llegue junto a ella y la abrace. Ella luchaba, me rechazaba sollozando sin lagrimas, y gritaba.

— No me toques. ?Te repugno, lo se! ?Dejame! No soy yo, no soy yo, no soy yo…

—?Callate! ?Callate! — le grite, sacudiendola.

De rodillas en el suelo, frente a frente, gritamos los dos. La cabeza de Harey se desplomo al fin sobre mi hombro. La estreche contra mi con todas mis fuerzas. Jadeantes, ya no nos moviamos. El grifo seguia goteando, lentamente.

— Kris… dime, ?que he de hacer para parar todo esto? Kris…

—?Callate!

Harey alzo la cabeza y me miro.

—?Como, tu tampoco sabes? ?No se puede hacer nada?

— Por favor…

— Lo intente… ?No, no, sueltame! No quiero que me toques. Te repugno. Si solo supiera como…

—?Te matarias?

— Si.

— Pero yo quiero que vivas. ?Entiendes? Quiero que estes aqui, conmigo. ?No deseo ninguna otra cosa!

Los grandes ojos grises me miraron de cerca.

— Mientes — dijo ella en voz baja.

La solte y me incorpore.

—?Que podria hacer para que me creyeras? Te juro que no miento. Solo tu cuentas para mi.

— Es imposible que digas la verdad, pues yo no soy Harey.

— Entonces ?quien eres?

Hubo un largo silencio. Al fin ella inclino la cabeza y murmuro:

— Harey… pero… se que no es verdad. No soy la mujer a quien amaste una vez.

— Si. Pero eso fue en otro tiempo. Ese pasado ya no existe. Aqui, hoy, es a ti a quien amo. ?Comprendes?

Ella meneo la cabeza.

— Eres bueno. No creas que no aprecio todo cuanto hiciste. La primera manana cuando me descubri junto a tu cama esperando a que despertases, yo no sabia nada. Apenas puedo creer que eso fue hace solo tres dias. Me comporte como una lunatica. Todo era como una niebla. No me acordaba de nada, nada me sorprendia; me sentia como despertando de los efectos de un narcotico, o al cabo de una larga enfermedad. Hasta pense que acaso habia estado enferma, y que no querias decirmelo. Luego ocurrieron algunas cosas, y me dieron que pensar. Tu sabes a que me refiero. Despues tuviste esa conversacion en la biblioteca, con ese hombre.. ?como se llama? Snaut, si. Te negaste a explicarme nada, y entonces me levante de noche y escuche esa cinta. Esa fue la unica vez que te menti, Kris, cuando tu buscabas el grabador, yo sabia donde estaba, lo habia escondido. El hombre que grabo esa cinta… ?como se llama?

— Gibarian.

— Si, Gibarian. Ahi estaba todo explicado. Aunque yo sigo sin entender. Solo no sabia que no puedo… que no hay final. El no lo menciono. O quiza si, pero tu te despertaste y yo apague el aparato. Habia oido bastante para saber que no soy un ser humano, sino un instrumento.

—?De que hablas?

— Si. Para estudiar tus reacciones, o algo por el estilo. Todos aqui tienen un… un instrumento semejante. Nacimos de vuestros recuerdos, o de vuestra imaginacion. No lo se muy bien. Gibarian habla de cosas terribles, inverosimiles… Si no concordara con todo lo demas me hubiera negado a creerlo.

—?Todo lo demas?

— Oh, que yo no tenga necesidad de dormir, y que deba seguirte a todas partes. Todavia ayer creia que me detestabas y eso me hacia desdichada. ?Que idiota! Pero ?como hubiera podido imaginar la verdad? El, Gibarian, no odiaba a esa mujer que lo acompanaba, pero habla de ella de una forma tan espantosa. Entonces, solo entonces supe que nada dependia de mi, que podia hacer esto o aquello, poco importaba, siempre seria para ti una tortura. Peor aun, pues los instrumentos de tortura son pasivos e inocentes, tan inocentes como el guijarro que cae y nos mata. Que un instrumento de tortura te ame y desee tu bien, eso estaba mas alla de mi entendimiento. Hubiera querido contarte todo esto, comunicarte lo poco que habia entendido. Me decia que a lo mejor podia serte util. Hasta trate de tomar notas…

Yo me aclare la voz y pregunte penosamente:

—?Para eso habias encendido una lampara?

