– Yo, ah, yo no tengo idea de como lidiar con esto -le dijo-. Salvo decir que ella me agrada mucho y que tiene buen gusto en machos.

John se froto la cara, consciente de que estaba del color de un tomate.

– Voy a ir a pasear -hablo por senas.

– Bueno, acaba de llamar Tohr. Iba a pasarse por la casa a recogerte. Penso que tal vez quisieras ir con el al centro de entrenamiento, ya que tiene trabajo administrativo que hacer. De cualquier forma, es tu eleccion quedarte o no. Y yo me voy a una reunion del Consejo Princeps.

Asintio cuando Wellsie habia empezado a darse la vuelta.

– Ah, ?John? -Hizo una pausa y miro sobre su hombro-. Tu camisa… um, esta mal abotonada.

Miro hacia abajo. Y empezo a reirse. Aunque no podia emitir sonido necesitaba dejar salir su alegria, y Wellsie sonrio, obviamente feliz por el. Mientras se abrochaba los botones correctamente, penso que nunca habia querido tanto a esa mujer.

Despues de regresar a la mansion Bella paso las siguientes horas sentada en la cama de Zsadist con su diario en la falda. Al principio no hizo nada con el diario demasiado atrapada con lo que habia pasado en su casa.

Jesus… No podia decir que estaba sorprendida por que Zsadist resultara ser exactamente la amenaza que penso que era. Y la habia salvado, ?verdad? Si ese Lesser que habia matado hubiera puesto las manos sobre ella, hubiera terminado otra vez en un agujero en la tierra.

El problema era, que no podia decidir si lo que habia hecho era evidencia de su fuerza o de su brutalidad.

Mientras decidia que probablemente fueran ambas, se preocupo sobre si estaria bien. Habia sido herido y aun asi aun estaba alli afuera, probablemente tratando de encontrar mas asesinos. Dios… ?Y si el…?

Y si. Y si… Si seguia asi iba a volverse loca.

Desesperada por encontrar otra cosa en la que concentrarse, recorrio las paginas de lo que habia escrito en su diario el ano pasado, el nombre de Zsadist jugaba un rol preponderante en las entradas que estaban justo antes de ser secuestrada. Habia estado tan obsesionada con el, y no podia decir que eso hubiera cambiado. De hecho sus sentimientos por el eran tan fuertes, incluso despues de lo que habia hecho esa noche, que se preguntaba si no…

Lo amaba. OhSenor.

De repente no soportaba estar sola, no con esa revelacion proyectandose en su cabeza. Se cepillo los dientes y el cabello y fue al primer piso, esperando encontrarse con alguien. Pero a mitad de camino bajando las escaleras, escucho voces que provenian del comedor e hizo un alto. Estaba teniendo lugar la ultima comida de la noche, pero la idea de reunirse con todos los Hermanos, Mary y Beth le parecia abrumadora. Ademas, ?No estaria Zsadist alli? ?Y como podria enfrentarlo sin quedar en evidencia? No habia forma que ese macho aceptara bien que ella lo amara. De ninguna manera.

Ah, demonios. Tarde o temprano tendria que verlo. Y esconderse no era lo suyo.

Pero cuando llego al final de la escalera y se detuvo sobre el piso de mosaicos del vestibulo, se dio cuenta que se habia olvidado ponerse los zapatos. ?Como podia entrar en el comedor del Rey y la Reina descalza?

Miro hacia atras hacia el segundo piso y se sintio absolutamente exhausta. Demasiado cansada para subir y volver a bajar, demasiado avergonzada para seguir adelante, se quedo escuchando los sonidos de la comida: las voces de hombres y mujeres charlando y riendo. Una botella de vino fue descorchada emitiendo un pop. Alguien le agradecio a Fritz por haber llevado mas cordero.

Miro sus pies descalzos, pensando lo tonta que era. Una tonta trastornada. Estaba perdida por lo que le habia hecho el Lesser. Y temblorosa por lo que habia visto hacer a Zsadist esa noche. Y tan sola despues de darse cuenta de lo que sentia por el macho.

