decoloracion azulada que recorria todo el costado izquierdo de la victima, incluidos el brazo y la pierna izquierdos.
Despues de que Bosch identificara las fotografias como las de Jody Krementz in situ, Langwiser solicito que fueran mostradas al jurado, J. Reason Fowkkes hizo una objecion, asegurando que las imagenes influirian en el animo del jurado y serian perjudiciales para ellos. El juez no admitio la protesta, pero pidio a Langwiser que eligiera una sola foto que representara al conjunto. Langwiser eligio la que habia sido tomada desde mas cerca y se la tendieron al hombre que se sentaba mas a la izquierda en la tribuna del jurado. Mientras la foto iba pasando lentamente entre los miembros del jurado
Despues de que la foto completara su recorrido fue entregada al alguacil, quien la devolveria de nuevo al jurado junto con el resto de las pruebas presentadas cuando tuviera que deliberarse el veredicto.
Bosch observo que Langwiser regresaba al estrado para continuar con el interrogatorio. Sabia que estaba nerviosa. Habian almorzado juntos en la cafeteria del sotano del otro edificio de justicia y ella habia expresado sus preocupaciones. Aunque era la segunda de Kretzler, se trataba de un juicio importante que podia tener consecuencias muy positivas o muy negativas en las carreras de ambos.
Langwiser consulto su bloc antes de seguir adelante.
– Detective Bosch, despues de examinar el cadaver, ?hubo un momento en que declaro que la muerte debia ser objeto de una investigacion por homicidio?
– De inmediato, antes incluso de que llegaran mis companeros.
– ?Por que? ?No parecia una muerte accidental?
– No…
– Senora Langwiser -interrumpio el juez Houghton-. Haga las preguntas de una en una, por favor.
– Disculpe, senoria. Detective, ?no le parecio que la mujer se habia causado accidentalmente su propia muerte?
– No. Me parecio que alguien pretendia simularlo.
Langwiser bajo la mirada hacia sus notas durante un largo momento antes de continuar. Bosch estaba convencido de que la pausa estaba planeada, una vez que la fotografia y su testimonio habian captado toda la atencion del jurado.
– Detective, ?conoce usted el termino asfixia autoerotica?
– Si, lo conozco.
– ?Podria hacer el favor de explicarselo al jurado?
Fowkkes se levanto y protesto.
– Senoria, el detective Bosch puede ser muchas cosas, pero no se ha presentado al jurado ninguna prueba de que sea experto en sexualidad humana.
Se produjo un murmullo de risas contenidas en la sala. Bosch vio que un par de los miembros del jurado reprimian la sonrisa. Houghton golpeo una vez con el mazo y miro a Langwiser.
– ?Que tiene que decir al respecto, senora Langwiser?
– Senoria, puedo presentar esas pruebas.
– Proceda.
– Detective Bosch, ha dicho que ha trabajado en cientos de homicidios. ?Ha investigado muertes que han resultado no ser causadas por un homicidio?
– Si, probablemente cientos de ellas tambien. Muertes accidentales, suicidios, incluso muertes por causas naturales. Es rutinario que los agentes de las patrullas pidan a un detective de homicidios que acuda al escenario de una muerte para ayudarles a determinar si esa defuncion debe ser investigada como un homicidio. Esto es lo que sucedio en este caso. Los patrulleros y su sargento no estaban seguros de a que se enfrentaban. Dijeron que era sospechoso y mi equipo recibio la llamada.
– ?Lo han llamado alguna vez o ha investigado una muerte que haya sido calificada por usted o por la oficina del forense como muerte accidental por asfixia autoerotica?
– Si.
Fowkkes se levanto de nuevo.
– Reitero mi protesta, senoria. Estamos yendo a un terreno en el que el detective Bosch no es un experto.
– Senoria -dijo Langwiser-, se ha establecido con claridad que el detective Bosch es un experto en la investigacion de la muerte; y eso incluye todas sus variedades. Ha visto esto antes y puede testificar.
Habia una nota de exasperacion en su voz. Bosch penso que iba dirigida al jurado, no a Houghton. Era una forma de comunicar de manera subliminal a los doce que ella queria llegar a la verdad, mientras que otros pretendian poner piedras en el camino.
– Estoy de acuerdo, senor Fowkkes -dijo Houghton tras una breve pausa-. Las protestas contra esta linea de interrogatorio son rechazadas. Proceda, senora Langwiser.
– Gracias, senoria. Asi pues, detective Bosch, ?esta familiarizado con casos de asfixia autoerotica?
– Si, he trabajado en tres o cuatro casos. Tambien he estudiado la bibliografia sobre la materia. Se hace referencia a ello en libros sobre tecnicas de investigacion de homicidios. Tambien he leido resumenes de estudios en profundidad llevados a cabo por el FBI y otros.
– ?Esto fue antes de que se produjera este caso?
– Si, antes.
– ?Que es la asfixia autoerotica? ?Como se produce?
– Senora Langwiser -empezo el juez.
– Disculpe, senoria. Lo reformulo. ?Que es la asfixia autoerotica, detective Bosch?
Bosch tomo un trago de agua, y aprovecho el momento para ordenar sus ideas. Habian repasado estas preguntas durante el almuerzo.
– Es una muerte accidental. Ocurre cuando la victima intenta incrementar las sensaciones sexuales durante la masturbacion cortando o interrumpiendo el flujo de sangre arterial al cerebro. Suele hacerse mediante una ligadura en torno al cuello. Al apretar la ligadura se produce hipoxia, disminucion de la oxigenacion del cerebro. La gente que, eh,…, practica esto cree que la hipoxia (y el mareo que produce) eleva las sensaciones masturbatorias. Sin embargo, puede provocar la muerte accidental si el va demasiado lejos y dana la arteria carotida o bien se desmaya con la ligadura todavia apretada y se asfixia.
– Ha dicho «el», detective. Pero en este caso la victima era una mujer.
– Este no es un caso de asfixia autoerotica. Los casos que he visto e investigado de esta forma de muerte siempre han sido de victimas masculinas.
– ?Esta diciendo que en este caso se hizo que la muerte pareciera causada por asfixia autoerotica?
– Si, esa fue mi conclusion inmediata. Y continuo pensando lo mismo.
Langwiser asintio e hizo una pausa. Bosch bebio un poco mas de agua. Al llevarse el vaso a la boca miro a la tribuna del jurado. Todos parecian muy atentos.
– Expliquese, detective. ?Que lo llevo a esa conclusion?
– ?Puedo consultar mis informes?
– Por favor.
Bosch abrio la carpeta. Las cuatro primeras paginas eran el IIO, el informe del incidente original. Paso a la cuarta pagina que incluia el resumen del oficial al mando. En realidad el informe lo habia escrito Kiz Rider, aunque Bosch era el oficial al mando del caso. Bosch reviso rapidamente el resumen para refrescar la memoria y luego miro al jurado.
– Varias cosas contradicen la hipotesis de una muerte accidental causada por asfixia autoerotica. Para empezar, desconfie porque estadisticamente es raro que la victima sea una mujer. No es que el ciento por ciento de las victimas sean hombres, pero casi. Esta certeza hizo que mirara con mucha atencion el cadaver y la escena del crimen.
– ?Seria correcto decir que fue usted inmediatamente esceptico de la escena del crimen?
– Si, seria correcto.
– Muy bien, continue. ?Que mas le provoco desconfianza?
– La ligadura. En casi todos los casos de los que he tenido noticia de manera directa o a traves de la