ciudad, donde el crisol con mucha frecuencia se desbordaba, los estilos de la estacion de tren estaban mezclados con suavidad en algo unico y hermoso. A Bosch le gustaba.
A traves de las puertas de cristal entraron en el oscuro vestibulo, desde donde un alto pasadizo abovedado conducia a una inmensa sala de espera. Al recorrerlo, Bosch recordo que solia caminar por ahi no solo por los cigarrillos, sino tambien para renovarse un poquito. Ir a la Union Station era como hacer una visita a la iglesia, una catedral donde las lineas elegantes de diseno, funcionalidad y orgullo civico se entrecruzaban. En la sala de espera central las voces de los viajeros se elevaban en sus altos espacios y se transformaban en un coro de suspiros languidos.
– Me encanta este sitio -dijo Rider-. ?Has visto la pelicula
Bosch asintio. La habia visto.
– Era la comisaria de policia, ?no? -pregunto.
– Si.
– ?Has visto
– No, ?era buena?
– Si, deberias verla. Otra vision del caso de la Dalia Negra y la conspiracion del departamento.
Ella gruno.
– Gracias, pero creo que no es lo que necesito ahora mismo.
Compraron dos cafes en Union Bagel y accedieron a la sala de espera, donde habia filas de asientos de cuero marron que se alineaban como lujosos bancos de iglesia. Bosch levanto la mirada de la manera en que solia hacerla. Doce metros por encima de sus cabezas colgaban seis enormes aranas en dos filas. Rider tambien levanto la mirada.
Bosch senalo entonces dos asientos libres que habia cerca del quiosco de periodicos. Se sentaron en el suave cuero acolchado y dejaron sus tazas en los gruesos reposa brazos de madera.
– ?Ya estas preparado para hablar de esto? -pregunto Rider.
– Si tu lo estas -respondio-. ?Que habia en el archivo que viste en Archivos Especiales? ?Que era tan siniestro?
– Para empezar, alli esta Mackey.
– ?Como sospechoso del caso Verloren?
– No, el expediente no tiene nada que ver con Verloren. Verloren ni siquiera era un «bip» en el radar en aquel expediente. Todo se refiere a una investigacion que se llevo a cabo y se finiquito antes de que Rebecca Verloren estuviera ni siquiera embarazada.
– Muy bien, entonces ?que tiene que ver con nosotros?
– Puede que nada y puede que todo. ?Sabes el tipo que vive con Mackey, WilIiam Burkhart?
– Si.
– Tambien esta ahi. Solo que entonces se le conocia como Billy
– Entendido.
– En marzo de mil novecientos ochenta y ocho, Billy
– El delito de odio. ?Fue el unico acusado?
Rider asintio con la cabeza.
– Tenian una huella dactilar que encontraron en un espray hallado en una alcantarilla, a una manzana de la sinagoga. Acepto un trato porque de lo contrario habrian hecho de el un ejemplo y lo sabia.
Bosch se limito a decir que si con la cabeza. No queria preguntar nada que interrumpiera la narracion.
– En los informes y en la prensa, Burkhart (o Blitzkrieg o como quieras llamarlo) esta representado como el lider de los Ochos. Decian que hacian un llamamiento para que el ochenta y ocho fuera un ano de levantamiento racial y etnico en honor de su estimado Adolf Hitler. Ya conoces la cantinela. Guerra santa racial, venganza de la basura blanca y todo eso. Todos iban con sus jerseis de los Vikingos de Minnesota, porque aparentemente los vikingos eran una raza pura. Todos se habian tatuado el numero ochenta y ocho.
– Me hago a la idea.
