de todos los detalles que no habia mencionado en la reunion del desayuno. Le conto la visita de McClellan a su casa y como eso le habia conducido a descubrir las huellas de debajo de la cama.

Veinte minutos despues estaban en su puesto de la sala 503. Bosch tenia una taza de cafe delante de el. Se sentaron uno delante del otro con los listados de los registros de llamadas extendidos entre ellos.

Bosch se estaba concentrando en los informes de las llamadas al garaje. El listado contaba con al menos un par de cientos de lineas -llamadas entrantes y salientes de dos telefonos- entre las seis de la manana, cuando empezo la vigilancia, y las cuatro de la tarde, cuando Mackey entro a trabajar y Renner y Robleto empezaron con la monitorizacion directaa de la linea.

Bosch repaso la lista. Nada parecia inmediatamente familiar. Muchas de las llamadas de entrada y salida eran a empresas con alguna conexion automovilistica claramente aparente en el nombre. Muchas otras llegaron de la central de AAA y eran probablemente llamadas del servicio de gruas.

Habia asimismo varias llamadas prcedentes de telefonos particulares. Bosch examino cuidadosamente esos nombres pero no vio ninguno que le llamara la atencion. No habia nadie cuyo nombre hubiera surgido en el caso.

Habia cuatro entradas en la lista que eran atribuidas a Visa, todas al mismo numero. Bosch cogio el telefono y llamo. No sono. Solo oyo el fuerte chirrido de una conexion informatica. Era tan alto que incluso Rider lo oyo.

– ?Que es eso?

Bosch colgo.

– Estoy tratando de localizar la nota que vi en la estacion de servicio acerca de una llamada de Visa para confirmar el empleo de Mackey. ?Recuerdas que dijiste que no encajaba?

– Lo olvide. ?Era ese numero?

– No lo se. Hay cuatro entradas de Visa, pero… Espera un momento.

Se dio cuenta que las llamadas de Visa eran todas llamadas salientes.

– No importa, eran salientes. Debe de ser el numero al que llama la maquina cuando pagas con tarjeta de credito. No es eso. No hay ninguna llamada de entrada de Visa.

Bosch volvio a coger el telefono y llamo al movil de Nord.

– ?Todavia estas en el garaje?

Ella rio.

– Apenas hemos salido de Hollywood. Llegaremos en media hora.

– Preguntales por un mensaje telefonico que alguien le dejo ayer a Mackey. Algo referido a una llamada de Visa para confirmar el empleo de una solicitud de credito. Preguntales si recuerdan la llamada, y mas importante, a que ahora se recibio. Trata de conseguir la hora exacta si puedes. Pregunta esto lo primero y llamame.

– Si, senor. ?Quiere el senor que tambien le recojamos la ropa de la lavanderia?

Bosch se dio cuenta de que iba a ser una mala manana en sus relaciones personales.

– Lo siento -dijo-. Estamos bajo la espada de Damocles.

– Todos, ?no? Te llamare en cuanto veamos al tipo.

Nord colgo. Bosch dejo el telefono y miro a Rider. Ella estaba mirando la foto del primer curso de Rebecca Verloren en el anuario que se habian llevado de la escuela.

– ?En que estas pensando? -pregunto ella sin levantar la mirada.

– Este asunto de la Visa me preocupa.

– Ya lo se. ?Que estas pensando?

– Bueno, pongamos que eres el asesino y la pistola con la que la mataste te la dio Mackey.

– ?Estas renunciando completamente a Burkhart? Ayer te gustaba sin duda.

– Digamos que los hechos me han persuadido. Al menos por ahora.

– Vale, adelante.

– Muy bien, eres el asesino y conseguiste la pistola de Mackey. El es la unica persona del mundo que realmente puede acusarte. Pero han pasado diecisiete anos y no ha ocurrido nada y te sientes seguro e incluso le has perdido la pista a Mackey.

– Vale.

– Y ayer coges el periodico y ves la foto de Rebecca y lees el articulo que dice que tienen ADN. Sabes que no es tu sangre, asi que o bien es un gran farol de los polis o ha de ser la sangre de Mackey. Ya sabes lo que tienes que hacer.

– Mackey ha de desaparecer.

– Exactamente. Los polis se estan acercando. Ha de morir. ?Y como lo encuentras? Bueno, Mackey ha pasado la vida entera, cuando no esta en la carcel, conduciendo un camion grua. Si sabes eso, haces exactamente lo que hicimos nosotros. Coges las paginas amarillas y empiezas a llamar a companias de gruas.

Rider se levanto y fue a los archivadores que ocupaban la pared posterior. Los listines telefonicos· estaban apilados desordenadamente en la parte de arriba. Tuvo que ponerse de puntillas para coger las paginas amarillas del valle de San Fernando. Volvio y abrio el libro por las paginas que anunciaban los servicios de gruas. Paso el dedo por una lista hasta que llego a Tampa Towing, donde habia trabajado Mackey. Volvio al anterior, una empresa llamada Tall Order Towing Services. Cogio el telefono y marco el numero.

Bosch solo oyo el lado de conversacion de Rider.

– Si, ?con quien estoy hablando?

Rider espero un momento.

– Soy la detective Kizmin Rider, del Departamento de Policia de Los Angeles. Estoy investigando un caso de fraude, y me gustaria haeerle una pregunta.

Rider asintio con la cabeza al recibir aparentemente una respuesta afirmativa.

– El sospechoso que estoy documentando tiene un historial de llamar a empresas e identificarse como alguien que trabaja para Visa. Despues intenta verificar el empleo de alguien como parte de una solicitud de tarjeta de credito. ?Le suena? Tenemos informacion que nos lleva a creer que este individuo estuvo operando ayer en el valle de San Fernando y le gusta tomar como objetivos negocios de automocion.

Rider espero mientras respondian a su pregunta. Miro a Bosch, pero no le dio ninguna indicacion de nada.

– Si, ?podria ponerse al telefono por favor?

Rider repitio el mismo discurso con otra persona y planteo la misma pregunta. Se inclino hacia delante y parecio adoptar una actitud mas rigida en su postura. Cubrio el auricular y miro a Bosch.

– Premio -dijo.

Volvio al telefono y escucho un poco mas.

– ?Era un hombre o una mujer?

Rider anoto algo.

– ?Y a que hora fue?

Tomo otra nota y Bosch se levanto para que pudiera mirar a traves del escritorio y leerlo. Habia escrito: «hombre, 13.30 aprox.» en un bloc de borrador. Mientras continuaba la conversacion, Bosch consulto el registro y vio que en Tampa Towing se recibio una llamada a las 13.40. Era un numero particular. El nombre que figuraba en el registro era el de Amanda Sobek. El prefijo del numero indicaba que se trataba de un movil. Ni el nombre ni el numero significaban nada para Bosch. Pero no importaba. Pensaba que se estaban acercando a algo.

Rider completo su llamada preguntando si la persona con la que estaba hablando recordaba el nombre que el supueso empleado de Visa habia tratado de confirmar. Despues de recibir aparentemente una respuesta negativa, pregunto:

– ?Cree que pudo ser Roland Mackey?

Rider espero.

– ?Esta segura? -pregunto-. Muy bien, gracias por su tiempo, Karen.

Rider colgo y miro a Bosch. La excitacion en los hojos borro todo lo que habia quedado pendiente por el hallazgo de las huellas por la manana.

– Tenias razon -dijo-. Recibieron una llamada. Lo mismo. Incluso recordo el nombre de Roland Mackey y cuando se lo mencione, Harry, alguien lo estuvo buscando

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