Shively decidio seguir interpretando su papel.

– Carino -le dijo-, te lo dire muy claro. Si no podemos enviar una carta escrita de tu puno y letra, no tendremos mas remedio que enviar tu mano. ?Supongo que eso no te gustaria, verdad?

– No.

Santo cielo, era espantoso, el mismisimo Caligula en persona.

– Muy bien, hermana, ya te comunicare lo que hayamos decidido.

Se tomo la pildora para dormir en la creencia de que no podria conocer su decision hasta el dia siguiente, pero estaba demasiado alborozada ante aquella posibilidad de exito y no conseguia conciliar el sueno.

Despues, mucho mas tarde, cuando ya estaba a punto de sumirse en la inconsciencia, hacia algo menos de media hora, se habia abierto la puerta y ella se habia sobresaltado e incorporado en la cama comprobando entonces que dos de ellos habian entrado en la habitacion.

Uno de ellos habia encendido una lampara -era Yost-y a su espalda Sharon habia visto de nuevo a Shively.

– Ya lo hemos decidido -le dijo Shively acercando una silla para Yost y otra para si mismo-.

Hemos pensado que te gustaria saberlo en seguida.

– ?Estas bien despierta? -le pregunto Yost.

– Bastante -repuso ella y espero conteniendo el aliento.

Yost habia decidido encargarse de las explicaciones.

– Te lo dire muy resumido. Manana cuando estes mas despierta te facilitaremos todos los detalles. Manana te dictaremos una breve nota de rescate. Queremos que la escribas de tu puno y letra. ?A que personas debera enviarse? ?A Felix Zigman?

– Si.

– ?Reconocera tu caligrafia?

– Inmediatamente.

– Le contaras lo que te ha ocurrido. No demasiado, simplemente que has sido secuestrada y que se te mantiene prisionera a la espera de un rescate.

Que estas bien y que seras puesta en libertad una vez se haya efectuado el pago. Le diras que lo haga todo en forma confidencial. Que si lo notifica a la policia o al FBI, jamas volvera a verte viva.

Si hace alguna tonteria con el dinero del rescate, billetes marcados o cosas de ese tipo, los descubriremos inmediatamente y ello sera tu sentencia de muerte.

Nuestras instrucciones acerca de los billetes seran muy explicitas. Le diras a Zigman que publique un anuncio en la seccion clasificada del “Los Angeles Times” cuando tenga preparado el dinero. Cuando se publique el anuncio, le enviaras una segunda nota escrita de tu puno y letra y nosotros se la enviaremos por correo urgente.

En esta nota le indicaras exactamente como y donde depositar el dinero.

Una vez lo tengamos en nuestro poder, nos hayamos cerciorado de que no hemos sido seguidos y hayamos comprobado que los billetes estan bien, seras puesta en libertad inmediatamente en algun lugar de las afueras de Los Angeles. Podras entonces dirigirte a un telefono y te facilitaremos las monedas necesarias para que puedas llamar a Zigman. ?Lo has entendido?

– Si -repuso ella vacilante y despues pregunto-: ?Cuando ocurrira eso?

– ?Que?

– Me refiero a cuando esperais cobrar el rescate y dejarme en libertad.

– Si todo sale bien, de acuerdo con el programa, y no ocurre ningun contratiempo, podras regresar a tu casa el viernes cuatro de julio. Es decir, dentro de siete dias.

– Gracias.

Ambos se levantaron.

– Muy bien, ya estas al corriente de la situacion -le dijo Yost-. Ahora descansa un poco.bLa primera nota la enviaremos manana. Buenas noches.

– Buenas noches.

Se dirigieron hacia la puerta y ya la habian abierto para cuando Shively se volvio y la miro esbozando su helada sonrisa de siempre.

– Oye, ?no te interesa saber lo que pensamos que vales?

– No me atrevia a preguntarlo.

– No temas. Es algo que te enorgullecera. Te dara una idea de lo que pensamos de ti ?Quieres saberlo?

– Claro.

