– No, pensara que el
Bosch asintio de manera pensativa; entonces pregunto:
– ?Que quiere decir que esta preparado para la ventana?
– Cada dia publicamos una noticia con una foto en la cubierta. Lo llamamos la ventana porque esta en el centro de la pagina, y porque la foto puede verse a traves del cristal en las cajas de diarios de las calles. Es un lugar privilegiado.
– Bien.
Bosch estaba nervioso por el papel que iba a desempenar el articulo.
– Si me joden con esto, no lo olvidare -dijo McKenzie con tranquilidad.
Habia cierta amenaza en el tono, la reportera dura saliendo a la palestra. Bosch levanto las manos, como si no tuviera nada que ocultar.
– No se preocupe. Tendra la exclusiva. En cuanto detengamos a alguien, la llamare a usted y solo a usted.
– Gracias. Ahora, solo para repasar otra vez las reglas, puedo citarle por su nombre en el articulo, pero no quiere salir en ninguna foto, ?correcto?
– Si. Podria tener que hacer algun trabajo secreto en esto. No quiero mi foto en el periodico.
– Entendido. ?Que trabajo secreto?
– Nunca se sabe. Solo quiero mantener la opcion abierta. Ademas, el inspector es mejor para la foto. Ha convivido con el caso mas que yo.
– Bueno, creo que ya tengo lo que necesito de los recortes y de nuestra llamada de antes, pero todavia quiero sentarme con ustedes dos unos minutos.
– Lo que necesite.
– Listo -dijo Emmy, al cabo de unos minutos. La fotografa empezo a desmontar su equipo.
– Llama a la redaccion -dijo la hermana-. Creo que ha habido un cambio y te quedas conmigo.
– Oh -dijo Emmy, a la que no parecio importarle.
– ?Por que no haces la llamada fuera mientras seguimos con la entrevista? -propuso McKenzie-. Quiero volver al periodico para escribir esto lo antes que podamos.
La periodista y Bosch se sentaron a la mesa con Garcia mientras la fotografa iba a comprobar sus nuevas ordenes. McKenzie empezo por preguntarle a Garcia que le habia enganchado del caso durante tanto tiempo que le hizo pasarlo a la unidad de Casos Abiertos. Mientras Garcia daba una respuesta que se iba por las ramas acerca de los casos que perseguian a un detective, Bosch sintio una oleada de desprecio. Sabia lo que la periodista no sabia, que Garcia, de manera consciente o inconsciente, habia permitido que la investigacion se desviara diecisiete anos antes. El hecho de que al parecer Garcia desconociera que su investigacion habia sido manipulada de algun modo era para Bosch el menor de los pecados. Si no mostraba corrupcion personal o cesion a una presion de las altas esferas del departamento, cuando menos mostraba incompetencia.
Despues de unas pocas preguntas mas a Garcia, la periodista desvio su atencion a Bosch y le pregunto que novedad habia en el caso diecisiete anos despues.
– Lo principal es que tenemos el ADN del que disparo -dijo-. Nuestra Division de Investigaciones Cientificas conservo tejido y sangre hallados en el arma homicida. Esperamos que el analisis permita conectarlo con un sospechoso cuyo ADN ya este en la base de datos del Departamento de Justicia, o usarlo en comparaciones para eliminar o identificar sospechosos. Estamos en el proceso de revisar a todos aquellos relacionados con el caso. El ADN de cualquiera que nos parezca sospechoso sera cotejado con el que tenemos. Eso es algo que el inspector Garcia no podia hacer en el ochenta y ocho. Esperamos que esto cambie las cosas esta vez.
Bosch explico como el arma extrajo una muestra de ADN de la persona que la disparo. La periodista parecia muy interesada por la casualidad del caso y tomo detalladas notas.
Bosch estaba satisfecho. La pistola y la historia del ADN eran lo que queria que saliera en el periodico. Queria que Mackey leyera el articulo y supiera que su ADN ya estaba en el ordenador, que estaba siendo analizado y comparado.
Mackey sabia que una muestra suya ya estaba en la base de datos del Departamento de Justicia. La esperanza era que le hiciera sentir panico. Quizas intentaria huir, quiza cometeria un error y haria una llamada en la que discutiria el crimen. Un error era todo cuanto necesitaban.
