claridad.

– ?Entonces que va a ser? -Le exigio ella.

El vampiro dio un paso hacia adentro y cerro la puerta, en la habitacion crecio el frio con el en ella. Su amenaza era una amenaza tangible, alcanzandola, acariciando su cuerpo como si lo hiciera con las manos. Cuando la cerradura se deslizo hacia su lugar con un chasquido, ella se atemorizo.

– No lo intento. -Dijo el con voz cansina satinada.

– ?Que? -Ella se sofoco.

– Asustarte. Tu estas asustada. -El rio. Sus colmillos eran muy largos, mas largos que los de Rhage. -Puedo oler tu miedo, mujer. Como la pintura humeda, esto estremece la nariz.

Como Mary se alejo distanciandose, el avanzo, rastreandola.

– Hummmm…y me gusta tu olor. Me gusta desde el primer momento en que te encontre.

Ella se movio mas rapido, sacando su mano, esperando sentir la cama en cualquier momento. En cambio se enredo entre algunas pesadas cortinas de una ventana.

El vampiro de las cicatrices la arrincono. No era tan musculoso como Rhage, pero sin duda era mortal. Sus ojos frios le dijeron que sabia todo lo que habia que saber sobre la capacidad de matar.

Con una maldicion, Mary dejo caer la cabeza y se rindio. Ella no podria hacer nada si el queria hacerle dano y tampoco podria hacer nada con Rhage en su condicion. Maldita sea, lamentaba sentirse tan desvalida, pero a veces era lo que le ponia en su vida.

El vampiro se inclino hacia ella y se encogio de miedo.

El aspiro profundamente y luego hizo un largo suspiro.

– Date tu ducha, mujer. Yo no Tenia ningun deseo de hacerle dano esta noche y nada lo cambiaria. No tengo ningun repugnante interes sobre ti, tampoco. Si algo te pasara, el obtendria una mayor agonia de la que siente ahora.

Ella se doblo cuando el se dio la vuelta distanciandose y ella vio como se estremecia cuando miro a Rhage.

– ?Como te llamas? -Murmuro ella.

El elevo una ceja y luego volvio a mirar fijamente a su hermano. -Soy el malo, en caso de que no te lo hubieras figurado.

– Quiero tu nombre, no tu profesion.

– Ser un bastardo es mas que un deseo irresistible, realmente. Y es Zsadist. Soy Zsadist.

– Bien…es agradable conocerte, Zsadist.

– Que cortes. -Se burlo el.

– Ok, sobre ello. Gracias por no matarlo o a mi en este momento. ?Es lo suficientemente verdadero para ti?

Zsadist miro sobre su hombro. Sus parpados parecian las persianas de la ventana, permitiendo que solo las ranuras de una noche fria brillara. Y con su pelo rapado y aquella cicatriz, el era la personificacion de la violencia: agresion y dolor antropomorfizado. Excepto que mientras la miraba a traves de la luz de la vela, un leve indicio de calor atravesaba su cara. Era tan sutil que ella no podia definir bastante como habia sabido que eso estaba alli.

– Tu. -Dijo el suavemente. – Eres extraordinaria. -Antes de que pudiera decir algo mas, el le sostuvo la mano. -Vete. Ahora. Dejame con mi hermano.

Sin otra palabra, Mary entro en el cuarto de bano. Estuvo en al ducha hasta que se le arrugaron los dedos y el vapor en el aire se puso tan espesa como la nata liquida. Cuando ella salio, se vistio con la misma ropa que llevaba, ya que se habia descuidado de llevar nueva ropa con ella. Entonces abrio la puerta del dormitorio silenciosamente.

Zsadist testaba sentado sobre la cama, sus amplios hombros encorvados, sus brazos alrededor de su cintura. Inclinado sobre el cuerpo dormido de Rhage, estaba tan doblado hacia abajo tan cerca que era imposible que no lo tocara. Mientras se mecia hacia delante y hacia atras, habia una debil cancion armoniosa en el aire.