Estaba a punto de tirar la toalla y volver a subir cuando algo le rozo la pierna. Salto y miro hacia abajo, encontrando los ojos verde jade de un gato negro. El felino parpadeo, ronroneo, y froto la cabeza contra la piel de su tobillo.

Inclinandose, acaricio su piel con manos inseguras. El animal era incomparablemente elegante, se deslizaba con escasos y airosos movimientos. Y sin ninguna razon, se le empanaron los ojos. Cuanto mas emocional se ponia, tanto mas se acercaba al gato, hasta que estuvo sentada en el ultimo peldano de la escalera y el animal se habia encaramado en su falda.

– Su nombre es Boo.

Bella jadeo y miro hacia arriba. Phury estaba de pie enfrente de ella, un macho altisimo que ya no llevaba ropa de combate, sino que estaba vestido con casimir y lana. Tenia una servilleta en la mano, como si acabara de levantarse de la mesa, y olia realmente bien, como si se hubiera duchado y afeitado recientemente. Mirandolo, se dio cuenta de que la conversacion y lo sonidos del comedor habian desaparecido, dejando un silencio que le decia que todo el mundo sabia que ella habia bajado y se habia detenido en los alrededores.

Phury se arrodillo y le presiono la servilleta de lino contra la mano. De esa forma se dio cuenta de que habia lagrimas corriendo por sus mejillas.

– ?No te uniras a nosotros? -le dijo suavemente.

Se seco la cara todavia aferrandose al gato.

– ?Hay alguna posibilidad de que pueda llevarlo conmigo?

– Absolutamente. Boo siempre es bienvenido en nuestra mesa. Al igual que tu.

– No llevo zapatos.

– No nos importa. -Extendio la mano-. Vamos, Bella. Ven a reunirte con nosotros.

Zsadist entro al vestibulo, con frio y tan rigido que se arrastraba hacia delante. Queria permanecer en la granja hasta que despuntara el amanecer, pero su cuerpo no lo pasaba bien con el aire helado.

Aunque no iba a comer, se dirigio al comedor, solo para detenerse en las sombras. Bella estaba en la mesa, sentada al lado de Phury. Habia un plato de comida enfrente de ella, pero le estaba prestando mas atencion al gato que tenia en la falda. Estaba mimando a Boo, y no dejo de acariciarlo ni siquiera cuando alzo la vista para prestar atencion a algo que Phury habia dicho. Sonrio, y cuando bajo la cabeza nuevamente, los ojos de Phury permanecieron en su perfil como si estuviera bebiendo de ella.

Z camino rapidamente hacia la escalera, no dispuesto a caer en esa escena. Estaba casi a salvo cuando Tohr salio de la puerta oculta en el primer descanso. El hermano parecia cenudo, pero bueno, nunca estaba de fiesta.

– Hey, Z, espera.

Zsadist maldijo, y no bajo su respiracion. No tenia ningun interes en quedarse a escuchar una mierda acerca de politica y procedimiento, y de eso era de lo unico que hablaba Tohr ultimamente. El hombre estaba enloqueciendo a la Hermandad, organizando turnos, tratando de convertir a cuatro tiros al aire como eran V, Phury, Rhage y Z en soldados. No le extranaba que siempre se viera como si le doliera la cabeza.

– Zsadist. Dije, espera.

– Ahora no…

– Si, ahora. El hermano de Bella le mando una peticion a Wrath. Solicitando que le sea asignado un estado de Sehclusion con el como su Whard.

Oh, mierda. Si eso ocurria, seria lo mismo que si Bella se hubiera ido. Demonios, era como si fuera una pieza de equipaje. Ni siquiera la Hermandad podia escudarla de su Whard.

– ?Z? ?Escuchaste lo que te dije?

Asiente con la cabeza, idiota, se dijo a si mismo.

Apenas se las arreglo para hundir la barbilla.

– ?Pero por que me estas contando eso?

Tohr apreto la boca.

– ?Quieres aparentar que ella no significa nada para ti? Bien. Solo pense que querrias saberlo.

Tohr se dirigio hacia el comedor.

Z agarro la barandilla y se froto el pecho, sintiendo como si alguien hubiera reemplazado el oxigeno de sus

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