CAPITULO 34
Zsadist arrastro su cabeza a un lado y miro el reloj. Diez de la manana. Diez… las diez. ?Cuantas horas? Dieciseis…
Cerro los ojos, tan agotado que apenas podia respirar. Estaba tumbado de espaldas, las piernas extendidas hacia fuera, los brazos estirados en cualquier parte. Habia estado en aquella posicion desde que habia rodado fuera de Bella tal vez hacia una hora.
Parecia que habia pasado un ano desde que habia vuelto al cuarto la noche anterior. Su cuello y munecas ardian del numero de veces que ella se habia alimentado de el, y la cosa entre sus piernas estaba dolorida. El aire alrededor de ellos estaba saturado con el olor de la union, y las sabanas estaban mojadas con una combinacion de su sangre y otra cosa que ella habia necesitado de el.
El no habria cambiado un momento de ello.
Mientras cerraba los ojos, se preguntaba si podria dormir ahora. Habia estado privado de comida y sangre, tan hambriento que ni siquiera su inclinacion por mantenerse sobre el borde podria anular las necesidades. Pero no podia moverse.
Cuando sintio una mano acariciando sobre su vientre, despego los parpados para mirar a Bella. Las hormonas se elevaban en ella otra vez, y la respuesta que ella requeria de el contestaba, el
Zsadist lucho para darse la vuelta asi podria ir donde necesitaba estar, pero estaba demasiado debil. Bella se movio contra el y el trato de levantarse otra vez, pero su cabeza pesaba mil libras.
Extendiendo la mano, el agarro su brazo y la tiro encima de el. Mientras sus muslos se separaban sobre las caderas de el, ella lo miro asombrada y empezo a gatear para bajarse.
– Esta bien -grazno. Limpio la garganta, pero no ayudo con toda la grava-. Se que eres tu.
Sus labios bajaron sobre los suyos y el la beso a su vez aun cuando no pudiera levantar sus brazos para sostenersela. Dios, como le gustaba besarla. Amaba sentir su boca contra la suya, amaba tenerla cerca de su cara, amaba respirarla en sus pulmones, ?la… amaba? ?Era eso lo que habia pasado esa noche? ?Habia caido?
El olor de la vinculacion que estaba por todas partes de ambos le dio la respuesta. Y la comprension debio haberlo conmocionado, pero estaba demasiado cansado para molestarse en luchar contra ello.
Bella se alzo y deslizo
Ella lo monto, plantando sus manos sobre sus pectorales y encontrando un ritmo con sus caderas porque el no podia empujar mas. El sentia crecer otra explosion, sobre todo mientras miraba el balanceo de pechos.
– Eres tan hermosa. -dijo con voz ronca.
Ella hizo una pausa para inclinarse y besarlo otra vez, su pelo negro cayendo alrededor de el, un refugio apacible. Cuando ella se enderezo, el se maravillo con la vista. Ella estaba brillando con la salud y vitalidad de todo lo que el le habia dado, una hembra resplandeciente a quien el…
Era el pensamiento que se disparo por su cerebro mientras el se corria dentro de ella otra vez.
Bella se derrumbo encima de el, exhalo con un estremecimiento, y de repente la necesidad termino. La energia de la hembra fue a la deriva por el cuarto, la tormenta habia pasado. Suspirando de alivio, se aparto de el, separando su sexo magnifico de su cosa. Mientras
– ?Estas bien? -pregunto.
– Si… -susurro ella, poniendose de lado, casi dormida-. Si, Zsadist… si.
Ella iba a necesitar comida, penso. El necesitaba ir a conseguirle comida.
Juntando su voluntad, tomo un aliento, y otro y otro… y finalmente forzo a su cuerpo a salir de la cama. Su cabeza se balanceo salvajemente, los muebles, el suelo y las paredes se movian, cambiando de sitio, hasta que no estuvo seguro de si estaba en el techo o no.
El vertigo empeoro cuando saco las piernas del colchon, y cuando estuvo de pie su equilibrio lo abandono completamente. Se cayo contra la pared, golpeandose contra ella, tuvo que sostenerse agarrandose a las cortinas.
Cuando estuvo listo, se solto y se inclino hacia ella. Levantarla en sus brazos era una lucha, pero su necesidad de cuidarla era mas fuerte que el agotamiento. La llevo a la plataforma y la tumbo, luego la cubrio con el edredon que hacia mucho habian empujado al piso. El se estaba dando la vuelta cuando ella lo tomo del brazo.
– Tienes que alimentarte -dijo ella, tratando de atraerlo mas cerca-. Ven a mi garganta.
– Volvere -dijo el, tropezando con sus pies. Se tambaleo hasta el armario y se puso un par de boxers. Entonces despojo la cama de las sabanas y almohadas y se marcho.
Phury abrio los ojos y comprendio que no podia respirar.
Lo cual tenia sentido, supuso. Su cara estaba aplastada por un monton de mantas. Movio la boca y libero la nariz del embotellamiento y trato de enfocar los ojos. La primera cosa que vio, aproximadamente a seis pulgadas de su cabeza, fue un cenicero lleno de muertos cigarros rotos. En el suelo.
Cuando oyo un gemido, se empujo hacia arriba, giro la cabeza y se vio cara a cara con uno de los pies de Vishous. Mas alla de la talla catorce estaba el muslo de Butch.
Phury tuvo que reirse, y esto atrajo la mirada fija atontada del poli desde una almohada. El humano se reviso a si mismo y luego a Phury. Parpadeo dos o tres veces, como si esperaba despertarse de verdad.
– Oh, amigo -dijo con mas grava que voz. Entonces echo un vistazo a Vishous, que estaba desmayado cerca de el-. Oh, amigo, esto es demasiado extrano.
– Superalo, poli. No eres atractivo.
– Justamente. -El se restrego la cara-. Pero eso no quiere decir que este del todo dentro en despertar con dos hombres.
– V te dijo que no volvieras.
– Cierto. Fue una mala eleccion.
Hablar sobre una larga noche. Finalmente, cuando incluso la sensacion de la ropa contra su piel habia sido demasiado, habian perdido cualquier pretension de modestia. Habia sido una cuestion de aguantar la necesidad: encendiendo un cigarrillo rojo tras cigarrillo rojo, bebiendo whisky escoces o vodka, resbalando en el cuarto de bano solo para aliviarse en privado.
– ?Asi que ha terminado? -Pregunto Butch-. Dime que ha terminado.
Phury salio de la cama.
– Si, eso creo.
Recogio una sabana y se la lanzo a Butch, quien se cubrio a si mismo y a Vishous. V ni siquiera se movio. Estaba durmiendo como un muerto sobre su estomago, sus ojos cerrados fuertemente, un suave ronquido salia de su boca.
El poli maldijo y reacomodo su cuerpo, colocando una almohada contra la cabecera y apoyandose. Se froto el pelo hasta que lo tuvo de punta y bostezo tan fuerte que Phury oyo el crujido de la mandibula del tipo.
– Maldicion, vampiro, nunca pense que yo diria esto, pero no tengo absolutamente ningun interes por el sexo. Gracias a Dios.
Phury se puso un par de pantalones de entrenamiento.
– ?Quieres comida? Voy a hacer una excursion a la cocina.
Los ojos de Butch se abrieron de felicidad.
– ?Vas a traerla hasta aqui? Esto es, ?no tengo que moverme?
– Me lo deberas, pero si, estoy dispuesto a repartir.
– Eres un dios.
Phury se puso una camiseta.
– ?Que quieres?