– Lewis me dijo un dia que podia transportarse cualquier cosa debajo de los camiones, si uno queria. Pero no encontre el termo. No habia nada debajo del camion. Solo inmundicia.

– Cuando intentaste que Nigel te llevara a Newmarket con las potrancas, ?todavia esperabas encontrar el recipiente con el virus e infectar a los caballos durante el viaje?

– ?Que te importa?

– Se trataba de un camion diferente -repuse. Se derrumbo.

– De verdad lo hice por ti, papa -imploro-. Odio a Jericho Rich. ?Se llevo sus caballos porque lo abofetee! Lo hice por ti.

Michael se rindio ante ella, invadido por la indulgencia. No le crei a Tessa, pero quiza Michael necesitaba hacerlo.

Capitido 12

ISOBEL TODAVIA ESTABA en la oficina cuando regrese a la granja, aunque casi eran las cinco de la tarde. Me informo que Lewis habia llamado por telefono. Nina y el venian de regreso por el tunel del Mont Blane. Solamente se habian detenido a comer un sandwich y a cargar gasolina. Nina venia conduciendo. El potro habia viajado con la cabeza asomada por la ventana todo el camino, pero no habia enloquecido. Lewis iba a conducir al norte toda la noche, aunque queria detenerse en algun lugar a llenar las latas grandes con agua francesa para el potro.

– De acuerdo -repuse tranquilo. El agua francesa de manantial era pura y dulce, le hacia bien a los caballos. Una escala por ese motivo no era extraordinaria.

– Aziz pidio el dia libre -comento Isobel-. No quiere conducir manana. Tiene algo que ver con su religion.

– ?Su religion? -suspire-. ?Algo mas?

– El senor Usher me pregunto si habiamos recogido el potro. Le dije que llegaria a Pixhill manana a las seis de la tarde, si no habia demoras en el transbordador.

– Esta bien, gracias.

Esa noche trate de dormir aunque fuese un poco. El golpe ya no era pretexto. Estuve despierto en cama pensando en que Lewis iba a detenerse en alguna parte a llenar las latas con agua francesa. Confie en que Nina mantendria la cabeza agachada y los ojos parcialmente cerrados.

El miercoles por la manana vi partir a los camiones que se dirigian hacia Doncaster, donde la temporada de pista plana se inauguraria al dia siguiente. Era el inicio de la epoca mas atareada para Croft Raceways. Normalmente me entusiasmaba, pero esta semana, hasta ahora, apenas lograba concentrarme.

A las nueve, cuando el telefono sono por enesima ocasion, Isobel contesto y fruncio el entrecejo.

– ?Aziz? -pregunto-. Un momento -se puso de pie-. Es un frances, quiere hablar con Aziz.

– No vino a trabajar hoy -le recorde.

Isobel respondio por encima del hombro al cruzar la puerta:

– Esta en el restaurante.

Aziz llego apresuradamente y levanto el auricular.

– Oui… Aziz. Oui -alargo la mano para tomar un trozo de papel y, un lapiz-. Oui. OuiMerci, monsieur. Merci -Aziz anoto con cuidado y colgo el auricular.

– Un mensaje de Francia -recalco sin que fuera necesario. Me paso la hoja del memorandum-. Nina le pidio a este hombre que llamara aqui.

Tome el papel y lei las siguientes palabras escuetas: Ecurie Bonne Chance, pres de Belley.

– Caballerizas Buena Fortuna -tradujo Aziz para mi-. Cerca de Belley.

Aziz me dirigio una de sus habituales sonrisas francas y salio con rapidez de la oficina.

– Crei que Aziz tenia el dia libre -le comente a Isobel.

Ella se encogio de hombros.

– Solo dijo que no queria conducir. Estaba en el restaurante bebiendo te cuando llegue a trabajar.

Le eche un vistazo a la direccion francesa y llame por telefono al Jockey Club.

– Nina envio una direccion a traves de un frances -le explique a Patrick Venables-. Ecurie Bonne Chance, cerca de Belley. ?Tienes informacion al respecto?

– Dejame preguntarles primero a mis colegas franceses y te llamare mas tarde.

Me sente frente al telefono a reflexionar durante algunos segundos despues de que colgue. Luego fui a buscar a Aziz y lo invite a dar un paseo.

– ?Trabajas para el Jockey Club, no es verdad? -pregunte con mucha seguridad.

– Freddie -Aziz dio un paso y me tomo de la manga-. Escucha -su sonrisa se desvanecio-. Patrick queria que Nina tuviera un respaldo. Supongo que debimos haberte informado, pero…

– No te muevas de aqui -le ordene categoricamente y regrese a mi oficina.

Una hora mas tarde, Patrick Venables volvio a llamar.

– En primer termino, creo que te debo una disculpa -dijo-. ?Como sospechaste de Aziz? Me telefoneo para decirme que lo habias descubierto.

– Por algunos detalles -le explique-. Primero, es demasiado inteligente para este trabajo. Luego, la persona que llamo de Francia pidio hablar con el, lo que significaba que Nina le habia pedido a Aziz que estuviera a su disposicion.

Patrick Venables hizo una pausa.

– ?Oh, cielos!

– ?Puedo saber que pasa?, ?por que dices eso?

– Ecurie Bonne Chance -prosiguio Patrick con energia- es un pequeno establo que dirige un entrenador frances menor. El propietario es Benjamin Usher.

– ?Ah!

– La propiedad se localiza al sur de Belley, cerca del rio Rodano. Los franceses no tienen nada en contra del lugar. Ha habido algunos caballos enfermos ahi, pero ninguno ha muerto.

– Muchas gracias.

– Nina nos ordeno de manera tajante que no interceptaramos tu camion al regresar. Espero que sepas lo que haces.

Yo tambien lo esperaba.

Llame por telefono a Guggenheim.

– No puedo prometer nada -le informe-, pero tome el vuelo hoy y traiga algo para transportar a un animal pequeno.

Las horas siguieron pasando muy despacio. Por fin, Lewis llamo a Isobel por la tarde y le aviso que habian cruzado en el transbordador y estaban saliendo de Dover.

Despues de otra hora que transcurrio lentamente, Isobel y Rose se fueron a casa. Cerre la oficina, me dirigi al Fourtrak y puse en marcha el motor. La puerta del pasajero se abrio de improviso y Aziz se sento a mi lado.

– Vas a buscar a Nina, ?verdad? -pregunto.

– Si -conduje a la salida del patio, salimos del pueblo y me encamine cuesta arriba hacia un lugar desde donde podia verse todo Pixhill.

Despues de un rato, un camion se acerco por la colina opuesta. Levante un par de binoculares.

– Son ellos -indique-. Lewis y Nina.

El camion dio vuelta por un estrecho sendero que llevaba a las caballerizas de Benjamin Usher. Puse en marcha el Fourtrak y descendimos por la cuesta. Llegamos a la cuadra antes de que Lewis apagara el motor.

La cabeza de Benyi se asomo por la ventana del piso superior. Giro sus ordenes a los mozos de espuela con la energia acostumbrada; Lewis y Nina deslizaron la rampa. Me baje de mi camioneta destartalada y los observe.

Guiado por Nina, el potro choco los cascos al bajar de la rampa, tenia los ojos desorbitados y se alejo cojeando en manos del jefe de mozos de espuela. Benyi le pregunto a gritos a Lewis como habia sido el viaje. Lewis respondio en voz alta:

– Todo salio bien -Benyi, aliviado, cerro su ventana.

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