– No lo se, digamelo.

– Bueno, esa es la cuestion. Es dificil decir que tenemos aqui.

– Pero aun asi cree que necesita leerme mis derechos. Para protegerme, por supuesto.

– Asi es.

– ?Cuales son las preguntas? ?Han encontrado a Lilly Quinlan?

– Estamos trabajando en ello. Usted no sabe donde esta, ?verdad?

Pierce sacudio la cabeza y el movimiento le hizo sentirse mareado. Espero a que se le pasara antes de hablar.

– No. Ojala lo supiera.

– Si, aclararia bastante las cosas si ella entrara por esa puerta, ?no?

– Si. ?Era suya la sangre de la cama?

– Todavia estamos trabajando en ello. Las pruebas preliminares muestran que era sangre humana. Pero no tenemos ninguna muestra de Lilly Quinlan para compararla. Creo que tengo una pista sobre su medico. Veremos que registros y posibles muestras tiene el. Es probable que una mujer como ella se hiciera controles de sangre con regularidad.

Pierce supuso que Renner se estaba refiriendo a las enfermedades de transmision sexual. Aun asi, la confirmacion de lo aparentemente obvio -que lo que habia encontrado en la cama era sangre humana- le hizo sentirse mas deprimido. Como si la ultima tenue esperanza que tenia por Lilly Quinlan se le estuviera escurriendo.

– Ahora deje que yo haga las preguntas -dijo Renner-. ?Que hay de esa chica, Robin, que menciono antes? ?La ha visto?

– No, he estado aqui.

– ?Ha hablado con ella?

– No, ?y usted?

– No, no hemos logrado localizarla. Sacamos su numero del sitio Web como usted dijo, pero lo unico que conseguimos es un mensaje. Incluso tratamos de dejarle uno en el que un chico de la brigada que es bueno al telefono se hizo pasar por un, bueno, un cliente.

– Ingenieria social.

– Si, ingenieria social. Pero tampoco contesto esa llamada.

Pierce sintio que se le hundia el estomago. Lo ultimo que recordaba era que Nicole habia tratado de llamarla y que tampoco habia tenido exito. Wentz podria haber llegado a ella, tal vez todavia estaba en sus manos. Se dio cuenta de que tenia que tomar una decision. Podia danzar con Renner y continuar cubriendose con un velo de mentiras para protegerse o podia tratar de ayudar a Lucy.

– Bueno, ?investigaron el numero?

– Es un movil.

– ?Y la direccion de la factura?

– El telefono esta registrado a nombre de uno de sus clientes habituales. El dijo que lo hace como un favor. Se ocupa del telefono por ella y paga el alquiler de su pisito y ella le regala un polvo cada domingo por la tarde mientras su mujer hace la compra en el Ralph del puerto. Si me lo pregunta, creo que mas bien es Robin la que le hace el favor a el. El tio es un gordo vago. Da igual, ella no aparecio el domingo por la tarde en el pisito; es un pequeno apartamento del puerto. Estuvimos alli. Fuimos con ese tipo, pero ella no se presento.

– ?Y el no sabe donde vive ella?

– No, nunca se lo dijo. El solo paga por el movil y el apartamento y se presenta cada domingo. El tipo lo carga todo en su cuenta de gastos.

– Mierda.

Pierce imagino a Lucy en manos de Wentz y Dosmetros. Se levanto y se paso un dedo por las costuras de la cara. Esperaba que ella se hubiera escapado y que simplemente se estuviera escondiendo en algun sitio.

– Si, «mierda». Es exactamente lo que dijimos nosotros. Y la cuestion es que ni siquiera conocemos su nombre completo. Tenemos su foto de la Web, si es que es su foto, y el nombre de Robin. Es todo, y tengo la curiosa sensacion de que ni una cosa ni la otra son autenticas.

– ?Y no fueron a la Web?

– Le he dicho que fuimos…

– No, al lugar real. A la oficina de Hollywood.

– Lo hicimos y nos encontramos con un abogado.

No hay cooperacion. Necesitamos una orden judicial para que compartan informacion sobre sus clientes. Y por lo que respecta a Robin, no tenemos lo suficiente para ir a pedirle una orden a un juez.

Una vez mas Pierce considero sus opciones. Protegerse o ayudar a Renner y posiblemente ayudar a Lucy. Si es que no era ya demasiado tarde.

– Apague eso.

– ?Que, la cinta? No puedo. Es un interrogatorio formal. Se lo he dicho, lo estoy grabando.

– Entonces se ha terminado, pero si lo apaga creo que puedo decirle algunas cosas que le ayudaran.

Renner parecio dudar mientras lo pensaba, pero Pierce tenia la sensacion de que hasta el momento todo iba segun el guion y avanzaba en la direccion exacta que habia elegido el detective.

El detective pulso un boton y la luz roja se apago. Se metio la grabadora en el bolsillo derecho de su americana.

– Muy bien, ?que es?

– No se llama Robin. Me dijo que su nombre es Lucy LaPorte. Es de Nueva Orleans. Tiene que encontrarla. Esta en peligro. Puede que ya sea demasiado tarde.

– ?En peligro de que?

Pierce no contesto. Penso en la amenaza de Wentz respecto a que hablara con la policia. Penso en las advertencias del detective privado, Glass.

– Billy Wentz -dijo finalmente.

– Otra vez Wentz -dijo Renner-. Es el coco de todo esto, ?eh?

– Oiga, puede creer lo que le digo o no. Pero encuentre a Robin (quiero decir, a Lucy) y asegurese de que esta bien.

– ?Eso es todo? ?Es todo lo que tiene que ofrecerme?

– Su foto de la Web es autentica. Yo la vi.

Renner asintio como si lo hubiera supuesto desde el principio.

– La cosa se va aclarando un poco -dijo-. ?Que mas puede decirme de ella? ?Cuando la vio?

– El sabado por la noche. Ella me llevo al apartamento de Lilly. Pero se fue antes de que yo entrara. Ella no vio nada, de manera que trate de mantenerla al margen. Era parte del trato que hicimos. Tenia miedo de que Billy Wentz lo descubriera.

– Eso fue brillante. ?Le pago?

– Si, pero ?que importa eso?

– Importa porque el dinero influye en los motivos. ?Cuanto?

– Unos setecientos dolares.

– Un monton de pasta solo por un paseo por Venice. ?Tambien le dio el otro paseo?

– No, detective.

– Y entonces si ese cuento que me ha explicado de que Wentz es un chulo virtual muy malo, entonces que ella le mostrara el apartamento de Lilly de alguna forma la pone en peligro, ?no es asi?

Pierce asintio. Esta vez su cabeza no paso por el efecto pecera. Con el movimiento vertical no habia problema. Eran los movimientos horizontales los que le causaban problemas.

– ?Que mas? -dijo Renner, que seguia insistiendo.

– Ella comparte el apartamento del puerto con una mujer llamada Cleo. Supuestamente esta en la misma Web, aunque no lo comprobe. Tal vez hablando con Cleo consigan alguna pista.

– Tal vez si, y tal vez no. ?Es todo?

– Lo ultimo: la vi en un taxi verde y amarillo en Speedway el sabado por la noche. Tal vez puedan seguirle la pista hasta su casa.

Renner sacudio levemente la cabeza.

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