pero; ?donde exactamente? La respuesta me llego con lentitud. Entre la basura que dejo Brett en el camion grande, por supuesto.
Nina entro en la oficina y se dejo caer en una silla frente a mi escritorio.
– ?Que tengo que hacer manana? -pregunto sonriente-. Aprendi muchas cosas acerca de las carreras de caballos hoy, pero ni un apice sobre contrabando. Podria pasarme un mes y no ver nada si nos atenemos a lo que sucedio este dia.
– Nadie -le recorde- ha notado que algo ocurra. Tal vez estas aqui para descubrir como seria posible que sucediera.
– Cosa que tu podrias hacer mejor que yo.
– No, no lo creo. Podria decirte que nunca sucede gran cosa cuando estoy yo, simplemente debido a mi propia presencia. Me gustaria enviarte de viaje a Francia, Italia o Irlanda, pero aqui nos topamos con un pequeno obstaculo.
– ?A que te refieres? A mi no me importa si tengo que viajar. Me gustaria hacerlo en realidad.
– Tengo que enviar a dos conductores porque se trata de viajes largos, pero a las esposas de los conductores casados no les agrada que mande a sus maridos al extranjero con una mujer. Podria, desde luego, enviarte con Nigel, puesto que es soltero, aunque la misma Pat no querria ir con el. Es capaz de seducir a una monja.
– A mi no, conmigo no podria -lo dijo de manera terminante; sin embargo, dude.
– Ya veremos si se presenta la oportunidad de un viaje -replique-. Me incline a tomar los dos tubos restantes que quedaban en la bandeja. Le pregunte s i habia visto algo asi con anterioridad.
– No lo creo. ?Por que? ?Que son?
– Realmente no lo se. Pero es posible que se trate de lo que el intruso enmascarado estaba buscando en la cabina de mi camion, porque ahi es en donde se encontraban, en una bolsa junto con estos sandwiches.
Tomo el tubo y lo vio a contraluz.
– ?Que contienen?
– No lo se. Pense que tal vez Patrick podria averiguarlo.
Bajo el tubo y me miro.
– Es la primera prueba concreta de que algo esta sucediendo.
Tome el paquete de sandwiches y le mostre la etiqueta.
– Brett, el que llevo el camion a Newmarket el jueves pasado, compraba este tipo de sandwiches durante el viaje. Vamos a suponer que el los hubiera adquirido en la gasolinera de South Mimms. Pero, ?que sucederia si Kevin Keith Ogden viajaba con estos sandwiches y estos tubos?
Siguio la misma linea de pensamiento que yo.
– Si los tubos pertenecian al pasajero muerto, no pueden relacionarse con los recipientes debajo de los camiones. Seria posible que no tuvieran nada que ver contigo. El hombre no sabia que iba a morir. Probablemente queria llevarse estos tubos consigo.
– Sabia que ibas a decir eso.
Harvey termino sus labores y se reunio con nosotros dos en la oficina. Le pregunto a Nina como le habia ido y si tenia alguna pregunta que hacerle. Ella le dio las gracias y adverti que lo corto el seco con la pureza de su pronunciacion de sangre azul, aunque no al grado de ser descortes. Me pregunte con cuanta frecuencia se transformaria para Patrick Venables.
El telefono sono y conteste. Escuche una extrana voz gangosa y engreida.
– Habla John Tigwood -anuncio-. Maudie Watermead me dijo que me comunicara.
– ?Ah!… John Tigwood -repuse-. Amigo de Loma, la hermana de Maudie.
Me corrigio con energia.
– Soy el director de Centaur Care.
– Tigwood… -murmuro Harvey expresando de esta manera su desaprobacion-. Es un tipo totalmente insignificante. Siempre esta tratando de dar el sablazo.
– ?Que se te ofrece? -inquiri al telefono con moderacion.
– Necesito que recojas, unos caballos -repuso Tigwood.
– Por supuesto -convine-. Cuando gustes -lo que pensara de John Tigwood en relacion con su persona, no me impedia aceptar su dinero.
