Ella se retiro distanciandose, esperando llegar al cuarto de bano, pero Rhage lucho sobre la cama para intentar levantarse, como si fuera a ir tras ella.
– No, quedate donde estas, Rhage. – Ella fue hacia el, sentandose en la silla y acariciando su pelo. – Permanece donde estas. Shh…Tranquilo, grandote.
Cuando el se relajo un poco, ella miro a Vishous. -No entiendo nada de todo esto.
– ?Por que ibas a hacerlo?
Los ojos del vampiro se mantuvieron sobre los suyos, las profundidades de plata de algun modo asustaban. Ella se concentro en el tatuaje que sangraba de su cara durante un momento y luego miro a Rhage. Ella le acaricio el pelo con las yemas de los dedos y murmuro cosas hasta que el se deslizo en el sueno de nuevo.
– ?Te hizo dano hacerle esto? -Le pregunto ella suavemente, sabiendo que Vishous no se habia marchado. - Dime si te hizo dano.
Ella escucho el susurro de ropa. Cuando lo miro sobre el hombro, Vishous se habia quitado la camisa. Sobre su musculazo pecho habia una herida fresca, un tajo, como si una lamina le hubiese cortado la piel.
– Esto nos mato a cada uno de nosotros.
– Bien.
El vampiro rio mas bien con ferocidad. -Nos entiendes mejor de lo que piensas. Y esa comida no es solo para el cuando la quiera. La traje para ti tambien.
Si, pues ella no queria nada de ellos. -Gracias. Vere que coma.
Vishous hizo una pausa antes de salir. – ?Le has hablado sobre tu nombre?
Giro la cabeza. -?Que?
– Rhage. ?El lo sabe?
Los temblores se le acercaron por el cuello. -Obviamente el sabe mi nombre.
– No, el por que de ello. Deberias decirselo. -Vishous fruncio el ceno. – Y no, no lo averigue en Internet. ?Como iba a poder?
Buen Senor, es como si hubiese sido como si exactamente la hubiese atravesado…- ?Lees las mentes?
– Cuando quiero y a veces cuando no tengo ninguna opcion. -Vishous se marcho, cerrando la puerta silenciosamente.
Rhage intento darse la vuelta hacia su lado y se desperto gimiendo. -?Mary?
– Estoy aqui mismo. -Ella le cogio las manos entre las suyas.
– ?Que pasa? – Cuando el la miro, sus ojos azules estaban mas alarmados de lo que habian estado. -Mary, por favor. Solo por una vez, dime lo que tienes en mente.
Ella vacilo. -?Por que simplemente no me olvidaste? Todo esto…no habria pasado.
– No hay nada que yo no hiciera por tu seguridad, por tu vida.
Ella nego con la cabeza. -No entiendo como puedes sentir tanto por mi.
– Si, ?sabes que? – El sonrio un poco. -Tienes que aplazar todo esto de entender las cosas.
– Esto es mejor que continuar con la fe. -Susurro ella, acercandose hacia el y pasandole una mano por sus rubias ondas. -Vuelvete a dormir, gran hombre. Cada vez que lo haces, pareces despertar con millas por delante en el proceso de curacion.
– Yo prefiero mirarte. -Pero el cerro los ojos. -Me gusta cuando juegas con mi pelo.
El estiro el cuello, inclinandose de manera que ella entonces podia alcanza mas de ello.
Incluso sus oidos eran hermosos, penso ella.
El pecho de Rhage se elevo y cayo con un gran suspiro. Al cabo de un rato, ella se reclino en la silla y elevo sus piernas, apoyando sus pies sobre uno de los masivos soportes de la cama.
Conforme pasaban las horas, los hermanos lo visitaron para saber de el y presentarse. Phury, el de la gran melena, entro con sidra caliente, la que en realidad ella tomo. Wrath, el tipo de las gafas oscuras y Beth, la mujer quien habia pasado por delante, tambien los visitaron. Butch, el receptor del futbol, vino y lo mismo hizo Tohrment, el que tenia el corte de pelo militar.