El vampiro estaba cantando, su voz ascendia y decaia, saltando octavas, subiendo y bajando. Hermoso. Completamente hermoso. Y Rhage estaba relajado, descansando de un modo placido que antes no tenia.

Ella rapidamente cruzo la habitacion y salio al pasillo, dejando solos a los dos hombres.

Capitulo 31

Rhage se desperto al dia siguiente por la tarde. La primera cosa que hizo fue extender la mano a ciegas hacia Mary, pero se paro a si mismo, no queriendo que lo golpeara la quemadura. No se sentia lo suficientemente fuerte para luchar.

Abriendo los ojos, el giro la cabeza. Ella estaba alli a su lado en al cama, dormida sobre su estomago.

Dios, otra vez ella habia cuidado de el cuando lo habia necesitado. Habia estado impavida. Fuerte. Dispuesta a enfrentarse a sus hermanos.

El amor lleno su corazon, aumentandolo tanto que se le paro la respiracion.

Se puso la mano en el pecho y sintio las vendas que ella le habia puesto. Trabajando con cuidado, las quito una a una. Las heridas se veian bien. Se habian cerrado y ya no le dolian. Por la manana tan solo serian rayas rosadas y al siguiente, habrian desaparecido.

Penso en la tension que habia tenido ultimamente. El cambio. Las olas alrededor de Mary. La exposicion al sol. Los azotes. Iba a tener que beber pronto y queria hacerlo antes de que el hambre lo golpeara.

La alimentacion era algo sobre lo que era muy escrupuloso. La mayor parte de los hermanos estiraban el hambre mientras podian soportarlo, solo por que no querian molestarse con la intimidad. El lo conocia mejor. Lo ultimo que necesitaba era que la bestia con un caso de de sed de sangre…

Espera un minuto.

Rhage suspiro. Habia un vacio…asombroso en el. Ningun zumbido de fondo. Ninguna picazon. Ninguna quemadura. Y esto iba a la par aun cuando yacia directamente al lado de Mary.

Esto era…solo el en su cuerpo. Solo el mismo. La maldicion de la Scribe Virgin se habia ido.

Pero desde luego, penso el. Ella se lo habia retirado temporalmente para poder hacer el rythe sin cambiar. Y ella obviamente le estaba dando un plazo para que pudiera curarse, tambien. Se pregunto cuanto tiempo duraria el indulto.

Rhage exhalo despacio, el alivio del aire en su nariz. Cuando se hundio en su piel, se deleito en la perfeccion de la paz. El divino silencio. La gran ausencia rugiente.

Habia pasado un siglo.

Buen Dios, queria llorar.

En caso de hacerlo y que Mary despertara, pondria las manos sobre sus ojos.

?Otras personas sabian lo afortunadas que eran al tener momentos como esos? ?Momentos de resonante tranquilidad? El no los habia apreciado antes maldicion, incluso no los habia notado. Infiernos, si lo hubieran bendecido con uno, probablemente solo se habria vuelto a dormir.

– ?Como te sientes? ?Puedo traerte algo?

Con el sonido de la voz de Mary, el se reforzo con una rafaga de energia. Nada como lo que le llegaba. Todo lo que sintio fue un calido brillo en su pecho. Amor sin trabas con el caos de su maldicion.

Se froto la cara y la miro. Adorandola tan intensamente en la tranquila oscuridad que tuvo miedo de ella.

– Tengo que estar contigo, Mary. Ahora mismo. Tengo que estar en tu interior.

– Entonces besame.

El estiro su cuerpo contra el suyo. Ella solo llevaba una camiseta y el deslizo sus manos por debajo, extendiendose a lo largo de ella mas alla de su espalda. Estaba ya con fuerza para ella, listo para tomarla, pero con nada para vencer, acariciarla era un placer exquisito.

– Tengo que amarte. -Dijo el, retirando todas las sabanas y las mantas de la cama. Queria ver cada parte de ella, tocar cada pulgada y no queria nada en su camino.

Le retiro la camiseta por la cabeza y luego encendio las velas de alrededor para alumbrar la habitacion. Ella

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