– Una granja de retiro va a cerrar en Yorkshire -me anuncio con seriedad, haciendo que sonara como un acontecimiento portentoso-. Hemos convenido en encontrarles un nuevo hogar a los caballos. Los Watermead aceptan recibir a dos. Benyi Usher va a tomar a otros dos. Voy a hablar con Marigold English, aunque ella recien llego a este lugar. ?Que me dices tu? ?Es posible que quieras participar?
– Lo lamento, pero no -respondi-. ?Cuando quieres transportarlos?
– Manana. Loma quiere viajar en tu camion y actuar como moza de cuadra.
– De acuerdo. Esta bien.
Me dio las instrucciones y le informe acerca de las tarifas.
– Oye, espera un momento. Esperaba que esto fuera caridad.
– Lo siento, pero no -hasta ese momento me habia mostrado amigable y apologetico.
Un poco enojado, replico:
– Te pagare. Aunque creo que podrias ser mas generoso. Despues de todo, se trata de una buena causa.
Cuando Tigwood colgo, le di las instrucciones a Harvey. Nina pregunto de que se trataba.
Harvey contesto disgustado:
– Existe este hogar absurdo para caballos muy viejos. Tigwoo intenta conseguirles alojamiento en todas partes. Les cobra a los duenos de los caballos viejos por cuidar a sus animales, pero no le paga a la gente que les brinda hogar. Es un timo.
Sonrei.
– Se trata de una de las obras de caridad locales. La gente organiza aqui colectas de fondos. A muchos les tuercen el brazo, sin embargo, a mi no me agrada que me estafen.
– La cuestion es -prosiguio Harvey-, ?quien hara el trabajo?
– Quienquiera que vaya, llevara a Lorna Lipton como moza de cuadra -le adverti-. El nuevo empleado, Aziz o como se llame, va a conducir el camion para nueve caballos de Brett a partir de ahora. Bien podria empezar con los geriatricos.
Escribi 'Centaur Care' en el cuadro, en el sitio correspondiente a los transportes del camion grande, y anote 'Aziz' en la parte superior de la columna.
Centaur Care ocupaba una modesta cabana de un solo piso, en el borde de un potrero de casi una hectarea en las afueras de Pixhill. Las desvencijadas caballerizas adyacentes eran de madera y tenian capacidad solo para albergar a seis huespedes pateticos que a duras penas pasaban las inspecciona reglamentarias del condado. La actitud de John Tigwood exaltaba este proyecto en la conciencia colectiva de Pixhill como si fuera una extraordinaria obra de caridad. Yo estaba seguro de que muchos de los que aportaban para esta noble causa nunca habian visto su centro de operaciones.
Habia alcancias de Centaur Care esparcidas por todo Pixhill; se trataba de latas redondas con ranura en las que se exhortaba a todo el mundo a colaborar con largueza para dar 'una prolongada vida a viejos amigos'. Tigwood vaciaba regularmente los recipientes. En nuestro restaurante dejo una de estas latas, pero bufo de colera cuando la abrio y se encontro con que las donaciones eran botones y galletas saladas.
Mientras Harvey revisaba el cuadro, reflexione por un momento y tome una decision.
– El miercoles, Nigel ira a Francia a recoger el saltador de exhibicion para la hija de Jericho Rich. Nina lo acompanara y sera su auxiliar.
Harvey la miro con sorpresa y levanto las cejas.
– Ya le adverti sobre el -comente-. Pero dice que es a prueba de Nigel. Pueden llevarse el camion para cuatro caballos que Nina condujo hoy.
A ella le senale:
– Considero que vas a necesitar para el viaje una muda de ropa. ?No te parece?
Ella asintio y cuando Harvey salio, me dijo.
– Supongo que querras que uno de nosotros dos duerma en el camion, ?no es asi?
– Tiene uno de esos tubos abajo en uno de los costados -replique, asintiendo.
– Si. Bueno, lanza el anzuelo. Deja que todo el mundo se entere que ese camion en particular se dirigira el