Hubo demasiados discursos preliminares y la revista de los nuevos oficiales se demoro en exceso. Sin embargo, finalmente, el programa llego al momento principal, las tradicionales observaciones del jefe de policia. El hombre que habia traido de nuevo a Bosch al departamento estaba relajado y preparado ante el atril. Hablo de reconstruir el departamento de policia desde dentro, empezando por los veinticuatro nuevos agentes que tenia ante si. Dijo que estaba hablando de reconstruir tanto la imagen como la practica del departamento. Dijo muchas de las cosas que le habia dicho a Bosch el lunes por la manana. Insto a los nuevos agentes a no quebrantar nunca la ley para hacer cumplir la ley. A hacer su trabajo respetando la Constitucion y de manera compasiva en todo momento.
Pero entonces sorprendio a Bosch con su conclusion.
– Tambien quiero llamar su atencion sobre dos agentes que estan hoy aqui presentes como invitados mios. Uno llega, y el otro se va. El detective Harry Bosch ha regresado al departamento esta semana, despues de varios anos de retiro. Supongo que durante sus largas vacaciones ha aprendido que no se pueden ensenar nuevos trucos a un perro viejo.
Hubo risas educadas entre la multitud situada al otro lado de la explanada del desfile. Alli era donde se sentaban los familiares y amigos de los cadetes. El jefe continuo.
– Asi que volvio a la familia del Departamento de Policia de Los Angeles y ya ha actuado de manera admirable. Se ha puesto en peligro por el bien de la comunidad. Ayer, el y su companera resolvieron un asesinato cometido hace diecisiete anos, un crimen que ha estado clavado como una espina en el costado de esta comunidad. Damos de nuevo la bienvenida al redil al detective Bosch.
Hubo un rumor de aplausos de la multitud. Bosch sintio que se ruborizaba. Bajo la mirada a su regazo.
– Tambien quiero dar las gracias al subdirector Irvin Irving por estar aqui hoy -continuo el jefe-. El jefe Irving ha servido a este departamento durante casi cuarenta y cinco anos. No hay actualmente ningun agente que lo haya hecho durante mas tiempo. Su decision de retirarse hoy y hacer de esta graduacion su ultimo acto llevando placa es un buen broche a su carrera. Le damos las gracias por ese servicio a este departamento y a esta ciudad.
El aplauso para Irving fue mucho mas alto y sostenido. La gente empezo a levantarse en honor del hombre que habia servido al departamento y a la ciudad durante tanto tiempo. Bosch se volvio ligeramente a su derecha para ver el rostro de Irving y en los ojos del sub director advirtio que no lo habia visto venir. Le habian enganado.
Pronto todos estuvieron de pie y aplaudiendo, y Bosch se sintio obligado a hacer lo mismo por el hombre al que despreciaba. Sabia exactamente quien habia proyectado la caida de Irving. Si Irving protestaba, o maniobraba para recuperar su posicion, se enfrentaria a una acusacion interna construida por Kizmin Rider. No habia duda de quien perderia el caso. Ni la menor duda.
Lo que Bosch no sabia era cuando se habia planeado. Recordo a Rider sentada en su escritorio en la sala 503, esperandole con cafe, solo, como a el le gustaba. ?Ya sabia entonces de que caso era el resultado ciego y adonde conduciria? Recordo la fecha en el informe del Departamento de Justicia. Tenia diez dias cuando el lo habia leido. ?Que habia ocurrido durante esos diez dias? ?Que estaba planeado para su llegada?
Bosch no lo sabia y tampoco estaba seguro de que le importara. La politica del departamento se dirimia en la sexta planta. Bosch trabajaba en la sala 503, Y alli se mantendria firme. Sin lugar a dudas.
El jefe termino su discurso y se alejo del microfono. Uno a uno, les dio a los cadetes un certificado que acreditaba que habian completado la formacion en la academia, y poso para una foto con el receptor. Todo fue muy rapido y limpio y estuvo perfectamente coreografiado. Tres helicopteros de la policia sobrevolaron en formacion la explanada del desfile y los cadetes terminaron la ceremonia lanzando sus gorras al aire.
Bosch se acordo de la ocasion, hacia mas de treinta anos, en que el habia lanzado su gorra al aire. Sonrio ante el recuerdo. No quedaba nadie mas de su promocion. Estaban muertos, o retirados o expulsados. Sabia que dependia de el cargar con el estandarte y la tradicion. Elegir la buena pelea.
