Ya junto al coche se sacudio la nieve del abrigo, puso el motor en marcha y encendio la calefaccion. Cuando salio a la carretera principal, empezo a calmarse. Aparto de su pensamiento a Lars Emanuelsson y a Vivi Sundberg, fue tomando las carreteras del interior, dejo atras Borlange, donde se detuvo a comer algo, y, cerca de las dos de la tarde, estaciono en un aparcamiento a las afueras de Ludvika.
La emision de la noticia por la radio fue bastante breve. La conferencia de prensa acababa de empezar. Segun la informacion de que se disponia, la policia tenia ya un sospechoso responsable de la masacre de Hesjovallen. Prometian ofrecer informacion mas detallada en la proxima emision radiofonica.
Birgitta Roslin siguio conduciendo y volvio a parar una hora despues. Aparco en un camino del bosque, temiendo que la nieve estuviese apelmazada y se le atascasen las ruedas. Puso la radio. Lo primero que oyo fue la voz del fiscal Robertsson. Tenian un sospechoso, al que habian llevado a interrogatorio. Robertsson contaba con poder detenerlo aquella misma tarde o, como mucho, por la noche. No quiso desvelar ningun otro dato.
Cuando el fiscal guardo silencio, se dejo oir a traves de la radio el airado murmullo de los periodistas. No obstante, Robertsson se mantuvo firme y no anadio mas informacion.
Una vez concluida la emision de las noticias, Birgitta apago la radio. Unos pesados montones de nieve cayeron del abeto que se alzaba junto al coche. Se quito el cinturon de seguridad y salio del vehiculo. La temperatura habia seguido descendiendo y se estremecio de frio. ?Que habia dicho Robertsson en realidad? Tenian un sospechoso. Aparte de eso, nada. Sin embargo, parecia seguro del exito, igual que Vivi Sundberg le habia dado la impresion de estar bastante convencida de tener una pista fiable.
«No hay ningun chino de por medio», se dijo de pronto. «El que aparecio entre las sombras y se llevo una cinta roja no tiene nada que ver con el asunto. Tarde o temprano encontraran una explicacion logica.»
O quiza no. Sabia que los policias expertos en investigaciones criminales solian hablar de cabos sueltos, de casos complejos para algunos de cuyos aspectos nunca hallaban respuesta. Rara vez daban con una explicacion racional para todo.
Decidio olvidar al chino. No era mas que una sombra que la habia tenido ocupada varios dias.
Puso el motor en marcha, prosiguio su camino y olvido la siguiente emision radiofonica.
A ultima hora de la tarde llego a Orebro, donde paso la noche. Dejo la bolsa de los diarios en el coche.
Antes de dormirse experimento, por un instante, una anoranza irrefrenable de sentir a su lado otro cuerpo. El cuerpo de Staffan. Pero Staffan no estaba alli. Apenas si era capaz de evocar el tacto de sus manos.
Al dia siguiente, hacia las tres de la tarde, llego a Helsingborg. Dejo la bolsa con los diarios en su despacho.
Para entonces ya sabia que el fiscal Robertsson habia detenido a un hombre de unos cuarenta anos, cuyo nombre aun no habian revelado. Las noticias eran, no obstante, minimas, y los diarios y los medios en general se abalanzaban sobre la escasa informacion disponible.
Nadie sabia quien era el detenido. Todos esperaban impacientes.
21
Aquella noche, Birgitta Roslin vio las noticias de la television en compania de su marido. El fiscal Robertsson explicaba el avance de la investigacion. Al fondo, a su espalda, se atisbaba la figura de Vivi Sundberg. La conferencia de prensa resulto caotica. Tobias Ludwig no logro mantener a raya a los periodistas, que a punto estuvieron de derribar la tarima sobre la que estaba sentado Robertsson. El fiscal fue el unico que conservo la calma. Solo frente a la camara ante la que finalmente concedio una entrevista individual describio lo ocurrido. Un hombre de unos cuarenta y cinco anos de edad habia sido detenido en su casa, a las afueras de Hudiksvall. Todo sucedio en medio de la mayor normalidad aunque, por razones de seguridad, habian recurrido al apoyo de una unidad de refuerzo. A la luz de indicios evidentes, el sujeto habia sido detenido por haber participado en la masacre de Hesjovallen. Robertsson no queria revelar la identidad del sospechoso a causa de la investigacion tecnica.
– ?Por que no quiere decir su nombre? -pregunto Staffan.
– Por no poner sobre aviso a otros implicados, para que no se destruyan pruebas… -respondio Birgitta antes de mandar callar a su marido-. Son muchas las razones que puede aducir un fiscal.
Robertsson no ofrecio detalles, tan solo aclaro que les habia abierto el camino la informacion recibida tanto de la gente como de otras fuentes. Ahora estaban comprobando diversas pistas y ya habian sometido al sospechoso a un primer interrogatorio.
El periodista presionaba a Robertsson con sus preguntas.
– ?Ha confesado?
– No.
– ?Ha admitido alguna acusacion?
– No puedo pronunciarme sobre ese particular.
– ?Por que no?
– Porque nos encontramos en un estadio crucial de la investigacion.
– ?Se sorprendio cuando fueron a detenerlo?
– Sin comentarios.
– ?Tiene familia?
– Sin comentarios.
– Pero ?vive a las afueras de Hudiksvall?
– Si.
– ?A que se dedica?
– Sin comentarios.
– ?Cual es su relacion con todas las personas asesinadas?
– Estoy seguro de que comprenderas que no puedo responder a esa pregunta.
– Pues yo estoy seguro de que tu comprenderas que a nuestros espectadores les interesa lo ocurrido. Este es el segundo crimen mas tragico de los cometidos en Suecia.
Robertsson enarco las cejas, sorprendido.
– ?Cual es peor que este?
– El bano de sangre de Estocolmo.
Robertsson estallo en una carcajada mientras, en su casa, Birgitta Roslin lanzaba un grunido ante el descaro del periodista.
– No creo que sea comparable -observo Robertsson-. Pero no pienso entablar una discusion contigo al respecto.
– ?Cual sera el siguiente paso?
– Habra otro interrogatorio con el detenido.
– ?Tiene ya abogado defensor?
– Ha solicitado la asistencia de Tomas Bodstrom. Pero no creo que la obtenga.
– ?Estas seguro de haber detenido al verdadero responsable?
– Aun es muy pronto para responder a eso pero, por ahora, estoy satisfecho de que haya sido arrestado.
Ahi termino la entrevista y Birgitta bajo el volumen del televisor. Staffan la miro con curiosidad.
– ?Que tiene que decir la senora jueza sobre este asunto?
– Esta claro que han encontrado algo seguro. De lo contrario jamas les habrian autorizado la detencion de ese individuo. Sin embargo, esta arrestado por indicios racionales de criminalidad, es decir, que o actua asi por prudencia, o no tiene nada mas que ofrecer.
– ?Un hombre solo ha podido cometer semejante barbarie?
– Que sea el unico detenido no significa que este solo.
– ?Tu crees que puede tratarse de otra cosa aparte de la accion de un loco?
Birgitta guardo silencio un rato, antes de responder.
– ?Planificaria un loco su crimen? Tus respuestas son tan buenas como las mias.
– O sea, que no cabe mas que esperar y ver.
Se tomaron un te y se fueron a dormir temprano. El le poso la mano en la mejilla.
– ?En que piensas? -le pregunto Staffan.
