anos, con el aspecto de un surfista acabado. De manera incongruente, vestia una chaqueta de esqui que estaba desabrochada y abierta para revelar que no llevaba camisa debajo. Tenia el pecho lampino y bronceado.
– Eh, ?estas buscando a alguien? ?Que te ha pasado en la cara, tio?
Pierce siguio caminando, apretando el paso y sin contestar. En ocasiones anteriores le habian ofrecido sexo en el tunel. Habia dos bares gays en Channel y estaba en su territorio.
Al arrancar el BMW unos minutos despues, Pierce miro en los retrovisores y no vio a nadie que lo siguiera. La tension en su pecho empezo a relajarse. Solo un poco. Sabia que todavia tenia que enfrentarse con Nicole.
En el cruce donde se hallaba la escuela primaria del canon, doblo a la izquierda en Entrada y siguio por esa calle hasta Amalfi Drive. Giro a la izquierda y subio por esta serpenteante via que ascendia por la ladera norte del canon trazando curvas muy cerradas. Al pasar junto a su vieja casa miro por el sendero de entrada y vio el viejo Speedster de Nicole en la cochera. Al parecer ella estaba en casa. Pierce se detuvo junto al bordillo y se quedo sentado un momento, tratando de aclarar las ideas y armandose de valor. Delante de el vio un Volkswagen destartalado en el sendero de una casa vecina, sacando humo por los dos tubos de escape, con un cartel de la pizzeria Domino's en el techo. Pierce solo habia picado algo en la comida de catering, porque habia estado demasiado nervioso por la presentacion y la expectativa de sellar un gran negocio con Goddard.
Pero la comida iba a tener que esperar. Bajo del coche.
Pierce subio al porche y golpeo con los nudillos. Era una puerta cristalera con una sola luz, de modo que Nicole sabria que era el en el momento en que saliera al pasillo. Pero el cristal funcionaba en los dos sentidos. Pierce la vio en el mismo momento en que ella lo vio a el. Nicole vacilo, pero sabia que no podia simular que no estaba en casa. Se acerco a la puerta y abrio.
No obstante, Nicole se quedo en el umbral, sin invitarlo a pasar. Llevaba unos vaqueros destenidos y un sueter ligero. El sueter estaba cortado para mostrar su abdomen plano y bronceado y el aro de oro que llevaba en el ombligo. Iba descalza y Pierce supuso que sus zuecos favoritos no estarian lejos.
– Henry, ?que estas haciendo aqui?
– Necesito hablar contigo. ?Puedo pasar?
– Bueno, estoy esperando unas llamadas. ?Puedes…?
– ?De quien? ?De Billy Wentz?
Esto la detuvo. En su mirada aparecio una expresion de desconcierto.
– ?Quien?
– Ya sabes quien. ?Que hay de Elliot Bronson o Gil Franks?
Nicole sacudio la cabeza como si sintiera pena por el.
– Mira, Henry, si esto es una escena de ex novio celoso, puedes ahorrartela. No conozco a ningun Billy Wentz y no pretendo conseguir trabajo con Elliot Bronson ni con Gil Franks. Firme una clausula de no competencia, ?recuerdas?
Pierce sintio una grieta en su armadura. Nicole habia desviado con destreza su primer ataque y con tanta suavidad y naturalidad que Pierce sintio que su resolucion se tambaleaba. Todo su girar y moler de una hora antes de repente empezaba a resultar sospechoso.
– Oye, ?puedo pasar o no? No quiero hacer esto aqui fuera.
Nicole volvio a dudar, pero luego retrocedio y le invito a entrar. Ambos fueron al salon, que estaba a la derecha del pasillo. Era una estancia amplia y oscura, con suelo de color cereza y techos de casi cinco metros de altura. Habia un hueco donde habia estado su sofa de piel, el unico mueble que se habia llevado. Por lo demas, el salon seguia igual. En una de las paredes habia una libreria enorme de suelo a techo con estantes de doble anchura. La mayoria de los estantes se hallaban llenos de libros de ella, colocados en dos filas. Nicole solo guardaba alli libros que ya habia leido y habia leido muchos. Una de las cosas que mas le gustaban de ella era que preferia pasar una tarde en el sofa leyendo un libro y comiendo sandwiches de mantequilla de cacahuete o jalea que ir al cine y a cenar a un chino. Tambien era una de las cosas de las que sabia que se habia aprovechado. Nicole no lo necesitaba para leer un libro, lo cual simplificaba el hecho de quedarse en el laboratorio una hora mas. O varias horas mas, como solia ser el caso.
