Inmediatamente despues de la conferencia, el comandante y el comisario de la division salieron a atender la llamada urgente del comandante del ejercito. Krimov se puso a hablar con Savrasov. Era, a todas luces, un hombre de un caracter rudo y pesado, ambicioso y susceptible. Muchas caracteristicas suyas -su ambicion, su brutalidad, el cinismo jocoso con que hablaba de la gente -eran desagradables.

Savrasov, sin quitarle los ojos de encima a Krimov, pronunciaba un monologo:

– Llegas a Stalingrado a un regimiento cualquiera y lo sabes: ?el mas fuerte y decidido es el comandante del regimiento! Esto es cierto. Aqui no importa cuantas vacas tiene un campesino. Aqui solo se mira una cosa: si el tipo tiene mollera. ?Tiene? Entonces bien. Aqui no hay nada falso. Y en tiempo de paz ?que ocurria? -Se reia con sus ojos amarillos en la cara de Krimov-. Mire, yo no soporto la politica. Todos esos tipos de derecha, de izquierda, esos oportunistas, esos teoricos… No soporto a los aduladores. Y, aunque no me mezclo en politica, han intentado echarme fuera una decena de veces. Es una suerte que no sea del Partido, si no ora me tildarian de borracho, ora de mujeriego. ?Tendria que fingir, ?no es asi? No me veo capaz.

Krimov tenia ganas de decir a Savrasov que en su Stalingrado, en el Stalingrado de Krimov, su destino no se arreglaria, que el no hacia otra cosa que vagar, sin nada serio que hacer. ?Por que Vavilov y no el era comisario de la division de Rodimtsev? ?Por que el Partido tenia mas confianza en Svirin que en el? Despues de todo, el era mas inteligente, tenia una vision mas amplia de las cosas, mas experiencia en el Partido, y no le faltaba coraje. Ademas, si era preciso, el sabria mostrar la dureza necesaria, no le temblaria la mano… Comparados con el, los otros no eran mas que militantes de la alfabetizacion. «Vuestro tiempo ha expirado, camarada Krimov, se esfumo.»

Aquel coronel de ojos amarillos le habia calentado, encendido, deprimido.

Pero ?por que tenia todavia dudas, Senor? Su vida privada se habia derrumbado, habia rodado pendiente abajo… El problema no era que Zhenia se hubiera dado cuenta de que era incapaz de resolver las cuestiones materiales. Eso a ella le daba igual, era un ser puro. ?Lo habia dejado de amar! ?Como se puede amar a los acabados, a los vencidos? Un hombre sin aureola. Si, si, le habian expulsado de la nomenklatura… Aunque bien mirado, era honesta, pero eso no impedia que las cosas materiales tambien le importaran. Asi era todo el mundo. Tambien Yevguenia Nikolayevna. Nunca se casaria con un pintor indigente, aunque hubiera pintarrajeado ese garabato que ella habia declarado genial…

Krimov habria podido confiar muchos de esos pensamientos al coronel de ojos amarillos, sin embargo se limito a responderle en los puntos que coincidian.

– Pero ?que dice, camarada coronel? Usted simplifica demasiado las cosas. Antes de la guerra tampoco se preocupaban unicamente de contar cuantas vacas tenia un campesino. No es posible escoger los cuadros basandose exclusivamente en el criterio de la eficacia.

La guerra impedia mantener una conversacion sobre lo que existia antes de que estallara el conflicto. Retumbo una enorme explosion, y entre la niebla y el polvo emergio un capitan preocupado, un telefonista dio voces: llamaban de un regimiento. Un tanque aleman habia abierto fuego contra el Estado Mayor del regimiento en cuestion, y los ametralladores, que habian saltado detras del tanque, se habian refugiado en una casa de piedra donde se encontraban los jefes de una division de artilleria. Estos ultimos, que estaban instalados en el primer piso, habian iniciado el combate contra los alemanes. El tanque habia incendiado una casa de madera cercana, y el fuerte viento del Volga empujaba las llamas hacia el puesto de mando del comandante del regimiento Chamov, que comenzo a ahogarse, junto con todo su Estado Mayor, por lo que decidieron trasladar el cuartel general. Pero cambiar el puesto de mando a la luz del dia, bajo el fuego de la artilleria y el cruce de proyectiles de gran calibre, no era facil.

Todos aquellos acontecimientos se desarrollaban simultaneamente en el perimetro de defensa de la division. Unos pedian consejo, otros refuerzos de artilleria, los terceros autorizacion para replegarse, los cuartos se limitaban a informar, los quintos querian informacion. Cada uno tenia una mision particular y todos tenian en comun que era una cuestion de vida o muerte.

