– Eso funciona en las peliculas. Pero es muy dificil en la vida real. Ademas, probablemente ella volvio al apartamento. Las noches de sabado son movidas.
La puerta de la habitacion se abrio y entro Monica Purl, pero al ver a Renner se detuvo en el umbral.
– Oh, lo siento. ?Estoy…?
– Si -dijo Renner-. Asunto policial. ?Puede esperar fuera, por favor?
– Ya volvere.
Monica miro a Pierce y su rostro reacciono con horror ante lo que vio. Pierce trato de sonreir y levanto la mano izquierda para saludar.
– Te llamare -dijo Monica, y a continuacion se fue y cerro la puerta.
– ?Quien era? ?Otra amiga?
– No, mi secretaria.
– Entonces, ?quiere hablar de lo que ocurrio en ese balcon el domingo? ?Fue Wentz?
Pierce no dijo nada durante un largo rato, mientras sopesaba las consecuencias de contestar a la pregunta. Por un lado queria denunciar a Wentz. Pierce se sentia profundamente humillado por lo que Wentz y su gigante le habian hecho. Incluso si la cirugia facial tenia exito y no le quedaban cicatrices fisicas, sabia sin lugar a dudas que seria dificil convivir con aquella agresion, que nunca la olvidaria. Habria cicatrices
Aun asi, la amenaza de Wentz se habia alojado en su mente como algo muy real, para el, para Robin, incluso para Nicole. Si Wentz podia encontrarle e invadir su casa con tanta facilidad, tambien podria encontrar a Nicole.
Al final hablo.
– Es un caso de la policia de Santa Monica. ?Que le importa?
– Es todo el mismo caso, y lo sabe.
– No quiero hablar de eso. No recuerdo lo que ocurrio. Recuerdo que estaba llevando comida a mi apartamento y luego me desperte en una camilla.
– La mente juega malas pasadas, ?no cree? Tiene una curiosa forma de bloquear las cosas malas.
El tono era sarcastico y Pierce supo por la expresion de Renner que no se creia su amnesia. Los dos hombres se miraron durante unos segundos, hasta que el detective busco en su americana.
– ?Y esto le sacude algo suelto?
Saco una foto de diez por quince y se la mostro a Pierce. Era una foto con mucho grano del apartamento del Sands tomada desde larga distancia. Desde la playa. Pierce se acerco la foto y vio pequenas imagenes de gente en uno de los balcones mas altos. Sabia que era el piso doce. Sabia que eran el, Wentz y el hombre musculoso, Dosmetros. Pierce estaba siendo sostenido por los tobillos en el vacio. Las figuras de la foto eran demasiado pequenas para resultar reconocibles. Se la devolvio al detective.
– No, nada.
– Ahora mismo es lo mejor que tenemos, pero en cuanto anuncien en las noticias que estamos buscando fotos, videos o el material que sea puede que consigamos algo decente. Habia mucha gente por ahi. Puede que alguien tenga una buena toma.
– Buena suerte.
Renner se mantuvo en silencio, estudiando a Pierce durante un buen rato antes de volver a hablar.
– Oiga, si le amenazo podemos protegerle.
– Le he dicho que no recuerdo que ocurrio. No recuerdo nada en absoluto.
Renner asintio.
– Claro, claro. Muy bien, entonces olvidemonos del balcon. Deje que le pregunte otra cosa. Digame, ?donde escondio el cadaver de Lilly?
Los ojos de Pierce se abrieron desmesuradamente. Renner lo habia despistado para asestarle un golpe bajo.
– ?Que? ?Esta…?
– ?Donde esta, Pierce? ?Que hizo con ella? ?Y que hizo con Lucy LaPorte?
Pierce empezo a notar en su pecho una incontenible sensacion de miedo. Miro a Renner y supo que el detective hablaba muy en serio. Y de repente cayo en la cuenta de que no era un sospechoso. Era el sospechoso.
