porque las tratan como algo que hace falta memorizar, y la memorizacion no le producia ningun terror a Dar Lang Ahn. Tal vez por esa razon tardo tanto tiempo en aprender la idea basica del algebra como herramienta para resolver otros problemas; podia aprender todas las reglas. Pero al enfrentarse con un problema tenia las mismas dificultades que tantos flamantes recien graduados. Sin embargo, fue mas bien Kruger que Dar quien trato de cambiar de tema.

Encontrar una nueva materia que interesara a Dar no era dificil, pero por razones privadas Kruger sintio que debia ser esta vez una no matematica. Compartia la creencia general de que la biologia no lo era, asi que decidio que habia llegado el momento de averiguar lo que descubrieron los cientificos sobre la vida en Abyormen.

Resulto que este equipo habia estado durante algun tiempo tratando de examinar la unica forma disponible de vida «caliente», es decir, a alguno de los Profesores de los refugios caldeados por volcanes. El individuo del poblado de los geiseres no estaba muy dispuesto a cooperar, pero creyeron conocerle mejor que a ninguno; fue el quien quedo seleccionado para hacer de estrella invitada en un robot improvisado por los ingenieros del Alphard que llevaba un equipo de television incorporado. Dar, al ver este nuevo invento, se sintio de nuevo maravillado, y a Kruger se le encomendo que le explicara la television y el control remoto. Estaba aun intentandolo cuando todo el mundo se fue al modulo de aterrizaje con el robot.

De hecho, Dar creyo tener ya una buena idea de como funcionaba el aparato y empezaba a considerar sus posibilidades de saber como estaba hecho. Escucho cuando Kruger hablo con el Profesor en la radio del modulo, pero no hizo ningun comentario propio.

— Le agradeceriamos que permitiera que nuestro robot entrara en su retiro. Estamos seguros de que podra soportar las condiciones.

— ?Por que debo hacerlo? ?Que beneficio reportaria a vosotros o a mi?

— Usted nos ha visto, y a partir de ello debe haber sacado algunas de sus conclusiones.

?No opina que podemos modificar alguna de nuestras ideas despues de verle? Al fin y al cabo, se ha quejado muchas veces de que no le comprendemos, dado que no compartimos sus puntos de vista sobre la difusion de la cultura. Me parece que esta deseando hacer cualquier cosa que haga que le comprendamos mejor.

— ?Como sabeis que os he visto alguna vez? Te dije que no sabia de ningun material capaz de mantener nuestros medios separados y a traves del cual se pueda ver.

— Entonces no dijo toda la verdad, ya que tiene algun tipo de aparato de television. Veia lo suficientemente bien como para poder preguntar sobre las hebillas de Dar.

— Muy bien. Pero ?en que medida puedo estar seguro de que el verme os devolvera la cordura a vosotros, gente extrana?

— No puedo decirlo. ?Como puedo prometer algo que deduciremos de unos datos que aun no poseemos? En cualquier caso, usted puede aprender mas de nosotros.

— No tengo ningun interes particular en aprender mas de vosotros.

— Lo tenia cuando me preguntaba todas esas cosas hace unos pocos anos.

— Entonces es que he aprendido lo que necesitaba.

— Mucha gente ha aprendido cosas de nuestra ciencia, no solo Dar Lang Ahn. Habia muchos mirando cuando investigamos una caverna muy lejos, al sur.

— Parece que hay poco que pueda hacer.

— Pero si usted quiere tambien aprender de nosotros, podria al menos hacerse una idea de lo que su propia gente aprenda cuando llegue su epoca de vida.

Dar estuvo algo confundido por este argumento; no entendia por completo lo que el chico estaba tratando de lograr y mucho menos las operaciones mentales del lejano Profesor. No sabia si sorprenderse o no cuando este argumento parecio convencer a la criatura, pero pudo asegurar que Kruger estaba satisfecho con el resultado.

El robot, aunque pequeno, no lo era tanto como para entrar por la trampilla del lugar donde Dar y Kruger habian hablado con el Profesor. Por indicacion de este ultimo, el modulo aterrizo cerca del crater donde los dos viajeros habian pasado tanto tiempo atrapados, y la maquina fue llevada al edificio donde habian encontrado los generadores.

Los hombres volvieron al modulo, donde se apelotonaron todos en torno a la pantalla de television conectada con el transmisor del robot.

— ?Y ahora que? — pregunto uno de los hombres al Profesor.

