Lo afirmo como un delincuente que se declara culpable. Tenia la cabeza baja, lo dijo en voz baja.

– ?Disculpe?

– La puerta de atras.

– ?Tiene la costumbre de ir a la puerta de atras de la casa de un perfecto desconocido?

– No, pero esa era la puerta que no estaba cerrada con llave. La de delante si lo estaba. Le he dicho que queria ver si habia algun problema.

– Eso es. Queria ser un rescatador, un heroe.

– No eso, solo queria…

– ?Que encontro en la casa?

– Poca cosa. Comida estropeada, una pila enorme de correo. Seguro que ella no habia estado alli en mucho tiempo.

– ?Se llevo algo?

– No.

Lo dijo sin dudar, sin pestanear.

– ?Que toco?

Pierce se encogio de hombros.

– No lo se. Algo del correo. Hay un escritorio. Abri algunos cajones.

– ?Esperaba encontrar a la senorita Quinlan en un cajon de escritorio?

– No, solo…

No termino. Se recordo a si mismo que estaba caminando en una cornisa. Tenia que mantener la maxima concision posible en las respuestas.

Renner cambio de postura, acomodandose en la silla, y tambien cambio la tactica de interrogatorio.

– Digame una cosa. ? Como supo que tenia que llamar a Wainwright?

– Porque es el casero.

– Si, pero ?como lo sabia usted?

Pierce se quedo de piedra. Sabia que no podia dar una respuesta que se refiriera en modo alguno a la agenda de telefonos o al correo que se habia llevado de la casa. Penso en la agenda escondida detras de.pilas de papel en la sala de fotocopias de su oficina. Por primera vez sintio que se formaba un sudor frio en su cuero cabelludo.

– Eh, creo… no, si, estaba escrito en algun lugar en el escritorio de su casa. Creo que era una nota.

– ?Se refiere a una nota que estaba a la vista?

– Si, eso creo. Yo…

De nuevo se detuvo antes de darle a Renner algo con lo que el detective pudiera golpearle. Pierce bajo la mirada. Estaban conduciendolo a una trampa y tenia que pensar en una via de escape. Lo de la nota habia sido un error, pero ya no podia retroceder.

– Senor Pierce, acabo de llegar de esa casa en Altair y he mirado en ese escritorio. No he visto ninguna nota.

Pierce asintio como si estuvieran de acuerdo, a pesar de que habia dicho lo contrario.

– ?Sabe lo que era?, era mi propia nota en lo que estaba pensando, la que escribi despues de hablar con Vivian. Fue ella quien me hablo de Wainwright.

– ?Vivian? ?Quien es Vivian?

– La madre de Lilly. Vive en Tampa, Florida. Cuando ella me pidio que buscara a Lilly me dio algunos nombres y contactos. Acabo de recordar que fue de alli de donde saque el nombre de Wainwright.

Las cejas de Renner se alzaron otra vez en su frente cuando registro de nuevo su sorpresa.

– Todo esto es informacion nueva, senor Pierce. ?Ahora me esta diciendo que la madre de Lilly Quinlan le pidio que buscara a su hija?

– Si, dijo que la policia no estaba haciendo nada. Me pidio que hiciera lo que pudiera.

Pierce se sintio bien. La respuesta era cierta, o al menos mas cierta que la mayoria de las cosas que estaba diciendo. Penso que tal vez podria salir airoso de la situacion.

– ?Y la madre tenia en Tampa el nombre del casero de su hija?

– Bueno, creo que obtuvo algunos nombres y contactos de un detective privado al que habia contratado previamente para localizar a Lilly.

– Un detective privado.

Renner miro la declaracion que tenia delante como si se reprendiera por no haber encontrado en la declaracion una referencia al investigador privado.

– ?Conoce su nombre?

– Philip Glass. Tengo su numero anotado en una agenda que esta en mi coche. Mi coche esta al lado del apartamento. Lleveme alli y se lo dare.

– Gracias, pero resulta que ya conozco al senor Glass y se como contactar con el. ?Ha hablado con el?

– No. Le deje un mensaje, pero no contesto. Pero por lo que me dijo Vivian, no habia tenido mucho exito en encontrar a Lilly. No esperaba mucho de el. No sabia si era bueno o simplemente la estaba estafando, ?sabe?

Renner tenia la oportunidad de decirle lo que sabia de Glass, pero el detective no la aprovecho.

– ?Que hay de Vivian? -pregunto en cambio.

– Tambien tengo su numero en el coche. Le dare todo lo que tengo en cuanto pueda salir de aqui.

– No, me refiero a Vivian en Florida. ?Como supo la forma de contactar con ella?

Pierce tosio. Era como si le hubieran dado una patada en el estomago. Renner lo habia vuelto a atrapar. La agenda otra vez. No podia mencionarla. Su respeto por el detective taciturno estaba aumentando al mismo tiempo que sentia que su mente se combaba por el peso de sus propias mentiras y ofuscacion. Solo veia una salida.

15

Pierce tuvo que darle el nombre. Sus propias mentiras no le habian dejado otra salida. Se dijo a si mismo que Renner de todos modos llegaria a ella por sus propios medios. El sitio Web de Lilly Quinlan tenia un vinculo con el de ella. La conexion era inevitable. Al menos dandole el nombre de Robin en ese momento, podria controlar las cosas. Les diria lo minimo para poder salir y luego llamaria para avisarla.

– Una chica llamada Robin -dijo.

Renner sacudio la cabeza una vez, de manera casi imperceptible.

– Bueno, bueno, otro nombre nuevo -dijo-. ?Por que sera que no me sorprende, senor Pierce? Ahora digame quien es Robin.

– En la Web de Lilly Quinlan menciona la disponibilidad de otra chica que trabaja con ella. Dice «Dobla tu placer». La otra chica se llama Robin. Hay un enlace de la pagina de Lilly a la de Robin. Trabajan juntas. Visite la pagina y llame al numero de Robin. No pudo ayudarme mucho. Dijo que pensaba que Lilly podria haber ido a Tampa, donde vivia su madre. Asi que despues llame al numero de informacion de Tampa y pedi numeros de gente apellidada Quinlan. Al final contacte con Vivian.

Renner asintio.

– Debia de haber un monton de nombres. Un apellido irlandes como Quinlan no es demasiado raro.

– Si, habia muchos.

– Y Vivian esta al final del alfabeto. Habra llamado a Informacion de Tampa un monton de veces.

– Si.

– Por cierto, ?cual es el prefijo de Tampa?

– Es el ocho uno tres.

Pierce se sintio bien por haber podido contestar finalmente una pregunta sin tener que mentir y preocuparse por como encajaria con las otras mentiras que habia contado. Pero entonces vio que Renner sacaba un telefono movil del bolsillo de su cazadora de cuero. Lo abrio y marco el numero de Informacion del 813.

Pierce se dio cuenta de que iban a pillarlo directamente en una mentira si el numero de Vivian Quinlan no constaba en Informacion.

– ?Que esta haciendo? Son mas de las tres de la manana en Tampa. Va a asustarla de veras si…

Renner levanto una mano para que se callara y hablo por el telefono.

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