– No menciones la sombra. Di solo lo que yo te he dicho. Es muy importante… Si lo haces, nadie te creera. Menciona solo un
Ismael asintio.
– Necesito que hagas esto por mi, y por mama. ?Podras hacerlo?
Dorian miro a Ismael y luego a su hermana. -Mama ha tenido un accidente y esta herida en Cravenmoore. Necesita ayuda urgente -repitio el muchacho mecanicamente-. Pero ella esta bien…, ?no?.
Irene le sonrio y lo abrazo. -Te quiero -le susurro.
Dorian beso a su hermana en la mejilla y, tras dirigir un saludo de camarada a Ismael, echo a correr en busca de su bicicleta. La encontro junto a la barandilla del porche. El obsequio de Lazarus habia quedado reducido a una red de alambres y metal retorcido. El muchacho contemplo los restos de su bicicleta mientras Ismael e Irene salian de la casa y reparaban en el macabro hallazgo.
– ?Quien es capaz de hacer algo asi? -pregunto Dorian.
– Es mejor que te des prisa, Dorian -le recordo Irene.
El asintio y partio a escape. Tan pronto como hubo desaparecido, Irene e Ismael salieron al porche. El sol se ponia sobre la bahia, trazando un globo de tinieblas que sangraba entre las nubes y tenia el mar de escarlata. Ambos se miraron y, sin necesidad de palabras, comprendieron lo que les esperaba en el corazon de la oscuridad, mas alla del bosque.
12. DOPPELGANGER
Nunca hubo una novia mas bella al pie de un altar, ni la habra jamas -dijo la mascara-. Nunca.
Simone podia oir el llanto silencioso de las velas ardiendo en la penumbra y, mas alla de aquellos muros, el susurro del viento aranando el bosque de gargolas que coronaba Cravenmoore. La voz de la noche.
– La luz que Alexandra trajo a mi vida borro cuantos recuerdos y miserias habian poblado mi memoria desde la infancia. Aun hoy, pienso que pocos mortales llegan a conocer ese umbral de felicidad, de paz. De algun modo deje de ser aquel muchacho del distrito mas misero de Paris. Olvide aquellos largos encierros en la oscuridad. Deje atras para siempre aquel sotano negro donde siempre creia oir voces, donde la voz de mis remordimientos me decia que vivia aquella sombra a la que la enfermedad de mi madre habia abierto una puerta desde los infiernos. Olvide aquella pesadilla que me persiguio durante anos… En ella, una escalera descendia desde las profundidades del sotano de nuestra casa en la rue des Gobelins hasta las cuevas de la laguna Estigia. Todo aquello quedo atras. ?Y sabe usted por que? Porque Alexandra Alma Maltisse, el verdadero angel en mi vida, me enseno que, en contra de lo que mi madre me habia repetido desde que tuve uso de razon, yo no era malo. ?Comprende, Simone? No era malo. Era como los demas, como cualquier otro. Era inocente.
La voz de Lazarus se detuvo un instante. Simone imagino lagrimas deslizandose en silencio tras la mascara.
– Juntos exploramos Cravenmoore. Muchas personas piensan que todos los prodigios que contiene esta casa son creacion mia. No es cierto. Apenas una pequena parte ha salido de mis manos. El resto, galerias y galerias de maravillas que ni yo mismo acierto a comprender, ya estaba aqui cuando entre por primera vez. Cuanto tiempo llevaban en esta casa nunca lo sabre. Hubo una epoca en que pense que otros antes que yo habian ocupado mi lugar. A veces, si me detengo a escuchar en silencio por la noche, creo oir el eco de otras voces, de otros pasos, que pueblan los pasillos de este palacio. En ocasiones pienso que el tiempo se ha detenido en cada habitacion, en cada corredor vacio, y que todas las criaturas que habitan este lugar fueron un dia de carne y hueso. Como yo.