Cuando concluyo la ceremonia y la multitud se apresuro hacia los nuevos agentes para felicitarles, Bosch observo que Irving se levantaba y empezaba a atravesar la explanada del desfile hacia la zona de salida. No se detuvo por nadie, ni siquiera por aquellos que le tendieron la mano para felicitarle y darle las gracias.
– Detective, ha tenido una semana atareada.
Bosch se volvio. Era el jefe de policia. Asintio con la cabeza. No sabia que decir.
– Gracias por venir -dijo el jefe-. ?Como esta la detective Rider?
– Se ha tomado el dia libre. Ayer le fue de poco.
– Eso he oido. ?Alguno de los dos va a asistir a la conferencia de prensa de hoy?
– Bueno, ella no esta, y yo estaba pensando en saltarmela, si no le importa.
– Nosotros nos ocuparemos. Veo que ya le ha dado la noticia al
Ahora todos los demas claman por ella. Vamos a tener que montar un pequeno numerito.
– Le debia esta a la periodista del
– Si, lo comprendo.
– Cuando pase la tormenta, ?todavia tendre trabajo, jefe?
– Por supuesto, detective Bosch. Como en toda investigacion, habia que tomar decisiones. Usted tomo las mejores decisiones que podia tomar. Habra una revision del caso, pero no creo que tenga problemas.
Bosch asintio. Casi le dijo gracias, pero decidio no hacerlo. Se limito a mirarle.
– ?Hay algo mas que quiera preguntarme, detective?
Bosch asintio de nuevo.
– Me estaba preguntando algo -dijo.
– ?Que?
– El caso empezo con una carta del Departamento de Justicia y esa carta era vieja cuando yo llegue. ?Por que me la guardaron a mi? Supongo que lo que me estoy preguntando es que sabian y cuando lo supieron.
– ?Algo de eso importa ahora?
Bosch senalo con la barbilla en la direccion que habia tomado Irving.
– Quiza -dijo-. No lo se. Pero no se ira simplemente. Ira a los medios. O a los abogados.
– Sabe que hacerlo seria un error. Que tendria consecuencias para el. No es un hombre estupido.
Bosch se limito a asentir con la cabeza. El jefe lo estudio un momento antes de hablar de nuevo.
– Todavia parece preocupado, detective. ?Recuerda lo que le dije el lunes? Le dije que habia revisado cuidadosamente su caso y su carrera antes de decidir darle de nuevo la bienvenida.
Bosch se limito a mirarlo.
– Lo dije en serio -continuo el jefe-. Lo estudie y creo que se algo sobre usted. Esta en esta tierra por un motivo, detective Bosch. Y sabe que tiene la oportunidad de continuar con su mision. Despues de eso, ?importa algo mas?
Bosch le sostuvo la mirada un buen rato antes de responder.
– Supongo que lo que de verdad queria preguntar es sobre lo que dijo el otro dia. Cuando me conto todo eso acerca de las ondas y las voces, ?lo decia en serio? ?O solo me estaba dando cuerda para que fuera tras Irving por usted?
El fuego se extendio rapidamente por las mejillas del jefe de policia. Bajo la mirada mientras componia su respuesta, pero entonces volvio a levantar la cabeza y le sostuvo la mirada a Bosch.
– Dije en serio todas las palabras que pronuncie. Y no lo olvide. Vuelva a la sala quinientos tres y resuelva casos, detective. Para eso esta aqui. Resuelvalos o encontrare una razon para echarlo. ?Entendido?
Bosch no se sintio amenazado. Le gusto la respuesta del jefe. Le hizo sentirse mejor.
– Entiendo.
El jefe levanto la mano y cogio a Bosch por el antebrazo.
– Bien. Entonces vamos alli a hacernos una foto con algunos de estos jovenes que hoy se han unido a nuestra familia. Quiza puedan aprender algo de nosotros. Quiza nosotros podamos aprender algo de ellos.
Al caminar hacia la multitud, Bosch aparto la mirada en la direccion que habia tomado Irving. Pero ya hacia mucho que se habia ido.
44
Bosch busco a Robert Verloren durante tres de las siete noches siguientes, pero no lo encontro hasta que fue demasiado tarde.