nadie salio del auto y el motor continuo encendido. Eso era bueno. Mientras la alarma estuviera activada, quizas no pensarian en entrar. Porque la cocina era un desastre.

Z olio el aire frio, pero no pudo capturar ningun aroma. Aunque, el instinto le dijo, que habia un macho dentro del sedan. ?El hermano? Era lo mas probable. Debia ser el, quien revisara el lugar.

Asi es, amigo. Mira por las ventanas del frente. ?Ves? No pasa nada malo. No hay nadie en la casa. Ahora haznos a los dos un favor y vete a la mierda de aqui.

El sedan se quedo alli parado por lo que parecieron como cinco horas. Luego retrocedio, dio vuelta en U en la calle y se fue.

Z aspiro hondo. Cristo… Sus nervios estaban muy tirantes esa noche.

El tiempo pasaba. Mientras estaba alli de pie entre los pinos, se quedo mirando la casa de Bella. Y se pregunto si ahora le tendria miedo.

El viento arrecio, el frio agitandose sobre el, calandole hasta los huesos. Con desesperacion, abrazo el dolor que sentia.

CAPITULO 24

John miro sobre el escritorio que habia en el estudio. Sarelle tenia la cabeza inclinada hacia abajo mientras hojeaba uno de los antiguos libros, su rubio cabello corto colgaba sobre su cara por lo que lo unico que podia distinguir era su barbilla. Ambos habian pasado horas haciendo una lista de encantamientos para realizar en el festival del solsticio. Mientras tanto, Wellsie estaba en la cocina, ordenando provisiones para la ceremonia.

Mientras Sarelle daba vuelta a otra pagina, se dio cuenta de que realmente tenia lindas manos.

– Okay -dijo ella-. Creo que este es el ultimo.

Levanto su mirada hasta su ojos y fue como si lo golpeara un relampago: un choque de calor y luego una transportadora desorientacion. Aun mas, hasta podia creer que brillaba en la oscuridad, tambien.

Ella sonrio y cerro el libro. Luego hubo un largo silencio.

– Entonces… um, supongo que mi amigo Lash esta en tu clase de entrenamiento.

?Lash era su amigo? Ah, sensacional.

– Si… Y dice que tienes la marca de la Hermandad en el pecho. -Como John no le respondio, dijo-. ?La tienes?

John se encogio y garabateo en el borde de la lista que habia hecho.

– ?Puedo verla?

Cerro los ojos fuertemente. ?Como podia querer que ella se fijara en su huesudo pecho? ?O en la marca de nacimiento que habia probado ser una patada en el culo?

– No creo que te la hicieras tu mismo, como piensan ellos -dijo rapidamente-. Y, quiero decir, no es como si quiera inspeccionarte o algo asi. Ni siquiera se como se supone que se vea una. Solo tengo curiosidad.

Acerco la silla y el pudo aspirar una bocanada del perfume que usaba… o tal vez no era perfume. Tal vez era solo… ella.

– ?De que lado esta?

Como si la mano le perteneciera a ella, el se palmeo el pectoral izquierdo.

– Desabrochate un poco la camisa. – Se inclino hacia un lado, con la cabeza en angulo para poder mirarle el pecho-. ?John? ?Por favor puedo verla?

Miro hacia la entrada. Wellsie todavia estaba hablando por telefono en la cocina, asi que probablemente no fuera a entrometerse ni nada. Pero el estudio todavia parecia demasiado publico.

Oh… Dios. ?Realmente haria esto?

– ?John? Solo quiero… ver.

Okay, lo iba a hacer.

Se paro y senalo la puerta con la cabeza. Sin mediar palabra Sarelle lo siguio, justo detras de el, todo el camino, del vestibulo hacia su dormitorio.

Despues de que entraran, cerro la puerta casi por completo y tomo el primer boton de la camisa. Se obligo a mantener firmes las manos, prometiendose solemnemente cortarselas si lo avergonzaban. La amenaza parecio funcionar, porque se desabrocho la camisa hasta el estomago sin demasiado trabajo. Aparto el lado izquierdo y miro hacia otro lado.

Cuando sintio un ligero toque en la piel, pego un salto.

– Lo siento, mis manos estan frias. -Sarelle se soplo la punta de los dedos, luego volvio a su pecho.

Buen Dios. Algo estaba pasando con su cuerpo, alguna clase de salvaje cambio dentro de la piel. La respiracion se la acelero, se asfixiaba. Abrio la boca para poder llevar mas aire a su interior.

– Es tan increiblemente genial.

Se sintio desilusionado cuando ella dejo caer la mano. Pero luego ella le sonrio.

– ?Entonces te parece que tal vez quieras salir alguna vez? Ya sabes, podriamos ir a jugar al Quazar *. Eso seria genial. O tal vez al cine.

John asintio como el tonto que era.

– Bien.

Sus ojos se encontraron. Era tan hermosa que lo hacia sentirse mareado.

– ?Quieres besarme? -le susurro.

Los ojos de John se abrieron de golpe. Como si un globo hubiera explotado detras de su cabeza.

– Porque me gustaria que lo hicieras. -Se lamio un poco los labios-. Realmente me gustaria.

Whoa… La oportunidad de su vida, justo alli, justo ahora, penso.

No te desmayes. Desmayarse seria un completo suicidio

John rapidamente rememoro cada pelicula que habia visto en su vida… y no obtuvo ninguna ayuda. Como un fanatico del terror, fue invadido por visiones de Godzilla pisoteando Tokio y de Tiburon masticando el culo de la Orca. Gran ayuda.

Penso en la teoria. La cabeza ladeada. Inclinarse hacia adelante. Hacer contacto.

Sarelle miro alrededor, ruborizandose.

– Si no quieres, esta bien. Solo pense…

– ?John? -La voz de Wellsie llego desde el vestibulo. Y se acercaba mientras seguia hablando-. ?Sarelle? ?Donde estan chicos?

Parpadeo. Antes de acobardarse, tomo la mano de Sarelle, tiro de ella, y le planto uno bueno justo en la boca, los labios apretados contra los de ella. Sin lengua, pero no habia tiempo, y de cualquier forma probablemente tuviera que llamar al 911 despues de algo como eso. Como estaban las cosas, ya estaba practicamente hiperventilando.

Luego la aparto. Y comenzo a preocuparse acerca de como lo habia hecho.

Arriesgo una mirada. Oh… su sonrisa era radiante.

Penso que el pecho le explotaria de felicidad.

Justo estaba soltandole la mano cuando Wellsie asomo la cabeza en la habitacion. -Tengo que ir a… ah… Lo siento. No sabia que ustedes dos…

John trato de adoptar una sonrisa “nada especial esta ocurriendo” y noto que los ojos de Wellsie estaban fijos en su pecho. Miro hacia abajo. Tenia la camisa completamente abierta.

Manotear para abrocharse la maldita cosa solo empeoro la situacion, pero no pudo detenerse a si mismo.

– Mejor me voy, -dijo Sarelle tranquilamente-. Mi Mahmen quiere que vuelva a casa temprano. John, estare en la computadora mas tarde, ?okay? Planearemos que pelicula ir a ver o lo que sea. Buenas noches, Wellsie.

Mientras Sarelle salia de la habitacion y se dirigia a la sala, no pudo evitar apartar la mirada de Wellsie. Miro como Sarelle recogia el abrigo del armario del vestibulo, se lo ponia, y sacaba las llaves del bolsillo. Momentos despues el apagado ruido de la puerta principal cerrandose sono en el vestibulo.

Hubo un largo silencio. Luego Wellsie se echo a reir y aparto hacia atras su rojo cabello.

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