»Deje de preocuparme por esos misterios hace mucho tiempo, incluso despues de comprobar que, tras meses de vivir en Cravenmoore, aun descubria nuevas estancias en las que no habia estado jamas, nuevos pasadizos que conducian a alas desconocidas… Creo que algunos lugares, palacios milenario s que se pueden contar con los dedos de una mano, son mucho mas que una simple construccion; estan vivos. Tienen su propia alma y su propio modo de comunicarse con nosotros. Cravenmoore es uno de esos lugares. Nadie sabe cuando fue construido. Ni quien lo hizo, ni por que. Pero cuando esta casa me habla, yo escucho…
»Antes del verano de 1916, en la cuspide de nuestra felicidad, sucedio algo. En realidad, habia comenzado ya un ano antes, sin que yo tuviese conocimiento de ello. Al dia siguiente de nuestra boda, Alexandra se levanto al alba y acudio a la gran sala oval para contemplar los cientos de regalos que habiamos recibido. De entre todos ellos, llamo su atencion un pequeno cofre labrado a mano. Una joya. Alexandra, cautivada, lo abrio. Contenia una nota y un frasco de cristal. La nota, dirigida a ella, le decia que aquel era un obsequio especial. Una sorpresa. Le explicaba que el frasco contenia mi perfume predilecto, el perfume que empleaba mi madre, y que debia guardado hasta el dia de nuestro primer aniversario antes de usarlo. Pero tenia que ser un secreto entre ella y el firmante, un viejo amigo de mi infancia, Daniel Hoffmann…
»Siguiendo fielmente las instrucciones, con el convencimiento de que de ese modo me haria feliz, Alexandra guardo el frasco durante doce meses hasta la fecha senalada. Llegado el dia, lo rescato del cofre y lo abrio. No hace falta decirle que aquel frasco no contenia perfume alguno. Aquel era el frasco que yo habia lanzado al mar en la vispera de nuestro enlace. Desde el instante en que Alexandra destapo el frasco, nuestra vida se convirtio en una pesadilla…
»Fue por entonces cuando empece a recibir la correspondencia de Daniel Hoffmann. Esta vez me escribia desde Berlin, donde me explicaba que tenia una gran labor por delante que algun dia habria de cambiar el mundo. Millones de ninos estaban recibiendo sus visitas y sus obsequios. Millones de ninos que algun dia formarian el mayor ejercito que haya conocido la Historia. Hasta la fecha, todavia no he comprendido a que hacia referencia con esas palabras…
»En uno de sus primeros envios, me obsequio con un libro, un tomo encuadernado en piel que parecia mas viejo que el mismo mundo. Una sola palabra se podia leer en su cubierta:
»En mayo de 1916, algo me empezo a suceder.
La luminosidad de aquel primer ano con Alexandra se extinguio lentamente. Comence a sospechar de la existencia de la sombra poco despues. Cuando lo hice, sin embargo, ya no tenia remedio. Los primeros ataques no pasaron de ser sustos. Las ropas de Alexandra aparecian destrozadas. Las puertas se cerraban a su paso y manos invisibles empujaban objetos contra ella. Voces en la oscuridad. Apenas el principio…
»Esta casa tiene miles de rincones donde una sombra puede ocultarse. Comprendi entonces que no era mas que el alma de su creador, de Daniel Hoffmann, y que la sombra creceria en ella, haciendose mas fuerte dia a dia. Y yo, por el contrario, me transformaria en un ser mas debil. Toda la fuerza que habia en mi pasaria a ser suya y, lentamente, mientras caminaba de vuelta a la oscuridad de mi infancia en Les Gobelins, yo pasaria a ser la sombra, y el, el maestro.
»Decidi cerrar la fabrica de juguetes y concentrarme en mi vieja obsesion. Quise volver a dar vida a
»?Pobre ingenuo! Tan pronto aquel monstruoso ser fue capaz de levantarse de la mesa de mi taller, cualquier fantasia de obediencia que podia haber albergado se esfumo. No era a mi a quien escuchaba, sino al otro. A su maestro. Y el, la sombra, no podia existir sin mi, pues yo era la fuente de la que absorbia toda su fuerza. No solo el angel no me libero de aquella vida miserable, sino que se transformo en el peor de los guardianes. El guardian de aquel secreto terrible que me condenaba para siempre, un guardian que se levantaria cada vez que algo o alguien pusiera en peligro ese secreto. Sin piedad.