– En el lago por el que pasamos al bajar.
– ?El lago Mathews? -le pregunto Yost aterrado-. ?Acaso estas loco? Es una presa particular. Esta vigilada y, si nos sorprendieran, estariamos perdidos. -Se reclino en el asiento-. No podemos hacer tonterias. Corrimos un gran riesgo y lo conseguimos. Somos los hombres mas afortunados del mundo. Piensa en lo que nos aguarda esta noche. ?Acaso no te basta?
– Pues claro que si -contesto Malone.
– El paraiso de Mahoma, eso es lo que tenemos -dijo Yost enfervorizado. Contemplo el camino empinado a traves del parabrisas y sacudio la cabeza-. Si alguien llegara a saberlo.
Estaban a lunes por la noche y Sharon Fields yacia una vez mas de espaldas mientras Shively le aporreaba despiadadamente la vagina con su taladro neumatico.
Sharon le correspondia con las manos, las nalgas y los muslos tal como habia decidido hacer. Pero ahora el animal que arremetia contra ella sin compasion, el llamado Kyle T. Scoggins, ya no podia considerarse un simple y perverso violador.
Sabia que era un asesino y no se quitaba de la cabeza a aquellos cinco ninos a los que habia ametrallado a muerte porque no queria que hubiera supervivientes que pudieran 'senalarle con el dedo'. Antes de descubrir aquella revelacion acerca de su pasado, Sharon Fields habia actuado con mucha propiedad y ahora procuraba repetirse una y otra vez que tenia que actuar con la misma eficacia por espantoso y repugnante que ello le resultara.
Su cuerpo le ofrecia por tanto una apasionada respuesta. Pero el espiritu se lo guardaba para si.
Hoy lunes habia dormido hasta el mediodia. En el transcurso de las primeras horas de la tarde, a solas en su habitacion, habia apresado de nuevo el vago pensamiento, la idea que a punto habia estado de escaparsele la noche anterior antes de conciliar el sueno.
Era un pequeno e invisible chaleco salvavidas que tal vez pudiera impedir que se hundiera si lograba hincharlo y utilizarlo.
Pero, a pesar de todos sus esfuerzos, habia sido incapaz de desarrollar la idea y de proyectar sus futuras actuaciones. Sabia que la causa de su fracaso se debia a los conocimientos que habia adquirido en secreto acerca de los antecedentes de Shively, asesino en potencia.
A ultima hora de la tarde, Yost habia acudido un momento a su habitacion para anunciarle que ya habia regresado de hacer las compras y que le reservaria las sorpresas para cuando se reunieran despues de cenar.
En el transcurso de las horas siguientes se habia esforzado por sobreponerse, prepararse para la noche y aprovechar mejor el tiempo que le quedaba con vistas a prepararles a sus apresadores una sorpresa.
Habia centrado nuevamente su atencion en la fugaz idea, en el hipotetico chaleco salvavidas que habia acudido la noche anterior a sus pensamientos y que habia estado examinando durante buena parte del dia.
La idea era todavia confusa o no estaba aun plenamente estructurada, pero la veia mentalmente como una nebulosa en la que pudiera hallar el medio de escapar a la extincion en el planeta Tierra.
Ahora ya habia llegado la noche y tenia encima la dura y desnuda figura de Shively, ametrallandole el orificio como si fuera una zanja de las afueras de My Lai.
Tenia que apartar de sus pensamientos aquella zanja con sus tristes y jovenes cadaveres, se dijo a si misma, y dedicar toda su atencion al asesino si es que queria sobrevivir.
El maraton sexual siguio su curso y ella volvio a concentrarse en su actitud, sus gestos y su papel.
Al agotar el la ultima bala, Sharon reacciono segun el guion y se sumergio en una interminable, desvalida y agradecida convulsion de orgasmos fingidos.
Como siempre, la cobra se mostro satisfecha de si misma y posiblemente de Sharon.
Esta hundio la cabeza en su velloso pecho, le rodeo la espalda con un brazo y se aferro a el para poder definir entre tanto los perfiles de la idea que estaba empezando a tomar cuerpo en su cerebro.
El tipo se rio. No solia reirse y ella se pregunto a que se deberia su risa.
