retirado.
Me temo que mis planes de utilizacion de la parte que me corresponde os parezcan muy ridiculos comparados con los vuestros.
Pero a mi edad es dificil cambiar. Desde luego que no me imagino dejando el trabajo y el barrio donde vivo. Es posible que me compre una casa mas grande en la misma zona o que reforme la mia si eso resultara mas economico.
Desde un punto de vista practico, tal vez estudie la posibilidad de ampliar el negocio, asociarme a ser posible con alguien y alquilar unos despachos mas bonitos'.
'Vamos, hombre -le ha dicho el Mecanico burlandose de el-, todo eso que dices es muy aburrido y pesado. Puedes hacer cosas mejores, amigo mio. Divertirte un poco, companero. Tienes un cuarto de millon de dolares. ?No te gustaria pasartelo bien? Comprate uno de esos salones de masaje en los que hay tantas chicas'.
El Perito Mercantil ha esbozado una debil sonrisa.
'Ya he pensado en eso, ya. Creo que me gustaria ser capitalista del club nocturno del senor Ruffalo. El Traje de Cumpleanos.
Dado que le llevo los libros, se cual es el valor exacto de este negocio. Creo que al senor Ruffalo no le importaria aceptarme como socio. Seria un buen negocio.
En cuanto a las mujeres, si, me gustaria encontrar a una joven que resultara adecuada, una joven bonita y discreta a la que pudiera poner un apartamento, que se mostrara agradecida a cambio de mi ayuda e interes y que no fuera tan exigente como para complicarme la situacion matrimonial. Eso seria muy agradable'.
'!Y que lo digas!', ha exclamado el Mecanico.
'Otra otra cosa -ha anadido el Perito Mercantil casi con timidez-. Me gustaria ir a Hunza'.
'?Ir a donde? -le ha preguntado el Mecanico-. ?Que demonios es Hunza?'
Yo hubiera podido informarle pero he preferido permanecer al margen y dejar que hablara el Perito Mercantil.
'Como tu sabes, soy un adepto de la comida sana. En general me interesa cualquier cosa -tanto si es un regimen alimenticio como un lugar geografico-que contribuya a la buena salud y, por consiguiente, a la prolongacion de la vida.
Y ciertamente que los Estados Unidos no constituyen un sitio adecuado para aquellos que se interesan por la longevidad'.
'Tienes razon -le ha interrumpido el Agente de Seguros-.nA este respecto, podria referirte dos datos de nuestras tablas actuariales.
La esperanza de vida del varon americano al nacer es de sesenta y siete anos. En relacion con la esperanza de vida de los varones, existen veinte naciones que nos llevan la delantera.
En Suecia y en Noruega el hombre corriente alcanza la edad de setenta y dos anos y en Islandia y los Paises Bajos alcanza los setenta y uno'.
'Y en Hunza -ha dicho el Perito Mercantil-vive hasta los noventa anos y a veces hasta la edad de ciento cuarenta'.
'Todavia no nos has contado que demonios es Hunza', le ha dicho el Mecanico.
El Perito Mercantil ha asentido como para calmarle.
'Hunza es un lejano y pequeno pais de trescientos veinte kilometros de longitud y uno y medio de anchura situado en un valle himalayo del norte del Pakistan.
Se cree que fue fundado por tres desertores griegos del ejercito de Alejandro Magno que huyeron a dicho valle en union de sus esposas persas.
Hunza es insolito por muchos conceptos. Esta gobernado por un Mir hereditario y su poblacion es aproximadamente de treinta y cinco mil almas. En Hunza no hay aduaneros, ni policia, ni soldados, ni carceles, ni bancos, ni impuestos, ni divorcios, ni ulceras, ni infarto, ni cancer y practicamente no se conoce el delito.
Y tampoco existe aquello que nosotros masoquisticamente calificamos de vejez. En Hunza existen anos jovenes, anos medianos y anos ricos.
En Hunza abundan sobre todo los centenarios. Los visitantes han podido observar que la mayoria de hunzukuts viven hasta los ochenta y noventa anos, con un elevado porcentaje de poblacion que rebasa la edad de cien anos o mas.
