– Fue en enero. Primeros de enero. Tengo la fecha exacta en el archivo.
– De acuerdo, primeros de enero. Dijiste que las huellas en una lata de espray lo vinculaban con Burkhart. ?Cuanto tardarian en el ochenta y ocho, cuando probablemente todavia lo hacian a mano, una semana si era un caso caliente como este? Si detuvieron a Burkhart a finales de enero y no presento fianza…
Levanto las manos en alto, permitiendo que Rider terminara.
– Febrero, marzo, abril, mayo, junio -dijo ella con excitacion-. Cinco meses. Si gano creditos de tiempo podria facilmente haber salido ?en julio!
Bosch asintio. El sistema penitenciario del condado albergaba a internos que esperaban juicio o cumplian sentencias de un ano o menos. Durante decadas el sistema habia estado superpoblado y la poblacion reclusa limitada a un maximo dictado por el juez. Esto resulto en la rutinaria liberacion de internos a traves de las ratios de reduccion de condena que fluctuaban segun la poblacion penitenciaria de cada carcel, pero que a veces llegaban hasta los tres dias de reduccion por cada uno cumplido.
– Esto tiene buen aspecto, Harry.
– Quiza demasiado bueno. Hemos de atarlo.
– Cuando volvamos, me metere en el ordenador y descubrire cuando salio de Wayside. ?Que tiene esto que ver con la escucha?
Bosch penso un momento acerca de si deberian ralentizar las cosas.
– Creo que seguimos adelante con el pinchazo. Si la fecha de Wayside encaja, vigilaremos a Mackey y a Burkhart. De todos modos, asustaremos a Mackey porque es el debil. Lo haremos cuando este en el trabajo y lejos de Burkhart. Si estamos en lo cierto, le llamara. -Se levanto-. Pero aun hemos de investigar los otros nombres, los otros miembros de los Ochos -anadio.
Rider no se levanto. Lo miro.
– ?Crees que va a funcionar?
Bosch se encogio de hombros.
– Ha de funcionar.
Miro en torno a la oscura estacion de tren. Comprobo caras y ojos, buscando a alguien que apartara rapidamente la mirada. En parte habia esperado ver a Irving entre la multitud de viajeros. Don Limpio en escena. Eso era lo que Bosch solia pensar cuando Irving aparecia en la escena de un Crimen.
Rider se levanto. Tiraron las tazas vacias en una papelera y caminaron hacia las puertas principales de la estacion. Cuando llegaron alli, Bosch miro detras de ellos, buscando de nuevo a alguien que los estuviera siguiendo. Sabia que ahora tenia que considerar esas posibilidades. El lugar que veinte minutos antes le habia parecido calido y acogedor ahora le parecia sospechoso y ominoso. Las voces del interior ya no eran alegres susurros. Habia un filo agudo en ellas. Sonaban enfadadas.
Cuando salieron, se fijo en que el sol se habia desplazado detras de las nubes. No iba a necesitar las gafas de sol en su paseo de vuelta.
– Lo siento, Harry -dijo Rider.
– ?Por que?
– Pensaba que tu vuelta seria diferente. Aqui estamos, es tu primer caso y el
Bosch asintio cuando franquearon la puerta principal. Vio el reloj de sol y las palabras grabadas en granito debajo. Sus ojos se fijaron en la ultima linea,
Valor para actuar
– No tengo miedo -dijo-, pero ellos si deberian tenerlo.
22
– Listo, para empezar -respondio el inspector Garcia cuando Bosch le pregunto si estaba preparado.
Bosch asintio con la cabeza y se acerco a la puerta para dejar entrar a las dos mujeres del
– Hola, soy McKenzie Ward -dijo la primera.
Obviamente era la periodista. La otra mujer llevaba una bolsa de camara fotografica y un tripode.
– Soy Emmy Ward -dijo la fotografa.
– ?Hermanas? -pregunto Garcia, aunque la respuesta era obvia por lo mucho que se parecian las dos mujeres: ambas de veintitantos, ambas rubias atractivas con amplias sonrisas.
– Yo soy la mayor -dijo McKenzie-, pero no por mucho.
Se estrecharon las manos.
– ?Como acaban dos hermanas en el mismo diario, y luego en el mismo reportaje? -pregunto Garcia.
– Yo llevaba varios anos en el
– ?Le importa si sacamos las fotos antes? -pregunto Emmy-. Tengo otro encargo y he de irme en cuanto termine.
– Por supuesto -dijo Garcia, siempre complaciente-. ?Donde me quieren?
Emmy Ward preparo una foto de Garcia sentado a la mesa de reuniones con el expediente del caso delante de el. Bosch se lo habia llevado como atrezo. Mientras se realizaba la sesion fotografica, Bosch y McKenzie se quedaron a un lado charlando. Antes, habian hablado en profundidad por telefono y ella habia accedido al acuerdo. Si publicaba el articulo en el diario al dia siguiente seria la primera de la fila para la exclusiva cuando detuvieran al asesino. McKenzie no habia accedido con facilidad. Garcia habia actuado con torpeza al inicio, antes de ceder la negociacion a Bosch. Bosch era lo bastante listo para saber que ningun periodista permitiria que el departamento de policia le dictara cuando se publicaria un articulo o como se escribiria este. De manera que Bosch se concentro en el cuando, no en el como. Partia de la suposicion de que McKenzie Ward podria escribir un articulo que sirviera a sus propositos. Solo necesitaba que se publicara en el periodico cuanto antes. Kiz Rider tenia una cita con una jueza esa tarde. Si se aceptaba la solicitud de la escucha, estarian preparados para actuar a la manana siguiente.
– ?Ha hablado con Muriel Verloren? -le pregunto la periodista a Bosch.
– Si, estara alli toda la tarde y esta preparada para hablar.
– Saque los recortes y lei todo lo que se publico en su momento (yo tenia ocho anos entonces) y hay varias menciones al padre y a su restaurante. ?El tambien estara alli?
– No lo creo. Se fue. En cualquier caso es mas una historia de la madre. Ella es la que ha mantenido la habitacion de la hija sin tocarla durante diecisiete anos. Dijo que puede hacer una foto alli si quieren.
– ?En serio?
– En serio.
Bosch vio que McKenzie observaba la preparacion de la foto con Garcia. Sabia lo que estaba pensando. La madre en la habitacion congelada en el tiempo seria una imagen mucho mejor que un viejo policia sentado ante su escritorio con una carpeta. La periodista miro a Bosch mientras empezaba a hurgar en su bolso.
– Entonces he de hacer una llamada para ver si puedo quedarme con Emmy.
– Adelante.
McKenzie salio de la oficina, probablemente porque no queria que Garcia le oyera decirle a un jefe de redaccion que necesitaba que Emmy se quedara en esa asignacion porque tendria una foto mejor con la madre.
Volvio a entrar al cabo de tres minutos e hizo una senal con la cabeza a Bosch, que interpreto que Emmy iba a quedarse con ella para el articulo.
– ?Entonces esto va a salir manana? -pregunto, solo para asegurarse una vez mas.
– Esta preparado para la ventana, depende de la foto. Mi redactor queria guardarlo para el domingo, hacer un reportaje mas largo, pero le dije que era una cuestion competitiva. Siempre que podemos adelantarnos al
– Si, ?que dira cuando el