Cedio a Winston la silla que ofrecia una mejor perspectiva del puerto. Ella puso en la mesa la carpeta verde, que McCaleb reconocio como el expediente de un asesinato, y encima la cinta de video.

– Es preciosa -dijo ella.

– Si, es encantadora. Me quedaria mirandola todo el…

McCaleb se detuvo y sonrio al darse cuenta de que ella estaba hablando de la vista y no de su hija. Winston tambien sonrio.

– La nina es preciosa, Terry. De verdad. Tu tambien tienes buen aspecto con este bronceado.

– He estado saliendo en el barco.

– ?Y la salud va bien?

– No puedo quejarme de nada mas que del monton de pastillas que me hacen tomar. Pero llevo tres anos ya, y sin problemas. Creo que estoy a salvo, Jaye. Solo tengo que seguir tomando esas condenadas pastillas y deberia seguir asi.

McCaleb sonrio y ciertamente parecia la personificacion de la salud. El mismo sol que habia oscurecido su piel habia causado el efecto contrario en su cabello. Cortado muy corto y limpio, parecia casi rubio. El trabajo en el barco tambien habia contribuido a definir los musculos de brazos y hombros. Lo unico que lo delataba quedaba oculto por la camisa: la cicatriz de treinta y tres centimetros dejada por el trasplante.

– Enhorabuena -comento Winston-, parece que te ha ido muy bien. Nueva familia, nueva casa… apartado de todo.

Winston se quedo callada un momento, volviendo la cabeza como si quisiera asimilar la panoramica y la isla y la vida de McCaleb, todo a la vez. McCaleb siempre habia pensado que Jaye Winston era atractiva en un estilo un poco masculino. Tenia el pelo rubio rojizo largo hasta los hombros. Nunca la habia visto maquillada en el tiempo que trabajaron juntos, pero tenia unos ojos agudos y conocedores y una sonrisa facil y en cierto modo triste, como si en todo viera el humor y la tragedia al mismo tiempo. Llevaba vaqueros negros y una camiseta blanca debajo de un blazer negro. Tenia aspecto de ser leal y dura, y McCaleb sabia por experiencia que lo era. Solia recogerse el pelo tras la oreja con frecuencia mientras hablaba, y a el le resultaba un gesto atractivo, por alguna razon desconocida. Siempre habia pensado que de no haber conectado con Graciela quiza habria tratado de conocer mejor a Jaye Winston. Y tambien sentia que ella lo sabia de un modo intuitivo.

– En cierto modo, el motivo de mi visita me hace sentir culpable -dijo ella.

McCaleb senalo con la cabeza la carpeta y la cinta de video.

– Has venido por trabajo. Podrias haber llamado, Jaye. Probablemente te habrias ahorrado tiempo.

– No, no enviaste ninguna tarjeta con el cambio de direccion y telefono. Supongo que no quenas que la gente se enterara de donde te habias instalado. -Winston se recogio el pelo tras la oreja derecha y sonrio de nuevo.

– En realidad, no -dijo el-. Simplemente no pensaba que nadie quisiera saber donde estaba. Asi que, ?como me has encontrado?

– Estuve preguntando en el puerto en Cabrillo. Me dijeron en la oficina del puerto que aun conservabas el amarre, pero que te habias trasladado aqui. Asi que cruce en el ferry y tome un taxi acuatico por el puerto hasta que lo encontre. Tu amigo estaba alli. El me explico como llegar hasta aqui.

– Buddy.

McCaleb miro hacia el puerto y localizo el Following Sea, a menos de un kilometro de alli. Veia a Buddy Lockridge inclinado en la popa. Al cabo de unos momentos supo que Buddy estaba limpiando los carretes con la manguera que salia del deposito de agua dulce.

– Bueno, ?de que se trata, Jaye? -dijo McCaleb sin mirar a Winston-. Tiene que ser importante para que te hayas tomado tantas molestias en tu dia libre. Supongo que libras los domingos.

– Casi todos.

Winston aparto la cinta de video y abrio la carpeta. Esta vez McCaleb miro. Aunque la tenia del reves, sabia que la primera pagina era un informe de incidencia, por lo general la primera pagina de cualquier expediente de homicidios que habia leido. Era el punto de partida. Se fijo en la direccion. Incluso del reves vio que se trataba de un caso de West Hollywood.

– Tengo aqui un caso y esperaba que pudieras echarle un vistazo. En tu tiempo libre, claro. Creo que puede ser uno de los tuyos. Me gustaria que le dieras una leida, y si puede ser que me senalaras algo nuevo.