En Hunza los hombres conservan la virilidad y son capaces de procrear a los setenta y a los ochenta anos'.
'Pero, bueno, ?que maravilla! -ha exclamado el Mecanico-. ?Y eso como es posible?'
'Nadie conoce la causa. Puede deberse a muchos factores.
No obstante, uno de dichos factores es, sin lugar a dudas, el regimen alimenticio.
La persona corriente consume en Hunza mil novecientas veintitres calorias diarias. La gente se dedica a los cultivos organicos, solo ingiere alimentos naturales, alimentos sin preparar ni aderezar. Por eso yo… -El Perito Mercantil ha vacilado y ha esbozado una timida sonrisa-. Bueno, la comida sana que me veis comer esta adaptada a la tipica dieta Hunza.
Ya sabeis, pan de cebada, albaricoques secos, calabaza, pollo, estofado de vaca, manzanas, nabos, yogourt, te.
Pero bueno, yo siempre he deseado algo mas que limitarme a seguir el regimen alimenticio de Hunza.
Mi autentica ambicion ha sido siempre visitar Hunza, aprender sus secretos y beneficiarme de su Fuente de la Juventud. Es mas, no me importa revelaros un secreto.
Hace anos que tengo preparado el pasaporte en mi despacho y lo renuevo cada vez que caduca por si se me presentara la ocasion de realizar el viaje. Pero el viaje siempre ha estado mas alla de mis medios y mis limitaciones de tiempo.
Ahora, disponiendo de tiempo y dinero, espero poder hacer el viaje dentro de uno o dos anos.' 'Podrias llevarme contigo -le ha dicho el Agente de Seguros-.
Me gustaria confeccionar unas tablas actuariales acerca de las posibilidades de conservar la virilidad mas alla de los cien anos.' 'Cuando organice el viaje, te lo comunicare', le ha prometido el Perito Mercantil.
He observado entonces que el Mecanico me miraba con ojos leganosos.
'Estas muy serio para ser un chico que acaba de heredar una fortuna'.
'Os estaba escuchando', he contestado.
'Formas parte del Club de Admiradores. Tienes que mostrarte activo. Todos hemos manifestado la forma en que pensamos gastarnos nuestro botin. ?Como vas a gastarte el tuyo?'
En realidad, yo no habia pensado todavia en como gastarme mi parte de aquellas ganancias mal adquiridas.
Habia estado escuchando atentamente y llegando a distintas conclusiones como resultado de esta conversacion centrada en que-se-hace-cuando-el-sueno-seconvierte-en-realidad.
Habia observado que esta fantasia de la riqueza habia hecho palidecer primero y suplantado despues la inicial fantasia de la satisfaccion sexual. Ello a su vez me ha inducido a hacer ciertas reflexiones.
Me he preguntado si, una vez convertida en realidad, esta fantasia llegaria a resultar tan poco satisfactoria para los participantes como habian resultado las relaciones sexuales con el Objeto.
'Bueno, ?como te lo vas a gastar?', ha repetido el Mecanico.
'No lo se -he contestado con toda sinceridad-. Tal vez consiga dejar el empleo a horas, que siempre me ha impedido disponer de tiempo para escribir.
Supongo que ahora podre escribir a pleno rendimiento.
Tal vez me aleje algun tiempo de Los Angeles y me vaya a vivir a la “Rive Gauche” de Paris por la experiencia personal que ello significara y por el estimulo creador que me proporcionara'.
'Y por las francesas', ha anadido el Mecanico con su acostumbrada vulgaridad.
Yo no le he hecho el menor caso.
'Me gustaria viajar un poco, ver mundo, ver como viven otras personas.
Creo que un autor necesita un “Wanderjahr”. Tal vez me detenga en Mallorca, en Venecia y Florencia, en Samarcanda y posiblemente en Atenas y Estambul. No se.
Aparte de eso, no he pensado demasiado en el dinero ni en la forma de gastarlo'.
'Podrias convertirte en productor cinematografico -ha dicho el Agente de Seguros-, contratar a tus propias actrices y hacer tus propias peliculas'.
