– Justo detras de ti, mi hermano -murmuro V.

– Hay… -se aclaro la garganta. Frotandose la cara en el antebrazo-. Hay una alarma de seguridad. Pienso que el lugar esta vacio, porque dos asesinos acaban de salir, pero no estoy seguro.

– Estoy con la alarma.

Z atrapo varios aromas de repente resonando a traves de el. Toda la Hermandad estaba alli, incluso Wrath, quien como rey no se suponia que estaria en el campo. Estaban todos armados. Todos habian venido a llevarla de vuelta.

El grupo se alineo contra la casa mientras V forzaba el cerrojo de la puerta. Su Glock entro primero. Cuando no hubo reaccion, se resbalo dentro y se encerro a si mismo. Un momento mas tarde hubo un pip largo. Abrio la puerta.

– Bien, vamos.

Z se apresuro a seguir adelante, practicamente tirando al varon.

Sus ojos penetraron en las esquinas oscuras de la habitacion. El lugar era un desorden, con mierda desparramado por todo el piso…Ropas, cuchillos, esposas y botellas de… ?champu? ?Y que mierda era eso? Dios, un botiquin de primeros auxilios abierto, la gasa y el esparadrapo fuera de la tapa arruinada. La cosa parecia como si hubiera sido golpeada hasta que se habia abierto.

El corazon golpeaba en su pecho, el sudor florecio por todo su cuerpo, busco a Bella y vio solo objetos inanimados: una pared con una estanteria que tenia instrumentos de pesadilla. Un catre. Un armario de metal a prueba de fuego del tamano de un coche. Una mesa de autopsias con cuatro juegos de cadenas de acero colgado de sus esquinas… y la sangre manchando su superficie lisa.

Pensamientos aleatorios se disparaban a traves del cerebro de Z. Estaba muerta. Ese ovalo quemado lo probaba. ?Pero que ocurriria si eso solamente habia sido otro cautivo? ?Que ocurriria si habia sido movida o algo por el estilo?

Sus hermanos se quedaron atras, tenian mejor criterio que meterse en medio, Z fue al armario a prueba de fuego, llevando pistola en mano. Abrio las puertas, solamente tirando de los paneles de metal y los doblo hasta que los goznes se rompieron. Tiro las pesadas secciones, oyendolas caer estrepitosamente.

Armas. Municion. Explosivos plasticos.

El arsenal de sus enemigos.

Entro en el cuarto de bano. Nada excepto una ducha y un cubo con un asiento de inodoro encima.

– No esta aqui, mi hermano -dijo Phury.

En un ataque de furia Z se lanzo a si mismo sobre la mesa de autopsia, cogiendola con una mano y empujandola contra una pared. En medio del vuelo, una cadena choco con el, atrapandole el hombro, clavandose hasta el hueso.

Y luego lo oyo. Un sonido suave de gimoteo.

Su cabeza giro a la izquierda.

En la esquina, en el suelo, habia tres tubos cilindricos de metal proyectandose de la tierra firme, y sellados con una tapa de malla blindada que eran marron oscuro como la suciedad del suelo. Lo que explicaba que no los hubiera advertido.

Se acerco y pateo fuera una de las cubiertas. El gimoteo se volvio mas fuerte.

Repentinamente mareado, cayo de rodillas.

– ?Bella?

Un galimatias ascendio de la tierra para contestarle. Dejo caer su pistola. ?Como iba a…? Habia unas cuerdas saliendo de lo que parecia una alcantarilla. Agarro una de ellas y tiro suavemente.

Lo que emergio fue un varon sucio, ensangrentado, habrian pasado diez anos desde su transicion. El civil estaba desnudo y tembloroso, su labios azules, su ojos recorrian el alrededor.

Z le arrastro fuera, y Rhage abrigo con su trinchera de cuero al varon.

– Sacale de aqui -dijo alguien mientras Hollywood cortaba las cuerdas.

– ?Puede desmaterializarse? -pregunto otro Hermano al varon.

