Ella odiaba el dolor que tenia el incluso el resto que habia encontrado.

Mary sintio en la piel los anos pasados.

Visualizo el dormitorio amarillo de su madre. Olia a desinfectante. Escuchaba las laboriosas y desesperadas respiraciones.

Alli estaba otra vez, penso ella. Otra cabecera. Otro sufrimiento. Desvalido.

Miro alrededor de la habitacion, sus ojos aterrizaron sobre la Madonna y el nino en el aparador. En este contexto la pintura era arte, no un icono, la parte de una coleccion de la calidad de un museo y solo se utilizaba como decoracion.

Por lo que ella no tenia que odiar la maldita cosa. Y tampoco a asustaba.

La estatua de la virgen en la habitacion de su madre habia sido diferente. Mary la habia despreciado y al instante que el cuerpo de Cissy Luce habia abandonado la casa, aquel pedazo de yeso habia acabado en el garaje. Mary no tuvo corazon de romperlo, pero habria querido hacerlo.

A la manana siguiente ella habia cogido a Nuestra Senora y la habia sacado. Lo mismo con el crucifijo. Cuando ella aparco en la iglesia, el triunfo que habia sentido, el verdadero jodete Dios, habia sido embriagador, el unico buen sentimiento desde hacia mucho tiempo. Sin embargo el arranque no habia durado demasiado. Cuando volvio a casa, todo lo que podia ver era la sombra sobre la pared donde la cruz habia estado y el lugar libre de polvo en el suelo donde habia estado la estatua de pie.

Dos anos mas tarde, el mismo dia que habia dejado aquellos objetos de devocion, a ella le habian diagnosticado leucemia.

Logicamente sabia que no la habian maldecido por haber dejado aquellas cosas. Habia 365 dias en el calendario para poder golpearla y como una bola sobre la rueda de una ruleta, el anuncio de su enfermedad habia tenido que aterrizar en uno de ellos. En su corazon, sin embargo, algunas veces creia que no. Lo que hacia que odiara a Dios aun mas.

Infiernos…El no tenia tiempo para hacerle un milagro a su madre, quien le habia sido fiel. Pero El hizo un esfuerzo extraordinario para castigar a una pecadora como ella. Figurate.

– Me alivias. -Dijo Rhage.

Sus ojos reaccionando hacia el. Ella se aclaro la cabeza y le tomo la mano. -?Como estas?

– Mejor. Tu voz me calma.

Habia sido lo mismo con su madre, penso ella. Tambien a su madre le gustaba el sonido de conversacion.

– ?Quieres algo de beber? Pregunto ella.

– ?Que estabas pensando en este momento?

– En nada.

El cerro los ojos.

– ?Quieres que te lave? -Le dijo ella.

Cuando el se encogio, ella fue al cuarto de bano y volvio con una manopla caliente, humeda y una toalla de bano seca. Le limpio la cara y con cuidado trabajo alrededor de los bordes de las vendas.

– Voy a quitartelas, ?ok?

El asintio y ella con cuidado retiro las cintas de su piel. Tiro las gasas y los acolchados.

Mary se estremecio, la bilis se le subio hasta la boca.

Lo habian azotado. Era la unica explicacion de las senales.

– Oh…Rhage. -Las lagrimas le nublaron los ojos, pero no les permitio que cayesen. -Solo voy a cambiarlas vendas. Pero tambien…aun mantengo la oferta de lavarte. Tienes que…

– El cuarto de bano. En el armario a la derecha del espejo.

Estando de pie delante del armario, se desalento ante las provisiones que tenia a mano. Equipos quirurgicos. Yeso para las fracturas. Vendas de todo tipo. Cintas. Ella cogio lo que penso que le haria falta y regreso. Abriendo los paquetes de gasas almohadilladas esteriles de 30 cm., las puso sobre su pecho y estomago y calculo que debia dejarlas alli. No habia ningun modo de poderle levantar el torso para envolverlo, la accion de ponerlo todo junto implicaria un exceso de perdida de tiempo.

Cuando ella toco la seccion de la zona inferior izquierda de las vendas, Rhage se tenso. Ella lo miro. – ?Te he hecho dano?

– Graciosa pregunta.

– ?Lo siento?

Sus ojos se abrieron, mirandola fijamente con dureza. -?Aun no lo sabes, verdad?

Claramente no. -Rhage, ?que necesitas?

– Que hables conmigo.

– Ok. Dejame acabarlo.

Tan pronto como lo hizo, abrio el libro. El maldijo.

Confundida, ella le cogio la mano. -No se lo que quieres.

– No es tan dificil entenderlo. -Su voz era debil, pero indignada. -Cristo ?al menos por una vez podrias dejarme entrar?

Hubo un golpe que atraveso la habitacion. Ambos miraron airadamente hacia el sonido.

– Vuelvo enseguida. – Dijo ella.

Cuando abrio la puerta, el hombre de la perilla estaba al otro lado. Llevaba una bandeja de plata sobrecargada de comida equilibrandola con una mano.

– A proposito, soy Vishous. ?Esta despierto?

– Hey, V. -Dijo Rhage.

Vishous paso derecho por delante de ella y coloco la comida sobre el aparador. Cuando el se dirigio hacia la cama, ella sentia no ser tan grande como el para asi poder sacarlo de la habitacion.

El tipo apoyo la cadera sobre el colchon. -?Que haces, Hollywood?

– Estoy bien.

– ?El dolor se va desvaneciendo?

– Si.

– Entonces te estas curando bien.

– No puede pasar lo suficientemente rapido para mi. -Rhage cerro los ojos agotado.

Vishous aparto la vista durante un momento, sus labios apretados. -Volvere mas tarde, mi hermano. ?De acuerdo?

– Gracias, hombre.

El tipo se giro y la miro, lo cual no podia haber sido mas facil. En este momento, ella deseaba que el tuviera el gusto del dolor que le habia infligido. Y ella sabia que su deseo de venganza se le veia en la cara.

– Resistente galleta, ?verdad? – Murmuro Vishous.

– Si es tu hermano ?por que le hicisteis dano?

– Mary, no lo hagas. -Rhage la corto con voz ronca. -Te dije…

– No me has dicho nada. – Ella cerro los ojos apretandolos. No era justo gritarle cuando estaba plano sobre su espalda con el pecho que parecia un mapa cuadriculado.

– Tal vez deberiamos permitir que saliera todo.-Dijo Vishous.

Mary cruzo los brazos sobre su pecho. – Ahora esa es la idea. ?Por que no me dice la maldita cosa? Ayudame a entender por que le hicisteis esto.

Rhage hablo por encima. -Mary, no quiero que tu…

– Entonces dimelo. Si no quieres que los odie, explicame esto.

Vishous reviso la cama y Rhage debio de asentir o se encogio, por que el hombre dijo. -El traiciono a la Hermandad por ti. Tenia que compensar el querer quedarse con nosotros y mantenerte aqui.

Mary dejo de respirar ?Todo esto era para ella?

?Por ella?

Oh, Dios. El habia permitido que lo azotaran con fuerza por ella…

Hare que estes segura, ?que te parece?

Ella no tenia absolutamente ningun contexto para esta clase de sacrificio.

Por el dolor que el tenia que soportar por ella. Por lo que le habia sido hecho por la gente que supuestamente se preocupaba por el.

– No puedo…me siento un poco aturdida. Me vas a perdonar…

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