he declarado. ?Que mas quiere?

Renner se recosto en su silla y miro a Pierce con severidad.

– No, senor Pierce, le tengo aqui porque he de conducir una investigacion a fondo de lo que parece ser la escena de un crimen. Estoy seguro de que no le molesta eso.

– No me molesta eso. Me molesta que me tengan aqui como a un sospechoso. He tratado de abrir esa puerta y estaba cerrada. He llamado y no ha venido nadie.

– Lo siento. No habia ningun detective en la oficina. Es medianoche. Pero el agente de patrulla no deberia haber cerrado la puerta, porque usted no esta detenido. Si quiere presentar una queja personal contra el o contra mi, ire a buscarle los formularios necesarios para que los rellene.

– No quiero presentar ninguna queja, ?de acuerdo? No quiero ningun formulario. ?Podemos ocuparnos de esto para que pueda irme de aqui? ?Era de ella la sangre?

– ?Que sangre?

– La de la cama.

– ?Como sabe que es sangre?

– Lo supongo. ?Que otra cosa podria ser?

– Digamelo usted.

– ?Que? ?Que se supone que significa eso?

– Era una pregunta.

– Espere un momento. Acaba de decir que no era un sospechoso.

– He dicho que no esta detenido.

– Entonces ?esta diciendo que no estoy detenido, pero que soy sospechoso en esto?

– Yo no estoy diciendo nada, senor Pierce. Solo estoy haciendo preguntas para tratar de formarme una idea de lo que ha ocurrido en ese apartamento y lo que esta sucediendo ahora.

Pierce contuvo su creciente rabia. No dijo nada. Renner consulto el formulario y hablo sin levantar la mirada.

– Veamos, en la declaracion que ha hecho antes, dice que ese telefono nuevo de Ocean Way pertenecia antes a la mujer a cuyo apartamento ha ido esta tarde.

– Exactamente. Por eso estaba alli. Para averiguar que le habia sucedido.

– ?Conoce a esta mujer, Lilly Quinlan?

– No, no la he visto nunca.

– ?Nunca?

– En mi vida.

– Entonces ?por que hace esto? Ir a su apartamento, meterse en problemas. ?Por que no se limito a cambiar el numero? ?Que le importaba?

– Le dire que en las ultimas dos horas me he estado haciendo la misma pregunta. Mire, uno trata de saber de alguien, de hacer algun bien y ?que consigue? Que la policia lo encierre dos horas en una sala.

Renner no dijo nada. Dejo que Pierce echara pestes.

– ?Que importa por que me preocupe o si tenia o no un motivo para hacer lo que hice? ?No deberia ocuparse de lo que le sucedio a ella? ?Por que me esta planteando las preguntas a mi? ?Por que no esta sentado en esta sala Billy Wentz y no yo? Ya le he hablado de el.

– Hablaremos con Billy Wentz, senor Pierce. No se preocupe. Pero ahora mismo estoy hablando con usted.

Renner se quedo en silencio un momento mientras se rascaba la frente con dos dedos.

– Vuelva a explicarme como supo que existia este apartamento.

Las primeras declaraciones de Pierce habian estado repletas de ocultaciones de la verdad concebidas para esconder las ilegalidades que habia cometido. Pero la historia que habia contado acerca de como habia encontrado el apartamento era una mentira completa pergenada para mantener a Robin al margen de la investigacion. Habia cumplido su promesa de no descubrirla como una fuente de informacion. De todo lo que habia dicho en las ultimas cuatro horas, era la unica cosa que le hacia sentirse bien.

– En cuanto conecte mi telefono empece a recibir llamadas de hombres que buscaban a Lilly. Algunos eran anteriores clientes y querian verla otra vez. Trate de conversar con ellos para ver si podia descubrir algo acerca de ella. Hoy un hombre me hablo del apartamento y me dijo donde estaba. Asi que fui.

– Ya veo, y ?cual era el nombre de ese antiguo cliente?

– No lo se, no me lo dijo.

– ?Tiene identificador de llamadas en su telefono nuevo?

– Si, pero llamaba desde un hotel. Lo unico que decia el identificador era que la llamada era del Ritz- Carlton.

Alli hay muchas habitaciones. Supongo que estaba en una de ellas.

Renner asintio.

– Y el senor Wainwright ha dicho que usted ya lo habia llamado esta manana para preguntarle acerca de la senorita Quinlan y otra propiedad que le alquilaba.

– Si, una casa en Altair. Ella vivia alli y trabajaba en el apartamento de al lado de Speedway. Era en el apartamento donde se citaba con los clientes. Cuando le dije que habia desaparecido el fue y vacio la casa.

– ?Habia estado antes en el apartamento?

– No, nunca. Ya se lo he dicho.

– ?Y en la casa de Altair? ?Ha estado alli?

Pierce eligio sus palabras como si eligiera que pasos dar por un campo minado.

– Fui alli y nadie contesto cuando golpee la puerta. Por eso llame a Wainwright.

Confiaba en que Renner no hubiera notado el cambio en su voz. El detective estaba formulando muchas mas preguntas que durante la declaracion inicial. Pierce sabia que estaba en terreno traicionero. Cuanto menos dijera mas posibilidades tenia de salir indemne.

– Estoy tratando de establecer la secuencia de los hechos -dijo Renner-. Nos ha dicho que primero fue a ECU en Hollywood. Alli consiguio el nombre de Lilly Quinlan y la direccion de un apartado de correos en Santa Monica. Fue alli y utilizo eso que usted ha llamado ingenio social para…

– Ingenieria. Ingenieria social.

– Lo que sea. Usted le sonsaco la direccion de la casa al tipo del servicio postal, ?verdad? Primero fue a la casa, despues llamo a Wainwright y por ultimo fue a verlo al apartamento. ?Es correcto todo esto?

– Si.

– Ahora bien, usted ha dicho en las dos declaraciones que ha hecho esta noche que llamo y no encontro a nadie en la casa, de modo que se fue. ?Es eso cierto?

– Si, es cierto.

– Entre el momento en que llamo y no encontro a nadie en casa y abandono la propiedad, ?entro en la casa de Altair, senor Pierce?

Alli estaba. La gran pregunta. Requeria un si o un no. Requeria una respuesta verdadera o una mentira que podria descubrirse con facilidad. Tenia que dar por supuesto que habia dejado huellas en la casa. Recordo concretamente los tiradores del escritorio de persiana. El correo que habia revisado.

Les habia dado la direccion de Altair hacia mas de dos horas. Por lo que sabia, ya habian estado alli y ya tendrian sus huellas. La pregunta podia ser una trampa para atraparle.

– La puerta estaba abierta -dijo Pierce-. Entre para asegurarme de que ella no estaba alli. Por si necesitaba ayuda o algo.

Renner estaba ligeramente inclinado sobre la mesa. Sus ojos buscaron los de Pierce y establecieron contacto.

– ?Estuvo dentro de esa casa?

– Si.

– ?Por que no nos lo dijo antes?

– No lo se. No crei que fuera necesario. Estaba tratando de ser breve. No queria quitarle tiempo a nadie, supongo.

– Bueno, gracias por pensar en nosotros. ?Que puerta estaba abierta?

Pierce vacilo un instante, pero sabia que debia responder.

– La de atras.

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