que no lo hiciera, le exigia que mantuviera la seguridad.

– Digamoslo de esta manera: Lilly cumplio un papel para mi. Y luego volvio a cumplir otro papel para mi. Nunca admitire mas que eso.

– Esta bien. Acaba de hacerlo.

No lo habia dicho Pierce, sino una nueva voz. Ambos hombres se volvieron al oir el sonido y vieron al detective Robert Renner en el umbral del laboratorio de electronica. Sostenia una pistola en su costado.

– ?Quien cono eres tu? -pregunto Zeller al tiempo que bajaba los pies al suelo y saltaba de la silla.

– Policia de Los Angeles -dijo Renner.

Camino desde la puerta del laboratorio hacia Zeller, con una mano en la espalda mientras avanzaba.

– Esta detenido por homicidio. Eso para empezar. Despues nos ocuparemos del resto.

El detective saco la mano de la espalda, sosteniendo unas esposas. Se acerco mas a Zeller, le dio la vuelta y lo doblo sobre la estacion experimental. Se enfundo el arma y acto seguido le puso a Zeller los brazos a la espalda y empezo a esposarle. Trabajaba con la profesionalidad de quien lo ha hecho mil veces o mas. En el proceso apreto la cara de Zeller contra la cubierta de acero del microscopio.

– Con cuidado -dijo Pierce-. Ese microscopio es muy sensible… y caro. Podria danarlo.

– No quiero hacer eso -dijo Renner-. No con todos esos importantes descubrimientos que esta haciendo aqui.

Entonces miro a Pierce con lo que probablemente para el era una sonrisa con todas las letras.

39

Zeller no dijo nada mientras lo esposaban. Solo se volvio hacia Pierce, que le sostuvo la mirada. Cuando Zeller estuvo esposado, Renner empezo a registrarle y encontro algo en la pierna derecha. Levanto el dobladillo del pantalon de Zeller y saco una pistola de pequeno calibre que este llevaba en una cartuchera de tobillo. Se la mostro a Pierce y luego la dejo en la mesa.

– Es para proteccion -protesto Zeller-. Todo esto es una chorrada. No se sostiene.

– ?De veras? -pregunto Renner afablemente.

Aparto a Zeller de la mesa y volvio a sentarlo rudamente en la silla.

– Quedese aqui.

Se acerco a Pierce y le senalo el pecho con la cabeza.

– Adelante.

Pierce empezo a desabotonarse la camisa, revelando el paquete de baterias y transmisor, sujeto con cintas en su costado izquierdo.

– ?Como se ha oido? -pregunto Pierce.

– Perfecto. Tenemos hasta la ultima palabra.

– Hijo de puta -dijo Zeller con un silbido acerado en la voz.

Pierce lo miro.

– Vaya, asi que yo soy el hijo de puta por llevar un microfono. Me quieres colgar un asesinato y te pones hecho una furia porque llevo un microfono. Cody, no puedes…

– Vale, vale, calma-dijo Renner-. Callense los dos.

Como para recalcar sus palabras, el detective arranco de un fuerte tiron la cinta adhesiva que sujetaba el equipo de vigilancia al torso de Pierce. Pierce estuvo a punto de gritar, pero fue capaz de contenerse y dejarlo en un «joder, eso duele».

– Bien. Sientese ahi, senor Honrado. Estara mejor en un minuto. -Se volvio hacia Zeller-. Antes de sacarle de aqui, voy a leerle sus derechos. Asi que callese y escuche.

Metio la mano en uno de los bolsillos interiores de la cazadora y saco una pila de tarjetas. Rebusco entre ellas hasta que encontro la tarjeta magnetica que Pierce le habia dado antes. Se estiro y se la tendio a Pierce.

– Usted delante. Abra la puerta.

Pierce cogio la tarjeta, pero no se levanto. Todavia le ardia el costado. Renner encontro la tarjeta que buscaba y empezo a leerle los derechos a Zeller.

– Tiene derecho a…

Se oyo un fuerte clac metalico cuando se desbloqueo la cerradura de la trampa. La puerta se abrio y Pierce vio al vigilante de seguridad de la entrada. Estaba despeinado y sin brillo en los ojos. Mantenia una mano a la espalda, como si escondiera algo.

En su vision periferica Pierce vio que Renner se tensaba. Solto la tarjeta que estaba leyendo y busco la cartuchera en el interior de su cazadora.

– Es mi vigilante de seguridad -espeto Pierce.

En el mismo instante en que lo decia vio que el agente de seguridad, un hombre llamado Rudolpho Gonsalves, era empujado al laboratorio desde atras. El vigilante se estrello contra la estacion informatica y cayo al suelo. El monitor le cayo en el pecho. Entonces aparecio la familiar imagen de Dosmetros entrando en el laboratorio, agachandose al pasar el umbral.

Billy Wentz entro tras el. Empunaba una pistola negra y grande en la derecha y sus ojos se aguzaron cuando vio a los tres hombres al otro lado del laboratorio.

– ?Por que tarda…?

– ?Polis! -grito Zeller-. Es un poli.

Renner ya estaba sacando la pistola de la cartuchera, pero Wentz llevaba ventaja. Con la maxima economia de movimiento, el gangster bajito apunto y empezo a disparar. Fue avanzando mientras disparaba, moviendo el canon del arma en un arco de cinco centimetros. El sonido era ensordecedor.

Pierce no lo vio, pero sabia que Renner habia comenzado a responder al ataque. Oyo ruido de disparos a su derecha e instintivamente se tiro al suelo a la izquierda. Rodo y se volvio para ver que el detective caia, salpicando de sangre la pared que tenia detras. Wentz seguia avanzando por el otro lado. Estaba atrapado. Wentz estaba justo entre el y la puerta de la trampa.

– ?Luces!

El laboratorio se sumio en la oscuridad. Dos fogonazos acompanaron los dos ultimos disparos de Wentz y luego se hizo la oscuridad completa. Pierce inmediatamente rodo de nuevo hacia su derecha para no estar en la misma posicion en que Wentz lo recordaba. Se quedo completamente inmovil a cuatro patas, tratando de controlar la respiracion y escuchando cualquier sonido que no fuera suyo.

Oia un ruido gutural a su derecha y detras de el. Era o Renner o Zeller. Herido. Pierce sabia que no podia llamar a Renner porque eso ayudaria a Wentz a centrar su siguiente disparo.

– ?Luces!

Fue Wentz quien hablo, pero el lector de voz estaba programado para identificar unicamente las voces de los miembros mas altos del escalafon del equipo de laboratorio. La voz de Wentz no servia.

– ?Luces!

Nada.

– ?Dosmetros? Ha de haber un interruptor. Encuentra el interruptor.

No hubo respuesta, ni sonido de movimiento.

– ?Dosmetros?

Nada.

– Dosmetros, maldita sea.

De nuevo no hubo respuesta. Entonces Pierce oyo un estrepito delante de el y a su derecha. Wentz habia tropezado con algo. Por el sonido calculo que estaba al menos a seis metros de distancia. El gangster probablemente estaba cerca de la trampa, buscando a su maton o el interruptor de la luz. Sabia que eso no le daba mucho tiempo. El interruptor no se hallaba junto a la trampa, sino a un par de metros, en el panel de control electrico.

Pierce se arrastro silenciosa y rapidamente hasta la estacion experimental. Recordo la pistola de Zeller que habia encontrado Renner.

Cuando llego a la mesa se levanto y paso la mano por la superficie. Sus dedos se arrastraron por algo grueso y

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