– El caso es que tenian mucho contra Burkhart. Lo habian pillado bien con lo de la sinagoga, y tenian a los federales mascando la idea de hacer un baile de derechos civiles en su cabeza puntiaguda. Habia muchos delitos, empezando a principios de ano, cuando brindaron por el Ano Nuevo quemando una cruz en el jardin de una familia negra en Chatsworth. Despues hubo mas cruces quemadas, llamadas de telefono amenazadoras y avisos de bomba. El asalto de la sinagoga. Incluso arrasaron una guarderia judia en Encina. Todo eso fue a primeros de enero. Tambien empezaron a coger trabajadores mexicanos en las esquinas y llevarlos al desierto, donde los asaltaban o los abandonaban, o ambas cosas, normalmente ambas cosas. Usando su terminologia estaban fomentando la desarmonia, porque creian que eso conduciria a la separacion de las razas.
– Si, he oido esa cancion.
– Muy bien, como he dicho, estaban preparados para hacer de Burkhart el chico del poster de todo esto y, si acudian al Departamento de Justicia, podria haber terminado con una condena minima de diez anos en un penal federal.
– Asi que acepto un trato.
Rider asintio con la cabeza.
– Cumplio un ano en Wayside y una condicional de cinco anos, y el resto se olvido. Y los Ochos cayeron con el. Se disolvieron y fue el final de la amenaza. Todo paso a finales de marzo, mucho antes de Verloren.
Al pensar en ello, Bosch observo a una mujer con prisa mientras llevaba de la mano a una nina hacia el acceso a las vias de Metroline. La mujer tambien cargaba con una maleta pesada y su foco estaba solo en la puerta de delante. La nina era arrastrada con la cara hacia arriba mientras miraba al techo. Estaba sonriendo a algo. Bosch levanto la mirada y miro un globo infantil enganchado en uno de los cuadrados del techo. El desastre de un nino era una sonrisa secreta para otro. El globo era naranja y blanco y tenia forma de pez, y Bosch sabia por su hija que era un personaje animado llamado Nemo. Tuvo un flash de su hija, pero lo aparto rapidamente para poder concentrarse. Miro a Rider.
– Entonces ?que pintaba Mackey en todo esto? -pregunto.
– Era carne de canon -respondio Rider-. Uno de los peces pequenos. Lo consideraban el recluta perfecto. Un fracasado del instituto sin expectativas en la vida. Estaba en condicional por robo, y su historial juvenil estaba plagado de robos de coches, atracos y drogas. Asi que era justo el tipo que estaban buscando. Un perdedor que podian moldear como un guerrero blanco. Pero una vez que lo metieron en el grupo se dieron cuenta de que era (en palabras de Burkhart) mas inutil que un negro en el agua. Aparentemente era tan estupido que tuvieron que sacarlo del grupo de grafiteros porque ni siquiera sabia escribir su vocabulario racista basico. De hecho, su apodo en el grupo era Dujio, porque fue asi como escribio «judio» con espray en el muro de una sinagoga.
– ?Dislexico?
– Diria que si.
Bosch nego con la cabeza.
– Incluso con el regalo del ADN en la escena de Verloren, no veo a este tipo.
– Estoy de acuerdo. Creo que tuvo un papel, pero no el protagonista. Es un cabeza hueca.
Bosch decidio aparcar a Mackey y concentrarse en el principio del informe.
– Si tenian toda esta informacion confidencial sobre estos tipos, ?como es que solo cayo Burkhart?
– Estoy llegando a eso.
– ?Aqui es donde empieza el
– Exacto. Veras, Burkhart era un lider de los Ochos, pero no era «el» lider.
– Ah.
– El lider se identifico como un tipo llamado Richard Ross. Era mayor que los demas. Un verdadero creyente. Tenia veintiun anos y era el labia que recluto a Burkhart y luego a la mayoria de los Ochos y el que puso todo en marcha.
Bosch asintio. Richard Ross era un nombre corriente, pero sabia adonde iban a ir a parar.
– ?Este Richard Ross, era como Richard Ross
– Exactamente. El hijo prodigo del capitan Ross.
El capitan Richard Ross habia sido largo tiempo el jefe de la Division de Asuntos Internos durante la primera