– ?Cuanto tardaran en tener resultados del Departamento de Justicia? -pregunto McKenzie.
Bosch se inquieto. Trataba de no mentir directamente a la periodista.
– Ah, es dificil de decir -respondio-. El Departamento de Justicia prioriza las solicitudes de comparaciones y siempre hay una demora. Deberiamos tener algo en cualquier momento a partir de ahora.
Bosch estaba satisfecho con su respuesta, pero entonces la periodista le lanzo otra granada a la madriguera.
– ?Y la raza? -dijo-. Lei todos los recortes y parecia que nunca se menciono nada en un sentido u otro de que esta chica fuera mestiza. ?Cree que eso intervino en el movil de su asesinato?
Bosch echo una mirada a Garcia y espero que este respondiera primero.
– El caso se exploro a fondo en ese sentido en mil novecientos ochenta y ocho -dijo Garcia-. No encontramos nada que apoyara el angulo racial. Por eso probablemente no estaba en los recortes.
La periodista se concentro en Bosch, buscando la opinion presente sobre la cuestion.
– Hemos revisado a conciencia el expediente del caso y no hay nada en el que apoye una motivacion racial en el caso -dijo Bosch-. Obviamente vamos a revisar la investigacion, de principio a fin, y buscaremos cualquier cosa que pueda haber desempenado un papel en el movil del crimen.
Bosch miro a Ward y se preparo para que ella no aceptara su respuesta y siguiera presionando. Sopeso la posibilidad de que la motivacion racial flotara en el articulo. Eso podria mejorar las posibilidades de suscitar algun tipo de respuesta por parte de Mackey, pero tambien advertirle de lo cerca que estaban de el. Decidio dejar la respuesta tal cual. La periodista no insistio y cerro el cuaderno.
– Creo que tengo lo que necesito por ahora -dijo-. Voy a hablar con la senora Verloren y despues tendre que darme prisa y redactar esto para que salga manana. ?Hay algun numero en el que pueda localizarle, detective Bosch? Rapidamente, si es preciso.
Bosch sabia que ella lo tenia. Con reticencia le dio su numero de movil, sabiendo que significaba que en el futuro la periodista tendria una linea directa con el y la usaria en relacion con cualquier caso o articulo. Era la ultima cuota a pagar en el trato que habian hecho.
Los tres se levantaron de la mesa y Bosch advirtio que Emmy Ward habia vuelto a entrar en silencio en la oficina y se habia quedado sentada junto a la puerta durante la entrevista. El y Garcia dieron las gracias por venir a las dos hermanas y se despidieron. Bosch se quedo en la oficina con Garcia.
– Creo que ha ido bien -dijo Garcia despues de que se cerrara la puerta.
– Eso espero -dijo Bosch-. Me ha costado mi numero de movil. Tengo ese numero desde hace tres anos. Ahora tendre que cambiarlo y avisar a todo el mundo. Va a ser un grano en el culo, eso es lo que va a ser.
Garcia no hizo caso de la queja.
– ?Como esta seguro de que ese tipo, Mackey, va a ver el articulo?
– No estamos seguros. De hecho creo que es dislexico. Puede que ni siquiera sepa leer.
La boca de Garcia se abrio.
– Entonces ?que estamos haciendo?
– Bueno, tenemos un plan para asegurarnos de que se entere del contenido del articulo. No se preocupe, por eso. Lo hemos previsto. Tambien hay otro nombre que ha surgido desde ayer. Un amigo de Mackey entonces y ahora. Se llama William Burkhart. Cuando usted estaba en el caso se le conocia como Billy
Garcia puso su mejor expresion de profunda reflexion, como la que habia usado para la camara, y se situo detras de la mesa. Nego con la cabeza.
– No creo que surgiera -dijo.
– Si, probablemente lo habria recordado.
Garcia permanecio de pie, pero se inclino sobre el escritorio para mirar su agenda.
– Veamos, ?que tengo ahora?
– Me tiene a mi, inspector -dijo Bosch.
Garcia lo miro.