— Me llevare el papel.

—?Para que?

Yo sabia lo que iba a contestarme.

— Tengo que mostrarle estos calculos a Sartorius.

— Como quieras… — Me encogi de hombros. — Puedes llevarte la hoja, por supuesto, pero no olvides que nadie ha verificado aun estas teorias. No conociamos aun semejantes estructuras. Sartorius confia en Frazer y yo he seguido la teoria de Sion. Sartorius te dira que yo no soy fisico, que tampoco lo es Sion. No al menos segun su punto de vista. Discutira. No me metere en una discusion que me llevaria a retractarme, para mayor gloria de Sartorius. A ti, puede convencerte. No me siento con fuerza para convencer a Sartorius, y no quiero intentarlo.

— Entonces ?que quieres hacer? El se ha puesto a trabajar…

Snaut hablaba con una voz monotona. La animacion inicial habia desaparecido. Yo no sabia si confiaba en mi, y no me importaba demasiado.

—?Que quiero hacer? — respondi en voz baja—. Lo que hace un hombre cuando su vida corre peligro.

— Tratare de hablarle. Quiza pueda desarrollar un dispositivo de seguridad — gruno Snaut, y. alzo la cabeza—. Escucha. ?Y el otro proyecto? ?Aceptarias? Sartorius estaria de acuerdo. En todo caso, vale la pena probar.

—?Te parece?

— No — dijo Snaut en seguida—, ?pero que podemos perder?

Yo no queria aceptar demasiado pronto. Necesitaba ganar tiempo y Snaut podia ayudarme a prolongar el plazo.

— Lo pensare.

— Bueno, me voy. — Se puso de pie, y le crujieron los huesos. — Habra que preparar el encefalograma — dijo frotandose el delantal, como si quisiera borrar alguna mancha.

Sin despedirse de Harey, fue hacia la puerta. Con el libro apoyado en las rodillas, Harey lo miro salir. Cuando la puerta se cerro, me incorpore. Desarrugue la hoja de papel que aun tenia en la mano. Yo no habia falsificado las formulas. ?Pero habria aprobado Sion mis conclusiones? Probablemente no.

Me sobresalte; Harey se habia acercado y me habia tocado el hombro.

—?Kris!

—?Que, mi querida?

—?Quien era?

— El doctor Snaut, ya te lo dije.

—?Que clase de hombre es?

— Lo conozco poco… ?por que?

— Me miraba de un modo tan raro…

— Eres una mujer atractiva.

Harey sacudio la cabeza.

— No, me miraba de otro modo… como si… — Se estremecio, alzo hacia mi los ojos un momento, y los bajo otra vez. — Volvamos a la cabina.

El oxigeno liquido

No se cuanto tiempo estuve acostado en la oscuridad, los ojos clavados en la esfera luminosa del reloj pulsera. Yo sentia una cierta sorpresa, pero tambien, y como impresion basica, una indiferencia profunda. El circulo de cifras fosforescentes y aun mi propia extraneza no tenian ningun significado. Atribui todo eso a la fatiga. Me volvi de costado. La cama me parecio demasiado ancha. Contuve al aliento; ningun ruido turbaba el silencio del cuarto.

?Harey? No la oia respirar. Extendi el brazo. Yo estaba solo.

Iba a llamar a Harvey, cuando oi unos pasos pesados que se acercaban. No me movi.

—?Gibarian?

— Si, soy yo. No enciendas la lampara.

—?No?

— No es necesario. Es mejor que nos quedemos a oscuras.

— Pero ?estas muerto?

— No te preocupes. Reconociste mi voz ?no es asi?

— Si. ?Por que te mataste?

— No podia hacer otra cosa. Tu llegaste cuatro dias tarde. Si no tal vez no me habria matado. Pero no te atormentes. No lamento nada.

—?Estas realmente aqui, no estoy durmiendo?

— Ah, crees que suenas conmigo, como creias sonar a Harey.

—?Donde esta ella?

—?Como podria saberlo?

— Tengo la impresion de que lo sabes.

— Guardate tus impresiones. Digamos que yo la reemplazo.

— Quisiera que ella estuviese aqui.

— Imposible.

—?Por que? Sabes bien que no eres tu realmente… sino mi…

— No. Soy el verdadero Gibarian, que ha renacido. Pero no perdamos el tiempo en charlas inutiles.

—?Te iras de nuevo?

— Si.

—?Y entonces ella volvera?

—?Te importa? ?Que es ella para ti?

— Me pertenece.

— Le tienes miedo.

— No.

— Te disgusta…

—?Que esperas de mi?

— Apiadate de ti mismo, tienes buenas razones, pero no de ella. Ella siempre tendra veinte anos. Tu lo sabes.

Me senti tranquilo de pronto, en apariencia sin ningun motivo. Pense que Gibarian se habia acercado todavia mas y que estaba ahora a los pies de la cama. La oscuridad era aun impenetrable.

—?Que quieres? — murmure.

— Sartorius ha convencido a Snaut de que has estado enganandolo. Ahora son ellos quienes quieren enganarte. Ese pretendido emisor de rayos X es en realidad un desintegrador de campos magneticos.

—?Donde esta Harey?

—?No me oyes? ?He venido a prevenirte!

—?Donde esta?

— No se. Ten cuidado. Necesitaras un arma. No puedes confiar en nadie.

— Puedo confiar en Harey.

Una risa apagada.

— Claro, puedes confiar en ella hasta cierto punto. Y en ultima instancia, puedes seguir mi ejemplo.

— Tu no eres Gibarian.

—?No? ?Quien soy entonces? ?Un sueno?

— No. Solo una marioneta. Pero no lo sabes.

—?Y tu como sabes quien eres?

Quise levantarme; no podia moverme. Gibarian continuaba hablando. Yo no entendia las palabras; solo

Вы читаете Solaris
Добавить отзыв
ВСЕ ОТЗЫВЫ О КНИГЕ В ИЗБРАННОЕ

0

Вы можете отметить интересные вам фрагменты текста, которые будут доступны по уникальной ссылке в адресной строке браузера.

Отметить Добавить цитату