Marlboro.

– Si, bueno, ha dejado de fumar. Y quiza el caso Stey ha sido el detonante. Demasiada presion. Tiene que salir por algun sitio.

McCaleb sabia que ella no lo estaba escuchando. Tenia la vista fija en algo del cuadro. Dejo caer la lamina y cogio la reproduccion del detalle del hombre desnudo que abrazaba la lechuza oscura.

– Deja que te pregunte algo -dijo ella-. Si nuestro hombre mando la lechuza directamente desde el almacen a nuestra victima, entonces ?como cono tiene este precioso trabajo de pintura?

McCaleb asintio.

– Buena pregunta. Debio de pintarla alli mismo, en el apartamento. Quiza mientras observaba a Gunn tratando de seguir vivo.

– No se encontro pintura asi en el apartamento. Y miramos tambien en el basurero del edificio. No vi pintura.

– Se la llevo y se deshizo de ella en algun otro sitio.

– O a lo mejor piensa usarla en el siguiente.

Winston se detuvo y se quedo pensativa un buen rato. McCaleb aguardo.

– Entonces, ?que hacemos?

– Asi que ahora es hacemos.

– Por ahora. He cambiado de opinion. No puedo llevar esto al capitan. Es demasiado peligroso. Si me equivoco ya puedo empezar a despedirme de todo.

McCaleb asintio.

– ?Tu companero y tu teneis otros casos?

– Tenemos tres expedientes abiertos, incluido este.

– Bueno, ponlo a el con uno de los otros mientras tu trabajas en este. Conmigo. Trabajamos en Bosch hasta que tengamos algo solido (en un sentido o en otro), entonces podras hacerlo oficial.

– ?Y que hago, llamo a Harry Bosch y le digo que necesito hablar con el porque es sospechoso de asesinato?

– Empezare yo. Sera menos obvio si yo hago el primer intento. Deja que este un rato con el y, quien sabe, quiza mi intuicion actual este equivocada. O quiza encuentre el detonante.

– Es mas facil decirlo que hacerlo. Si nos acercamos mucho, lo sabra. No quiero que esto nos estalle en la cara, en particular en la mia.

– Ahi es donde yo puedo tener ventaja.

– Si, ?como es eso?

– Yo no soy poli. Podre acercarme mas a el. Tengo que ir a su casa, ver como vive. Mientras tanto tu…

– Un momento. ?No estaras hablando de irrumpir en su casa? Yo no voy a participar en eso.

– No, nada ilegal.

– Entonces ?como piensas entrar?

– Llamare a la puerta.

– Buena suerte. ?Que piensas decirle? Mientras tanto, ?que hago yo?

– Tu trabajas la linea externa, lo habitual. Investigas el giro postal para comprar la lechuza. Averiguas algo mas sobre Gunn y el asesinato de hace seis anos. Investigas el incidente entre Harry y su antiguo teniente, e investigas que paso con el teniente. Harry me dijo que el tipo salio una noche y acabo muerto en un tunel.

– Maldicion. Lo recuerdo. ?Tuvo que ver con Gunn?

– No lo se. Pero Bosch hizo una especie de referencia eliptica ayer.

– Obtendre informacion sobre eso y hare preguntas sobre lo demas, pero Bosch puede llegar a enterarse de cualquiera de esos movimientos.

McCaleb asintio. Penso que era un riesgo que habia que asumir.

– ?Sabes de alguien que lo conozca? -dijo.

Ella nego con la cabeza, enfadada.

– ?No te acuerdas? Los polis son gente paranoica. En cuanto haga una pregunta sobre Harry Bosch todo el mundo va a saber que estamos haciendo.

– No necesariamente. Usa el caso Storey. Esta en boca de todos. Puede que hayas visto al tipo por la tele y que no tenga buen aspecto. «?Esta bien? ?Que le esta pasando?» Algo asi. Haz ver que estas cotilleando.

Winston no parecio calmarse. Se acerco a la puerta corredera y miro hacia el puerto. Apoyo la frente en el cristal.

– Conozco a su antigua companera -dijo-. Hay un grupo informal de mujeres que se reune una vez al mes. Todas trabajamos en homicidios en los distintos departamentos locales. Somos una docena. La antigua companera de Harry, Kiz Rider, acaba de pasar de Hollywood a Robos y Homicidios. El estrellate. Pero creo que estaban muy proximos. Harry era una especie de mentor para Kiz, Puede que logre hablar con ella si uso un poco de delicadeza.

McCaleb asintio y se le ocurrio algo.

– Harry me dijo que estaba divorciado. No se cuanto tiempo hace, pero puedes preguntarle a Rider como si, ya sabes, como si estuvieras interesada en como es, ese tipo de cosas. Si haces preguntas asi puede que ella te ponga al tanto de la verdad.

Winston aparto la mirada de la corredera y fijo la vista en McCaleb.

– Si, eso nos hara buenas amigas cuando descubra que era todo mentira y que estaba tendiendo una trampa a su ex companero, a su mentor.

– Si es una buena policia lo entendera. Tienes que exonerarlo o culparlo y en cualquier caso quieres hacerlo de la forma mas discreta posible.

Winston volvio a mirar por la puerta.

– Voy a necesitar la posibilidad de negarlo.

– ?Que?

– Quiero decir que si hacemos esto y tu vas alli y todo se va a la mierda, necesito poder salir airosa.

McCaleb asintio. Lamentaba que ella lo hubiera dicho, pero entendia su necesidad de protegerse.

– Te lo estoy diciendo de frente, Terry. Si todo se va al carajo va a parecer que tu te has excedido, que yo te pedi que echaras un vistazo al expediente y tu seguiste por libre. Lo siento, pero tengo que protegerme.

– Lo entiendo, Jaye. Puedo aceptarlo. Correre mis riesgos.

18

Winston se quedo un rato en silencio mientras miraba por la puerta del salon. McCaleb notaba que estaba tomando una decision y se limito a esperar.

– Te contare una historia sobre Harry Bosch -dijo ella al fin-. Lo conoci hace cuatro anos en un caso conjunto. Dos secuestros con asesinato. El de Hollywood lo llevaba el, el de West Hollywood era mio. Chicas jovenes, ninas en realidad. Las pruebas fisicas relacionaron los dos casos. Basicamente los dos trabajabamos por separado, pero nos reuniamos a comer cada miercoles para compartir notas.

– ?Hicisteis un perfil?

– Si, fue cuando Maggie Griffin todavia estaba aqui con el FBI. Preparo algo para nosotros. Lo habitual. Es igual, la cosa se calento cuando hubo una tercera desaparecida. Esta vez era una chica de diecisiete anos. Las pruebas de los dos primeros casos indicaban que el tipo las mantenia vivas cuatro o cinco dias hasta que se cansaba de ellas y las mataba. Asi que ibamos contra reloj. Pedimos refuerzos y estabamos investigando denominadores comunes.

McCaleb asintio. Estaban siguiendo los pasos habituales para detener a un asesino en serie.

– Surgio una posibilidad remota -dijo ella-. Las tres victimas utilizaban la misma lavanderia de Santa Monica, cerca de La Cienaga. La ultima chica tenia un trabajo de verano en Universal y llevo sus uniformes alli para que los lavaran en seco. El caso es que antes incluso de que acudieramos a la direccion fuimos al aparcamiento de empleados y apuntamos los nombres de los carnes de los empleados por si encontrabamos algo antes de entrar y anunciarnos. Y lo encontramos. El jefe mismo. Lo habian detenido diez anos antes por escandalo publico. Tiramos

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