— Si, pero no pude escribir nada. Buscaba en mi ese… tu sabes, esa « influencia »… Me sentia como loca. Me parecia que no tenia cuerpo bajo la piel, que habia en mi algo… distinto, que solo era una apariencia, destinada a enganarte. ?Comprendes?

— Comprendo.

— Cuando no duermes de noche, y la cabeza te da vueltas durante horas, puedes llegar muy lejos, y aun tomar caminos extranos…

— Si, ya se.

— Pero yo sentia como me latia el corazon. Y recordaba que tu me habias analizado la sangre. ?Como es mi sangre? Ahora puedes decirme la verdad.

— Tu sangre es igual a la mia.

—?De veras?

— Te lo juro.

—?Que significa esto? Yo me decia que ese… ese poder desconocido quiza se ocultaba en mi en alguna parte, ocupando muy poco lugar. Pero no sabia donde se escondia. Ahora, pienso que buscaba un subterfugio, pues no me atrevia a tomar una decision; tenia miedo, buscaba otra salida. Pero Kris, si tengo la misma sangre que tu… si realmente… No, es imposible. Ya estaria muerta ?no es cierto? Esto significa que hay una diferencia, a pesar de todo. ?Donde esta la diferencia? ?En la mente? Me parece sin embargo que pienso como cualquier ser humano… ?y no se nada! Si esa cosa desconocida estuviese pensando en mi cabeza, yo lo sabria todo. Y no te querria. Representaria una comedia, pero de modo deliberado. Kris, te lo suplico, dime todo lo que sabes. Tal vez encontremos una solucion.

—?Que solucion? ?Quisieras morir?

— Si, creo que si.

De nuevo el silencio. Harey seguia sentada, acurrucada. Yo mire alrededor: el mobiliario esmaltado de blanco, los instrumentos centelleantes, quiza buscando desesperadamente una clave que se materializaria de pronto.

— Harey ?puedo tambien yo decirte una cosa? — Ella esperaba, en silencio. — Es verdad, no somos exactamente iguales. Pero no hay nada de malo en eso. Al contrario. Cualquiera que sea tu opinion, esa… diferencia… te salvo la vida.

Ella esbozo una sonrisita dolorosa, de nina triste.

—?Eso quiere decir que soy… inmortal?

— No se. En todo caso, eres mucho menos vulnerable que yo.

— Es horrible…

— Acaso menos horrible de lo que piensas.

— Pero tu no me envidias.

— Harey, ignoro cual sera tu destino. Me parece tan imprevisible como el mio, o de cualquier habitante de la Estacion. El experimento continuara, y puede ocurrir cualquier cosa.

— O nada.

— O nada. Y yo prefiero que no ocurra nada. No porque tenga miedo (aunque el miedo cumple sin duda un papel en este asunto) sino porque no llegaremos a ningun resultado. De eso estoy completamente seguro.

—?Resultado? ?Hablas de ese… oceano?

— Si, contacto con el oceano. Yo creo que el problema es en realidad muy simple. Contacto significa intercambio de conocimientos especificos, ideas, o al menos comprobaciones, hechos definidos… Pero ?si no hay intercambio posible? Si el elefante no es un microbio gigante, el oceano no es un cerebro gigante. Habra intentos de aproximacion, claro esta. Y la consecuencia de uno de esos intentos es que tu estes aqui, ahora y conmigo. Y yo me esfuerzo por explicarte que te amo. Tu sola presencia borra los doce anos que consagre al estudio de Solaris, y

Вы читаете Solaris
Добавить отзыв
ВСЕ ОТЗЫВЫ О КНИГЕ В ИЗБРАННОЕ

0

Вы можете отметить интересные вам фрагменты текста, которые будут доступны по уникальной ссылке в адресной строке браузера.

Отметить Добавить цитату