– ?Te encuentras bien? -dijo ella, buscando un punto de cordialidad-. Tienes mejor aspecto.
– Estoy bien.
– ?Como te ha ido hoy con Maurice Goddard?
– Ha ido bien. ?Como lo sabias?
Nicole puso cara de ofendida.
– Porque estuve trabajando alli hasta el viernes y la presentacion ya estaba programada, ?recuerdas?
Pierce asintio. Ella tenia razon, no habia nada sospechoso en eso.
– Lo olvide.
– ?Va a subirse al carro?
– Eso parece.
Nicole no se sento. Se quedo de pie en medio del salon y de cara a el. Los estantes de libros se alzaban como una fortaleza detras de ella, empequeneciendola, todos ellos condenas silenciosas para Pierce, cada uno, una noche que no habia estado con ella. Le intimidaron, pero sabia que tenia que mantener su enfado para la confrontacion.
– Bueno, Henry, aqui estamos. ?Que pasa?
Pierce asintio. Era el momento. Cayo en la cuenta de que no se lo habia preparado. Estaba improvisando.
– Bueno, lo que pasa es que probablemente ya no tiene importancia, pero queria saberlo por mi, para que asi tal vez pueda soportarlo un poco mejor. Solo, dime, Nicki, ?alguien se acerco a ti, te presionaron, te amenazaron? ?O simplemente me vendiste porque si?
La boca de Nicole dibujo un circulo perfecto. Pierce habia convivido con ella durante tres anos y creia que conocia todas sus expresiones faciales. Dudaba que ella pudiera adoptar una expresion que el no hubiera visto antes. Y el circulo perfecto de su boca lo habia visto antes, pero no reflejaba la sorpresa de verse descubierta. Era desconcierto.
– Henry, ?de que estas hablando?
Demasiado tarde. No habia vuelta atras.
– Sabes de que estoy hablando. Me tendiste una trampa. Y quiero saber por que y quiero saber para quien. ?Bronson? ?Midas? ?Quien? ?Y sabias que iban a matarla, Nicole? No me digas que lo sabias.
Los ojos de ella empezaban a adquirir los destellos violetas que senalaban su ira. O sus lagrimas. O ambas cosas.
– No tengo ni idea de que estas diciendo. ?Una trampa para que? ?Matar a quien?
– Vamos, Nicole. ?Estan ellos aqui? Hola, ?esta Elliot escondido en la casa? ?Cuando les hago la presentacion a ellos? ? Cuando hacemos el cambio? Mi vida por Proteus.
– Henry, creo que te ha pasado algo. Cuando te colgaron del balcon y chocaste con la cabeza en la pared. Creo que…
– ?Mentira! Tu eras la unica que conocia la historia de Isabelle. Eres la unica persona a la que se lo he contado. Y lo has usado para hacer esto. ?Como has podido hacerlo? ?Por dinero? ?O simplemente querias vengarte por como lo estropee todo?
Pierce vio que ella empezaba a temblar, a flaquear. Tal vez la estaba quebrando. Ella levanto las manos, con los dedos separados y retrocedio. Estaba volviendo de nuevo hacia el pasillo.
– Sal de aqui, Henry. Estas loco. Si no fue por golpear la pared, entonces habra sido por pasar tantas horas en el laboratorio. Al final has petado. Sera mejor que te busques un…
– No lo entiendes -dijo Pierce con calma-. No te vas a quedar Proteus. Antes de que te levantes manana por la manana estara registrado. ?Lo entiendes?
– No, Henry, no lo entiendo.
– Lo que me gustaria saber es quien la mato. ?Fuiste tu o le pediste a Wentz que lo hiciera por ti? El se ocupa de todo el trabajo sucio, ?no?
Esto la detuvo. Nicole se volvio y estuvo a punto de gritarle.
– ?Que? ?Que estas diciendo? ?Matar a quien? ?Estas oyendo lo que dices?
Pierce se detuvo, esperando que ella se calmara. La situacion no estaba yendo del modo que el habia pensado. Necesitaba que ella lo confesara, pero Nicole estaba empezando a llorar.
– Nicole, yo te queria. No se que cono me pasa, porque todavia te quiero.