadoras, telefonee a mi hermana.
Capitulo 5
COMO DE COSTUMBRE, resulto imposible localizarla. Le deje varios recados en todo el departamento de fisica de la Universidad de Edimburgo y tambien en todos los laboratorios de investigacion afiliados, asi como en un observatorio. No obtuve resultados, puesto que no pude hablar con ella.
Me di por vencido y trate de localizar a los expertos en computadoras. De ese esfuerzo, lo que obtuve fue una voz que me informo que la linea estaba desconectada. Ya muy irritado, llame a mi peluquero, que tenia su local a cuatro puertas de distancia de la tienda de computadoras y le pregunte que sucedia.
– Todos se desaparecieron de la noche a la manana un dia de la semana pasada -explico-. Eran pura faramalla. Se llevaron todo; dejaron el local vacio. Lo siento, amigo.
Busque en la guia telefonica amarilla y consegui la dudosa promesa de un extrano de que me anotaria en su lista.
– No puedo ir manana… Lo siento, no es posible.
Cuando colgue el auricular, el telefono sono en seguida. Conteste rapidamente y pregunte esperanzado:
– ?Lizzie?
– ?Estas esperando la llamada de una amiga, verdad? -bromeo torpemente Sandy Smith.
– De mi hermana. ?En que puedo ayudarte?
– Es al reves -comento-. Te dije que te informaria acerca del hombre que trajeron en tu camion. Ya estuvieron los resultados del examen
– Gracias, Sandy -agradeci con sinceridad-. ?Que me dices del Trotador?
– Eso es otra cosa -de pronto su voz adquirio un tono cauteloso-. Todavia no tenemos ningun informe acerca de el. Los lunes siempre estan ocupados.
– ?Me avisaras cuando tengas noticias?
Titubeo, pero me aseguro que lo haria. Senti curiosidad por saber si mis visitantes vestidos de civil lo habrian subvertido y puesto en mi contra. Me sente a pensar en todo lo que habia sucedido en los ultimos cinco dias. Al fin sono el telefono y esta vez se trataba, en verdad, de mi hermana.
– ?A quien no le preguntaste por mi? -demando-. Me ha caido una verdadera avalancha de mensajes “Llamale a Freddie”. ?Que pasa ahora?
– Primero que nada, en caso de que se corte la comunicacion, ?donde te encuentras?
Leyo en voz alta un numero que anadi a la lista.
– Es la casa del profesor Quipp -respondio con tono tajante.
Me inquieto si todos, excepto yo, sabian donde encontrarla. Habia tenido varios amantes, casi todos ellos barbados, todos academicos, no siempre cientificos. El profesor Quipp parecia ser el mas reciente.
– Me preguntaba -comente con timidez- si podrias hacerme el favor de analizar algo. ?Tal vez en la facultad de quimica?
– ?De que se trata?
– Es un liquido desconocido en un tubo de diez centimetros cubicos -le conte acerca de la bolsa que habia descubierto en uno de mis camiones y de los seis tubos que contenia el termo-. Han sucedido muchas cosas extranas -prosegui-. Quiero averiguar que transportaba en mi camion y, aparte de ti, la unica persona a la que podria preguntar es al veterinario de la zona o, si no, al Jockey Club. En realidad, voy a entregarte al Jockey Club uno o dos tubos, pero si se los confio en su totalidad, perdere control sobre ellos. Pense que con toda seguridad conocerias a alguien que tuviera un cromatografo de gases o como se llame.
– Si -respondio con lentitud-. Asi es -guardo silencio, reflexionando-. ?Como te propones hacerme llegar esos tubos misteriosos?
– Por correo, supongo. Mensajeria, sera mejor.
– Mmm -hizo una pausa-. ?Que vas a hacer manana?
– Tengo pensado ir a Cheltenham. Es el dia de la competencia para el campeonato de salto de vallas.
– ?Ah, si? ?Que te parece si vuelo para alla? Me deben un par de dias de descanso. Veriamos las carreras por la television y tendrias la oportunidad de llevarme a cenar. Volaria de regreso el miercoles. ?Que opinas?
– ?Llegaras a la casa o a la granja?
– Ala casa -contesto-. Cerca del mediodia.
– Lizzie -repuse agradecido-, gracias.
Sonrei y colgue el auricular. Ella vendria, como siempre lo habia hecho, llevada por una compulsion interna de correr en auxilio de su hermano. Era mayor que yo por once anos y habia sido como mi madre desde el principio. Se que si ella hubiera tenido hijos propios, estos instintos habrian desaparecido de modo natural, pero puesto que ninguno de los dos se caso jamas, yo parecia ser todavia no solo su hermano sino su hijo adoptivo.
Era baja de estatura y delgada, tenia el cabello oscuro en el que ultimamente empezaban a notarse las canas. Lizzie se desplazaba con rapidez en su habitat, ya fuera vestida con sus togas negras academicas o con las batas blancas de laboratorio, su mente agil parecia estar pensando en parsecs o en saltos cuanticos. Habia publicado varios ensayos, daba clases, gozaba de una excelente reputacion, y se sentia, hasta donde yo me daba cuenta, satisfecha.
Me di cuenta que habian transcurrido casi seis meses desde que tome el tren hasta su casa en Escocia para pasar dos dias con ella. Dos dias comprimian la conversacion de seis meses en un lapso que ella preferia. Su viaje para pasar una noche en Pixhill era tipico; no podia permanecer quieta una semana.
Me quede sentado en la granja pensando en mi hermana hasta que Nina volvio con el camion vacio, los corredores habian regresado ilesos a su caballeriza. Se estaciono cerca de las bombas lleno los tanques y se acerco bostezando a la oficina para llenar 1 bitacora y depositarla en el buzon.
Sali a recibirla.
– ?Como te fue?
– Absolutamente sin ningun incidente en todos los sentidos importantes. Fue fascinante en otros. ?Sucedio algo?
Negue con la cabeza.
– En realidad no. Despues de que hayas limpiado ese camion tengo algo que mostrarte.
Miro disgustada el vehiculo polvoroso.
– ?En verdad quieres que lo limpie? No creo que Patrick Venables espere eso.
– Una mision secreta es secreta -repuse apaciblemente-. Si te relevo de esa tarea y Harvey regresa y se da cuenta de ello, mi autoridad se ira por el drenaje.
A decir verdad, no se quejo; resignada condujo el camion a la zona de limpieza, lo embistio con agua a presion y limpio los cristales hasta que quedaron relucientes.
Harvey regreso, de hecho, mientras Nina Young estaba ocupada En tanto llenaba sus tanques, volvi a mi oficina y retire cuatro de los pequenos tubos misteriosos de la bandeja y los guarde en el fondo de un cajon del escritorio. Tenia tiempo de sobra, asi que tome uno de los paquetes de sandwiches sin abrir y lei que la etiqueta indicaba: CARNE DE VACUNO Y TOMATE.
Frunci el entrecejo. Habia visto una envoltura similar de carne y tomate, vacia, apenas hacia un dia o dos;