– Es el viejo. Estamos pensando en el -le dijo.
– ?Que le ocurre?
– Esta noche pasa. Esta agotado. Quiere un dia de descanso. ?Que le hiciste anoche?
– Le excite por espacio de dos minutos en lugar de uno -repuso ella con voz de prostituta.
Shively estallo en una carcajada.
– Eres una chica muy lista, tengo que reconocerlo.
Ella se aparto de su pecho y apoyo la cabeza sobre la almohada al lado de la suya.
– Soy algo mas que eso y tu lo sabes.
– Si, estas muy bien. Mas sensual de lo que suponia. Menudo trabajo acabas de hacerme. Ella le miro con expresion sincera.
– ?Y el que tu me has hecho a mi? Eres el unico que me lo ha hecho, ?sabes? Pocos son los hombres que pueden excitarme.
En realidad, puede decirse que practicamente no hay ninguno. Tu, en cambio, lo consigues todas las noches. ?Donde aprendiste a ser tan buen amante? La modestia no era precisamente su mejor cualidad.
– Algunos tipos lo tienen y otros no.
– La mayoria no, te lo aseguro -le dijo ella.
Se detuvo y decidio dar el paso-.
Cuando una mujer encuentra a alguien especial, suele experimentar mucha curiosidad acerca de ese alguien.
– ?Y tu experimentas curiosidad acerca de mi?
– ?No te parece logico? He estado pensando en ti. Me he preguntado cual debia ser tu vida antes de que nos conocieramos. Como te ganabas la vida y todo eso.
El la miro con dureza y cautela.
– Por tu bien, nena, procura no preguntarte demasiadas cosas acerca de mi. No me gustan las mujeres curiosas. Te meten en muchos lios.
– Eso no es justo. No soy una fisgona. No es mi estilo.
Lo que ocurre es que me interesas. Tratandose de un hombre que sabe hacerme lo que tu me has hecho, es natural que quiera conocerlo mas intimamente.
Me impresiona tu habilidad y tu fuerza sexual. Conozco a cientos de mujeres que te darian todo lo que quisieras a cambio de satisfacerlas como me has satisfecho a mi. Si corriera la voz, las mujeres te convertirian en el hombre mas rico de la tierra.
– No sera facil -dijo el amargamente-. Asi debiera ser, claro, pero, ?acaso no has oido hablar del sistema de clases de nuestra maldita sociedad? Las personas como yo, las que cargan con todo el peso del trabajo de nuestro pais, las personas ingeniosas, no tenemos ninguna posibilidad de que nadie se fije en nosotras. Les pagan un dineral a los tipos que saben entenderselas con las acciones y los bienes raices, a los que saben cantar y contar chistes graciosos, pero no se molestan en pagar a cambio de la habilidad capaz de hacer feliz a la mitad de la poblacion, me refiero a la mitad femenina, claro. Me refiero a la capacidad de satisfacer a una mujer.
– Tienes muchisima razon -le dijo ella gravemente.
– Pues claro que la tengo. Por eso estoy atascado. El sistema apesta y yo estoy atascado. Por eso tengo que trabajar despellejandome los dedos ocho horas al dia y, ?para que? Para ganarme simplemente el sustento y nada mas.
– Estoy de acuerdo contigo, es injusto -le dijo ella-. Pero, conociendote, estoy segura de que debes ser muy habil en todo lo que hagas. No me cabe duda de que debes ganar un buen salario. ?Te puedo preguntar cuanto ganas?
– Suficiente -repuso el malhumorado. Y despues anadio-. Suficiente a cambio del trabajo que realizo, pero no es lo que me merezco.
– Lo siento.
– ?Que es lo que sientes? -le pregunto el con un grunido-. Tu eres una ricachona. Dijeron no se donde que ganabas un millon y cuarto al ano.
– Estos informes siempre exageran -dijo ella con fingido enojo.
– Que te crees tu eso.
– Si quieres que te diga la verdad, se exactamente lo que ganaste el ano pasado. Es una cifra de las que se le quedan a uno grabadas en el cerebro-. Ganaste exactamente 1,118,340.00 Ni mas ni menos. Nos encargamos de