– Un millon de dolares -le dijo el. Tras lo cual la saludo con la mano y se cerro la puerta.

Tendida ahora en la oscuridad y pensando en todo ello, el millon de dolares dejo de revestir importancia. Su caudal neto no se acercaba ni con mucho a la cantidad que le habia comunicado a Shively cuando decidio jugar al juego de la tentacion pero era suficiente, tenia mas que suficiente y tal vez, si las cosas rodaban tal como ella esperaba, pudiera recuperarlo.

Si las cosas no rodaban tal como ella esperaba, no le haria falta mas dinero que el necesario para pagar los gastos de entierro.

En cuanto a la entrega del dinero, estaba segura de que esta no constituiria ningun problema. Conociendo a Felix Zigman como le conocia, sabia que este obedeceria las instrucciones de las notas de rescate.

Era frio e impasible, si bien, bajo su helada capa exterior, Sharon sabia que estaria muerto de miedo pensando en su seguridad. Reuniria el dinero y haria exactamente lo que se le ordenara.

Y dejaria la suma del rescate en el lugar que se le indicara. Pensando exclusivamente en su seguridad, no se atreveria a presentar ninguna denuncia ante las autoridades.

Lo haria todo solo y tal vez confiara unicamente en Nellie Wright o quizas utilizara a la policia de una forma muy discreta y entre bastidores. Si, podia confiar en aquellos que obraban en su nombre.

Quedaba, sin embargo, una pregunta cuya respuesta solo podria conocer al final: ?Podria confiar en que sus secuestradores cumplieran su palabra? Eran unos animales sin principios, muy cierto, pero pertenecian a distintas razas.

Comprendia intuitivamente que Yost, Brunner y el Sonador se mostrarian dispuestos a cumplir con la palabra dada. Si su destino dependiera exclusivamente de ellos, estaba segura de que podria regresar sana y salva a Bel Air, terriblemente asustada pero viva e incolume, dentro de una semana.

Pero sabia que su destino no lo controlaban estos sino que dependia por entero del capricho y la voluntad de Kyle T. Scoggins.

En estos momentos estaba pensando en el cabo Scoggins y no en Shively.

En el cabo Scoggins de pie junto a aquella zanja vaciando su mortifera ametralladora en los cuerpos de aquellos pobres, indefensos y aterrados ninos morenos.

En Scoggins que le habia dicho a alguien que nunca debe dejarse vivo a nadie que pueda mas tarde senalarte con el dedo.

Cuando dispusiera de su parte del dinero, ?como calibraria Shively las posibilidades de que ella pudiera senalarle con el dedo? Su brillante esperanza empezo a nublarse.

Estaba medio dormida pero pudo comprender con terrible claridad que no se atreveria a dejar su posibilidad de supervivencia en manos de Shively.

Su unica garantia de sobrevivir a aquel terrible episodio seria hallar el medio de desplazar la responsabilidad de su seguridad desde el Club de los Admiradores a Felix Zigman, al Departamento de Policia y al FBI.

No debia confiar en que el Club de los Admiradores la devolviera sana y salva junto a las personas que la apreciaban. Tendria que hallar el medio de atraer a estas hacia donde ella se encontrara.

Donde ella se encontrara, donde ella se encontrara: no estaba lejos de Arlington, en las cercanias habia un lago y se trataba de una desolada zona montanosa.

En realidad, era mas que suficiente para que pudieran encontrarla. ?Pero como transmitir la valiosa y salvadora informacion, tan duramente ganada, antes de que fuera demasiado tarde? Una cosa era comunicarle a alguien del exterior que estaba en poder de unos secuestradores.

Haber conseguido tal cosa constituia todo un exito pero no bastaba.

Otra cosa muy distinta era comunicarle a alguien del exterior “ donde” te encontrabas prisionera y esta noche ello se le antojaba un obstaculo insuperable.

Sin un tercer acto, toda su representacion podria considerarse un fracaso. Todo quedaria en agua de borrajas. Si el desenlace no resultaba adecuado, el exito potencial se desvaneceria como por ensalmo.

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