Rhage durmio mucho, pero siguio despertandose siempre que intentaba cambiar de posicion. El la miraba mientras se movia por los alrededores, como si recuperara fuerzas mirandola, alimentandose de ella. Ellos no se dijeron mucho. El toque era bastante.
Sus parpados estaban cerrados y ella habia dejado perder terreno a su cabeza cuando hubo otra suave llamada. Probablemente era Fritz con mas alimentos.
Ella se estiro y fue hacia la puerta.
– Entre. -Ella dijo mientras abria.
El hombre con la cara llena de cicatrices estaba de pie en el pasillo. Como el estaba de pie sin moverse, la luz cayo sobre las marcadas lineas, sacando sus ojos hundidos, el craneo bajo sus pelo supercorto, la cicatriz dentada, su dura mandibula. El llevaba un jersey de cuello vuelto holgado y los pantalones colgaban sobre sus caderas. Ambos eran negros.
Ella inmediatamente se acerco a la cama para proteger a Rhage, aun cuando era estupido pensar que ella podria con algo tan grande como el vampiro de la entrada.
El silencio se alargo. Ella se dijo que probablemente solo se presentaria como los demas y no querian danar a su hermano otra vez. Excepto…el se veia tenso por todas partes, su amplia postura sugeria que podia saltar hacia delante en cualquier momento. Y extranamente era mas por el hecho de que el vampiro no encontraba nada para mirar fijamente y tampoco parecia mirar a Rhage. La mirada fija fria, negra del tipo afilado.
– ?Quieres entrar y verlo? -Pregunto ella finalmente.
Aquellos ojos cambiaron hacia los suyos.
Obsidiana, penso ella. Ellos parecian obsidiana. Brillantes. Sin fondo. Sin alma.
Ella se alejo y agarro la mano de Rhage. El vampiro de la entrada sonrio con satisfaccion.
– Me estas mirando ferozmente, mujer. ?Piensas que voy a tomar otro trozo de el? -La voz era baja, monotona. Resonante, realmente. Y como desprendidos y no reveladores como sus pupilas.
– ?Vas a hacerle dano?
– Pregunta tonta.
– ?Por que?
– Tu no creerias mi respuesta, por lo que no deberias preguntar.
Hubo mas silencio y ello lo midio con tranquilidad. Se le ocurrio que tal vez no solo era agresivo. Tambien era torpe.
Tal vez.
Ella beso la mano de Rhage y se obligo a distanciarse. -Iba a darme una ducha. ?Te sentaras con el mientras lo hago?
El vampiro parpadeo como si le hubiera sorprendido. -?Vas a sentirte comoda desnuda en el cuarto de bano conmigo en los alrededores?
No realmente.
Ella se encogio de hombros. -Es tu opcion. Pero estoy segura de que si se despierta, el preferira verte a estar solo.
– ?Apagaras las luces despues?
– ?Vienes o vas? – Cuando el no contesto, dijo ella. -Esta noche debe haber sido un infierno para ti.
Su labio superior deformado se tenso con un grunido. -Eres el unico que alguna vez ha asumido que no me desquito de la gente herida. ?Eres del tipo de la Madre Teresa? ?Todo por el gran bien, heridas o alguna mierda?
– No te ofreciste voluntario para la cicatriz que hay en tu cara ?verdad? Y estoy dispuesta a apostar que hay mas debajo de tu mandibula. Entonces como te he dicho, esta noche ha debido ser un infierno.
Sus ojos se estrecharon en dos rendijas y una fria rafaga soplo por la habitacion, como si hubiese empujado el aire hacia ella. -Cuidado, mujer. El coraje puede ser peligroso.
Ella anduvo directamente hacia el. -?Sabes que? Lo de la ducha era una mentira. Intentaba darte tiempo a solas con el, porque es obvio que te sientes mal o no estarias de pie en la entrada mirando como si fueras a rasgarte malditamente. Tomalo como una oferta o un permiso, por uno u otro camino, yo apreciaria que no intentaras asustarme.
En este punto, ya no se preocupaba si el repartia golpes a diestro y a siniestro contra ella. Entonces otra vez, se movia por la nerviosa energia y el temblor que llegaba por el agotamiento, probablemente ya no pensaba con