Z presto poca atencion a la conversacion. Iba por el siguiente hueco, pero no habia cuerdas que salieran de debajo, y su nariz no detecto perfume. La cosa estaba vacia.

Estaba dando un paso hacia la tercera cuando el cautivo grito.

– ?No! ?Pu-puso una trampa!

Z se congelo.

– ?Como?

A traves del castanetear de sus dientes, el civil dijo:

– No lo se. Pero oi al l-lesser advertir a uno de sus h-hombres sobre ella.

Antes de que Z pudiera preguntar, Rhage empezo a recorrer el cuarto.

– Hay un arma aqui. Apuntado en esa direccion.

Hubo chasquidos de metal y desplazamiento.

– Ya no esta armada.

Z miro por encima del hueco. Montado sobre las vigas expuestas del techo, aproximadamente a quince pies del suelo, habia un dispositivo pequeno.

– ?V, que tenemos aqui?

– Laser optico. Si lo interrumpes, probablemente se accionara.

– Mantente firme -dijo Rhage-. Hay otra pistola para vaciar aqui.

V acaricio su perilla.

– Debe haber un activador por control remoto, aunque el tipo probablemente se lo llevo con el. Eso es lo que haria yo. -Miro de reojo el techo-. Ese modelo en particular funciona con baterias de litio. Asi que no podemos destrozar el generador para cerrarlo. Y tienen su truco para desarmarse.

Z miro a su alrededor en busca de algo que pudiera usar para quitar la tapa y penso en el cuarto de bano. Entro, arranco la cortina de la ducha, y se coloco el palo del que habia colgado a la espalda.

– Todo el mundo fuera.

Rhage hablo agudamente.

– Z, amigo, no se si he encontrado todos los…

– Llevate al civil contigo. -Cuando nadie se movio, maldijo-. No hay tiempo para divertirnos, y si alguien queda jodido entonces voy a ser yo. ?Jesucristo, saldreis, hermanos?

Cuando el lugar quedo vacio, Z se acerco al hueco. Volviendo a colocarse en la espalda unas de las armas que habia sacado, por si hubiera estado en su linea de fuego, dio un golpe con el palo. Un disparo salio con un sonido retumbante.

Z percibio el golpe en su pierna izquierda. El impacto abrasador le hizo caer sobre una rodilla, pero lo ignoro y se arrastro a si mismo hacia el cuello de la tuberia. Sujeto las cuerdas que sujetaban la tapa en la tierra firme y comenzo a tirar.

La primera cosa que vio fue su pelo. El pelo largo, bello de color caoba de Bella estaba por todas partes alrededor de ella, un velo sobre su cara y sus hombros.

Se doblo y perdio la vista, en parte desmayandose, pero aun a traves del mareo de su cuerpo, continuo tirando. De repente el esfuerzo se volvio mas facil… porque habia mas manos ayudandole… otras manos en la cuerda, otras manos colocandola amablemente sobre el suelo.

Vestida con un puro camison manchado con su sangre, no se movia, pero respiraba. Cuidadosamente le aparto el pelo de la cara.

La presion sanguinea de Zsadist cayo en picado.

– Oh, dulce Jesus… oh, dulce Jesus… oh, dulce…

– ?Que hicieron…? -Quienquiera que habia hablado no podia encontrar las palabras para terminar.

Las gargantas se aclararon. Un par de toses fueron ahogadas. O tal vez fueron amordazadas.

Z la cogio en sus brazos y solo… la abrazo. Tenia que llevarla fuera, pero no podia moverse por lo que le habian hecho. Parpadeando, mareado, gritando por dentro, la mecio amablemente. Las palabras se caian de su boca, lamentaciones por ella en el Viejo Idioma.

Phury se agacho sobre sus rodillas.

– ?Zsadist? Tenemos que llevarla fuera de aqui.

La conciencia volvio a Z a la carrera, y repentinamente todo en lo que podia pensar era en llevarla a la

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