— Mandad vuestra maquina por la rampa abajo — el operador obedecio; la pequena caja enrollada en torno a su oruga machaco la resbaladiza superficie. La luz se fue haciendo mas escasa conforme llegaba hasta la parte inferior de la rampa, encendiendose un foco en su parte superior para permitirles ver.

— Seguid el corredor. No gireis; hay otros pasajes — la maquina avanzaba. El corredor era largo y al parecer se adentraba bastante en la montana; tardo algun tiempo en que una puerta bastante resistente le impidiera el paso.

— Espera — obedecieron, y al poco tiempo se abrio la puerta.

— Ven rapido — el robot rodo hacia adentro y la puerta se cerro de golpe detras de el —.

Sigue; no hay mas bifurcaciones. Me encontrare con vuestra maquina, pero tendra que ir despacio, ya que tengo que llevar conmigo mi radio. Estoy aun cerca del poblado.

— No necesita tomarse la molestia de hacer todo ese camino a menos que no quiera que el robot vea esa parte de su estancia — replico uno de los biologos —. La maquina puede hacer el viaje sin fastidiar a nadie.

— De acuerdo. Esperare aqui, y mis companeros pueden tambien hablar con vosotros.

Debia haber un unico largo tunel conectando los pasajes inferiores del edificio donde estaba el generador con el area situada bajo el poblado cercano a los geiseres. Tardo bastante tiempo en ser cruzada, pero de pronto el robot llego a un punto donde el corredor se agrandaba de repente formando una camara de unos ocho pies de altura, de la cual salian unas cuantas ramificaciones mas. El locutor, que habia aprendido lo suficiente del idioma abyormenita para no tener que depender todo el rato de Dar y Kruger, informo al Profesor de la situacion del robot y pidio nuevas instrucciones.

— Estas muy cerca; sera mas sencillo mostrarte el camino. Espera ahi y en un momento estoy contigo — los hombres alrededor de la pantalla de television observaban atentamente.

Unos pocos segundos despues aparecio un breve movimiento por una de las aberturas y todos los ojos se fijaron en su figura reflejada en la pantalla. Su atencion no se distrajo al aproximarse el recien llegado al robot.

Ninguno se sorprendio especialmente. Todos, excepto Dar, tenian mas o menos experiencia en las naves exploradoras de la Tierra, y habian visto una amplia gama de criaturas que resultaron ser a la vez inteligentes y con cultura.

El abyormenita no habia visto nunca en su vida nada semejante. Un cuerpo con forma de melon estaba sostenido por seis miembros tan gruesos en sus bases que se confundian unos con otros, aunque luego se estrechaban para tocar el suelo en unos puntos muy pequenos. Los observadores humanos pensaron en una, desusadamente gruesa de cuerpo, estrella de mar caminando sobre las puntas de sus extremidades en vez de deslizarse en lo plano. A la luz del robot, su tercio superior parecia a los ojos humanos de un rojo fuerte, con una banda del mismo color extendiendose hasta el fin de cada apendice; el resto era negro. Su cuerpo no estaba equipado ni con ojos, ni con orejas, ni cosa semejante, al menos que se pudiera ver, si exceptuamos una zona arriba del todo que podia ser desde una boca cerrada hasta una peculiar mancha de color. Dar no tenia forma de juzgar el tamano de la criatura a partir de su imagen en la television; el que controlaba el robot, estimandola a partir de su distancia con las luces normalmente enfocadas, dedujo que tendria mas o menos la misma que Dar y que debia pesar unas ochenta o noventa libras.

— Compruebo que me estais viendo — Dar saco la indudable conclusion de que el tono de la criatura reflejaba ironia. No cabia dudar de la identidad de esta cosa, ya que la voz que venia del receptor del robot era la misma que habian estado escuchando todo el tiempo —. Si haceis que vuestra maquina me siga, podremos relajarnos mientras os enterais de lo que quereis — sin dar la vuelta, la criatura empezo a marchar hacia atras, con el robot siguiendola.

Un corto corredor llevo a una habitacion de unos cinco pies de altura muy similar a las que Dar y Kruger habian examinado en la ciudad. Dar la contemplo con ansiedad, deseoso de aprender las funciones de las enigmaticas instalaciones.

Algunas resultaron pronto evidentes. Tres de los objetos en forma de cupula estaban ocupados con criaturas similares a su guia, con sus cuerpos colocados en la parte superior y los seis miembros en las seis ranuras. El guia

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