Cuando las cosas se calmaron un poco, Savrasov pregunto a Krimov:

– ?Y si comemos algo, camarada comisario del batallon, mientras los superiores regresan al Estado Mayor del ejercito?

Savrasov no se sometia a la regla introducida por el comandante y el comisario de la division que prohibia el consumo de vodka. Por eso preferia comer por separado.

– Gurtiev es un buen militar -declaro Savrasov un poco achispado-. Es un hombre instruido, honesto. Por desgracia, tambien es un asceta terrible. Con el uno diria que esta en un monasterio. En cambio yo, por las chicas, tengo un interes de lobo, adoro esos asuntos, como los vampiros. Que no se le escape un chiste en presencia de Gurtiev. De todos modos combatimos juntos y, en general, todo esta en orden. Pero el comisario no me quiere demasiado, a pesar de que por naturaleza sea tan monje como yo. ?Piensa que Stalingrado me esta haciendo envejecer? Al contrario, yo aqui, con estos amigos, me encuentro muy bien.

– Yo tambien tengo el temperamento del comisario -dijo Krimov.

Savrasov movio la cabeza.

– Si y no. La cuestion no consiste en el vodka, si no en esta otra. -Y con un dedo golpeo la botella y despues la frente.

Ya habian acabado de comer cuando el comandante y el comisario regresaron al puesto de mando de Chuikov.

– ?Que hay de nuevo? -pregunto Gurtiev con tono apresurado y estricto, examinando la mesa.

– El jefe de transmisiones ha resultado herido, los alemanes han intentado hundir el punto de enlace de Zholudev, y han incendiado la casita en el punto de enlace de Chamov y Mijalev.

Chamov ha tosido un poco por la inhalacion de humo, por lo demas nada especial -respondio Savrasov.

Svirin observo la cara colorada de Savrasov y, alargando afectuosamente las palabras, dijo:

– No hacemos otra cosa que beber vodka, ?no es cierto, camarada coronel?

58

El comandante de la division pidio al comandante del regimiento, el mayor Beriozkin, que hiciera un informe sobre la situacion de la casa 6/1: ?acaso no seria mejor retirar las tropas?

Beriozkin aconsejo al comandante de la division que no lo hiciera aunque la casa estuviera bajo amenaza de cerco. La casa albergaba puestos de observacion de gran importancia para la artilleria en la orilla izquierda del Volga, ya que transmitia datos relevantes sobre el enemigo. Tambien estaba acantonada una subdivision de zapadores que estaba en condiciones de paralizar el avance de los blindados enemigos. Era poco probable que los alemanes iniciaran una ofensiva general sin haber liquidado antes aquel foco de resistencia; sus tacticas eran bien conocidas. Con la ayuda de refuerzos, la casa 6/1 podia ofrecer una larga resistencia y desbaratar la estrategia de los alemanes. Dado que los enlaces solo podian alcanzar la casa asediada raramente durante las horas nocturnas y que las comunicaciones telefonicas se interrumpian constantemente, era conveniente enviar a un radiotelegrafista con un transmisor.

El comandante de la division estuvo conforme con Beriozkin. Durante la noche el instructor politico Soshkin y un grupo de soldados lograron alcanzar la casa 6/1 y entregar a sus defensores cajas de municiones y granadas de mano. Tambien llevaron un aparato de radio y a una joven radiotelegrafista del centro de comunicaciones.

El instructor politico, de regreso al despuntar el alba, explico que el comandante de la unidad se habia negado a redactar un informe y habia anadido: «No tengo tiempo para papeleo, debemos rendir cuentas solo ante los fritzes».

– No le encuentro ni pies ni cabeza a lo que esta pasando alli -dijo Soshkin-. Todos temen a ese Grekov, pero el los trata de igual a igual; duermen hacinados, y el en medio de ellos, le tutean y le llaman Vania. Disculpeme por lo que voy a decirle, camarada comandante, pero aquello parece mas la Comuna de Paris que una unidad militar.

Moviendo la cabeza, Beriozkin pregunto de nuevo:

– ?Asi que se ha negado a redactar el informe? ?Vaya tipo!

Despues Pivovarov, el comisario del regimiento, pronuncio un discurso sobre los comandantes que se comportaban como partisanos.

Beriozkin, en tono conciliador, dijo:

– ?Que quiere decir «como partisanos»? Solo son muestras de iniciativa, de independencia. A veces tambien

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