– ?Se esta burlando de mi? Ni siquiera sabrian nada de esto si yo no les hubiera llamado. Yo fui el unico que se preocupo.
– Si, y tal vez al llamarnos y recorrer toda la escena del crimen y la casa estaba preparando una buena defensa. Y tal vez el trabajo que encargo que Wentz o alguno de sus otros colegas le hiciera en la cara era parte de la defensa. Al pobre chico le aplastan la nariz por meterla donde no le llaman. No se ha ganado mi compasion, senor Pierce.
Pierce se quedo mirando a Renner sin decir nada. Renner percibia todo lo que el habia hecho o todo lo que le habian hecho desde un angulo completamente distinto.
– Deje que le cuente una historia muy corta -dijo Renner-. Yo trabajaba en el valle de San Fernando y una vez hubo un caso de una chica desaparecida. Tenia doce anos, de buena casa, y sabiamos que no se habia fugado. Algunas veces simplemente lo sabes. De manera que organizamos a los vecinos y voluntarios en una partida de busqueda en las colinas de Encino. ?Y quien lo iba a decir!, uno de los vecinos la encontro. Violada y estrangulada y metida en una alcantarilla. Era un caso feo. Y ?sabe?, resulto que el chico que la habia encontrado era el culpable. Nos costo bastante rodearle, pero lo hicimos y confeso. Lo llaman el complejo del buen samaritano. El que primero lo huele… Ocurre constantemente. Al culpable le gusta estar cerca de los polis, le gusta ayudar, le hace sentir mejor que ellos y mejor respecto a lo que ha hecho.
Pierce tenia dificultades incluso para calibrar como todo se habia vuelto contra el.
– Se equivoca -dijo con tranquilidad, con voz tremula-. Yo no lo hice.
– ?Si? ?Me equivoco? Bueno, deje que le diga lo que tengo. Tengo una mujer desaparecida y sangre en una cama. Tengo un monton de sus mentiras y un monton de sus huellas dactilares en las dos casas de la mujer.
Pierce cerro los ojos. Penso en el apartamento de al lado de Speedway y en la casa de Altair. Sabia que lo habia tocado todo. Habia puesto las manos en todo. En su perfume, en sus armarios, en su correo.
– No…
Fue todo lo que se le ocurrio.
– No, ?que?
– Es todo un error. Lo unico que hice… O sea… Me dieron su numero. Solo queria ver… Queria ayudarla… Vera, fue culpa mia… y crei que si…
No termino. El pasado y el presente estaban demasiado juntos. Se estaban fundiendo en una sola cosa. Uno se movia enfrente del otro como en un eclipse. Abrio los ojos y miro a Renner.
– ?Que creia? -pregunto el detective.
– ?Que?
– Acabe la frase. ?Que creia?
– No lo se. No quiero hablar de eso.
– Vamos, chico. Ha dado el primer paso. Termine el viaje. Es bueno descargarse. Es bueno para el alma. Es culpa suya la muerte de Lilly. ?A que se refiere? ?Fue un accidente? Cuenteme como paso. Quiza pueda entenderlo y podamos ir juntos al fiscal, y solucionarlo.
Pierce sintio que el miedo y el peligro inundaban su mente. Casi podia oler como transpiraba por su piel, como si fueran sustancias quimicas -elementos compuestos que comparten moleculas- subiendo a la superficie para escapar.
– ?De que esta hablando? ?Lilly? Eso no es culpa mia. Ni siquiera la conocia. Yo trate de ayudarla.
– ? Estrangulandola? ? Cortandole la garganta? ? O hizo con ella el numero de Jack
– Salga de aqui. Esta loco.
– No creo que sea yo el loco. ?Por que fue su culpa?
– ?Que?
– Ha dicho que fue todo culpa suya. ?Por que? ?Que hizo ella? ?Insulto su masculinidad? ?Tiene un pajarito