En cuanto habia visto la carpeta en manos de Winston, McCaleb ya habia adivinado que era eso lo que iba a pedirle. Sin embargo, al oir la pregunta sintio una confusa mezcla de sensaciones. Le entusiasmaba la posibilidad de recuperar una parte de su vida anterior, pero al mismo tiempo se sentia culpable por la idea de traer la muerte a una casa tan llena de vida nueva y felicidad. Miro hacia la corredera abierta para ver si Graciela estaba mirandolos. No era asi.

– ?Uno de los mios? -dijo-. Si es un asesino en serie, no pierdas el tiempo. Llama al FBI. Maggie Griffin…

– Ya lo he hecho, Terry, pero sigo necesitandote.

– ?De cuanto tiempo estamos hablando?

– Dos semanas.

Los ojos de Winston se alzaron de la carpeta para mirar a McCaleb.

– ?El dia de Ano Nuevo?

Ella asintio.

– El primer asesinato del ano -dijo-. Al menos en el condado de Los Angeles. Para alguna gente el milenio no empezo hasta este ano.

– ?Crees que es un loco del milenio?

– Creo que el que hizo esto es un loco de alguna clase. Por eso estoy aqui.

– ?Que dijo el FBI? ?Le mostraste esto a Maggie?

– No estas al dia, Terry. A Maggie la devolvieron a Quantico. Las cosas se han calmado en los ultimos anos y los de Ciencias del Comportamiento la recuperaron. Ya no hay oficina en Los Angeles. Asi que si, hable con ella. Pero en una llamada telefonica a Quantico. Metio la informacion en el PDCV y no salio nada.

McCaleb sabia que se referia al ordenador del Programa de Detencion de Criminales Violentos.

– ?Y han hecho algun perfil? -pregunto el.

– Estoy en lista de espera. ?Sabes que en todo el pais hubo treinta y cuatro asesinatos relacionados con el nuevo milenio entre Nochevieja y Ano Nuevo? Asi que por el momento tienen las manos llenas; y los grandes departamentos como nosotros estamos al final de la lista, porque el FBI supone que los departamentos pequenos, con menos experiencia, medios y recursos humanos necesitan mas su ayuda.

Espero un momento mientras dejaba que McCaleb reflexionara sobre el asunto. El comprendio que la filosofia del FBI era la que se aplicaba para determinar las prioridades medicas cuando se produce una catastrofe.

– No me importa esperar mas o menos un mes hasta que Maggie o algun otro pueda prepararme algo, pero mi instinto me dice que en este caso el tiempo es importante, Terry. Si es un asesino en serie, un mes puede ser demasiado. Por eso pense en venir a verte. Estoy dandome cabezazos contra la pared y tu puedes ser nuestra ultima esperanza para sacar algo que nos sirva de punto de partida. Todavia me acuerdo del Sepulturero y el Asesino del Codigo. Se lo que puedes hacer con unos informes y algunas cintas de la escena del crimen.

McCaleb penso que el ultimo comentario estaba de mas y constituia su unico movimiento en falso hasta el momento. Por lo demas, creia que ella era sincera al confiarle su conviccion de que el asesino al que estaba buscando podia actuar de nuevo.

– Ha pasado mucho tiempo para mi, Jaye -empezo McCaleb-. Al margen del caso de la hermana de Graciela, no he participado en…

– Vamos, Terry, no me quieras enganar. Puedes estar ahi sentado con un bebe en el regazo todos los dias de la semana, pero eso no borra lo que eres ni lo que haces. Te conozco. No nos hemos visto ni hemos hablado en mucho tiempo, pero te conozco. Y se que no pasa un dia sin que pienses en tus casos. Ni uno solo. -Winston hizo una pausa y lo miro-. Cuando te quitaron el corazon no te quitaron lo que te hace latir, ?me explico?

McCaleb desvio la mirada y volvio a fijarla en su barco. Buddy se habia sentado en la silla de pesca, con los pies levantados y apoyados en el espejo de popa. McCaleb suponia que tenia una cerveza en la mano, pero estaba demasiado lejos para determinarlo.

– Si eres tan buena interpretando a la gente para que me necesitas.

– Puede que yo sea buena, pero tu eres el mejor que he conocido nunca. Joder, aunque no estuvieran liados hasta Pascua en Quantico, te preferiria a cualquiera de esos profilers. Lo digo en serio. Tu eras…

Вы читаете Mas Oscuro Que La Noche
Добавить отзыв
ВСЕ ОТЗЫВЫ О КНИГЕ В ИЗБРАННОЕ

0

Вы можете отметить интересные вам фрагменты текста, которые будут доступны по уникальной ссылке в адресной строке браузера.

Отметить Добавить цитату