'No -he contestado-, no me interesa esta faceta de las peliculas.
Me gusta ir al cine, disfrutar de las peliculas y leer comentarios acerca de las mismas. Tal como ya os he dicho, no hay demasiadas cosas que me interese comprar.
A decir verdad, estoy totalmente satisfecho de lo que ahora tenemos. Es lo que siempre he querido'.
El Mecanico se ha preparado chapuceramente otro trago.
'Ya cambiaras de idea. Todavia no estas acostumbrado. Espera a tocar con la mano tu parte del botin'.
'?Y que hacemos con este? -ha preguntado el Agente de Seguros-. Me refiero al botin. ?Os parece que dejemos de beber y empecemos a preparar la nota final de rescate? Tenemos que organizar las medidas necesarias con vistas al cobro del dinero'.
'Vamos, no te preocupes. -le ha dicho el Mecanico-. Ya esta en tu poder. Lo demas vendra por sus pasos contados.
Divirtamonos un poco. Una ocasion asi no se produce todos los dias. Disfrutemos de ella y despues terminaremos lo que tengamos que hacer'.
En ese momento, sin que los demas se dieran cuenta, me he alejado de su presencia.
He salido fuera para buscar un poco de soledad y reflexionar acerca de mi situacion.
Acaba de ocurrirseme pensar que hemos estado tan ocupados celebrando nuestra suerte que nadie ha tenido la delicadeza de informar acerca de lo que ha sucedido a la persona a la que debemos nuestra futura riqueza.
Estara deseando saber si se ha cerrado el trato y si pronto podra regresar a su publico.
Voy a cerrar el cuaderno de notas y a comunicarle la noticia.
Los demas estaban demasiado sumidos en su borrachera para poder percatarse del regreso de Adam Malone al refugio.
Evitando cualquier contacto con ellos, Malone recorrio rapidamente el pasillo y entro sigilosamente en el dormitorio de Sharon Fields.
La encontro vestida con un jersey color purpura y una falda marron, sentada con las piernas cruzadas sobre la tumbona y leyendo.
Al verla, recordo que, desde que se habia redactado y echado al correo la primera nota de rescate del sabado, es decir, desde hacia cuatro dias, ninguno de los demas habia experimentado el deseo de seguir manteniendo relaciones sexuales con ella.
Prueba fehaciente de que el dinero constituia el maximo orgasmo.
El, en cambio, habia sido mas constante, La habia visitado todas las noches, si bien solo se habia acostado con ella dos noches.
Se habian hecho el amor el sabado por la noche.
Ella habia empezado a experimentar molestias menstruales el domingo y estas se habian prolongado a lo largo de todo el lunes y el martes.
Anoche habia estado en condiciones de recibirle de nuevo y la union entre ambos habia constituido una inmensa dicha. Al verle entrar, Sharon puso rapidamente una senal en el libro y lo dejo.
Malone se alegro de comprobar que habia estado leyendo uno de los volumenes que el le habia traido: la coleccion de bolsillo de las obras de Moliere.
Se sento frente a ella y observo que se estaba esforzando por disimular su inquietud.
– Hola, carino -le dijo dirigiendole una fugaz sonrisa y sumiendose de nuevo en su estado de ansiedad-. Me alegro de que hayas venido. He estado oyendo un barullo terrible. ?Que es lo que ocurre?
– He pensado que debemos informarte de ello. Tu representante, el senor Zigman, ha recibido la nota. Siguiendo las instrucciones ha insertado el anuncio en el “Los Angeles Times” de esta manana.
Al parecer, lo tiene todo arreglado. El dinero esta listo. Como es natural, mis amigos se han alegrado mucho. ?Que te parece?
Ya se habia percatado de su suspiro de alivio. Sin embargo, parecio como si la noticia no la hubiera alegrado.
– No se que decir. En cierto sentido, lamentare alejarme de ti. Lo lamentare de veras, carino. Pero, desde un punto de vista mas practico, me alegro de que todo se haya solucionado satisfactoriamente.
No me censuras, ?verdad? La alternativa que se planteaba en la nota no es que fuera muy halaguena que digamos. Si la nota de rescate no hubiera dado resultado, yo habria muerto.
– ?Muerto? -repitio el-. Totalmente imposible. Eso jamas hubiera ocurrido. No era mas que una simple amenaza para asegurarnos el pago del rescate.
– Pues, yo no estoy tan convencida como tu.
En cualquier caso, habida cuenta de la amenaza que pesaba sobre mi cabeza, es indudable que me alegro de mi proxima puesta en libertad. -Se detuvo y anadio-: ?Cuando recogereis el dinero? ?Sera manana o bien el viernes?
– Sera pasado manana con toda seguridad. El viernes, 4 de julio.
Nos hacia falta otro dia para poder enviar la segunda carta con las instrucciones al objeto de que el senor Zigman sepa donde tendra que dejar el dinero.
– ?Cuando, se la vais a enviar? -pregunto ella preocupada-. No olvides que el cuatro de julio es fiesta. No pasa el cartero.
– El senor Zigman la recibira. Se la enviaremos por correo urgente desde una estafeta de correos cercana a su despacho. Lo arreglaremos esta tarde.
Es probable que te la dicte el mas alto. Sera muy breve. Despues yo la echare al correo esta noche o manana por la manana lo mas tarde.
Le dijimos al senor Zigman que estuviera en su despacho manana y el viernes. Por lo tanto, estoy seguro de que alli estara. Y la recibira a tiempo.
– ?Y entonces me soltareis?
– En cuanto regresemos aqui con el dinero.
– ?Tardareis mucho tiempo en efectuar los analisis quimicos?
– No habra analisis quimicos. Lo hemos dicho para asegurarnos de que no marque los billetes. Ahora nadie se atrevera a marcarlos.
Cuando tengamos el dinero en nuestro poder, supongo que nos lo repartiremos. Y entonces ya habremos terminado. Te cubriremos los ojos con una venda y te conduciremos a algun lugar de Los Angeles en el que podamos dejarte sin peligro.
Te aflojaremos las cuerdas de las munecas para que, una vez nos hayamos ido, puedas librarte de ellas, quitarte la venda de los ojos y dirigirte a la casa o gasolinera mas proxima para llamar al senor Zigman y decirle que pase a recogerte. Sera muy facil.
Cuando tengamos el dinero en nuestro poder, seras puesta en libertad.
Sharon guardo silencio por espacio de unos segundos. Mantenia la boca y la barbilla rigidas.
– ?Como sabes que van a soltarme? -le pregunto mirandole directamente a los ojos.
– Porque es el trato, Sharon -repuso el sorprendido ante su preocupacion-. ?Por que no iban a soltarte?
– Tu es posible que lo hicieras -dijo ella muy seria-. Dos de los demas quiza tambien. Pero el cuarto de ellos… me refiero al mas alto de ese no me fio.
– Pero, te fias de tres de nosotros, ?no es cierto? Somos mayoria. No tendra mas remedio que aceptarlo.
– Ya ha roto otras dos veces su palabra haciendo caso omiso del acuerdo a que habiais llegado y de las promesas que me habiais hecho -dijo ella sin mostrarse muy convencida-.
Te prometio que no me violaria pero entro aqui y me violo. Prometio que no intentaria cobrar ningun rescate pero ha seguido adelante y ha convertido esta situacion en un secuestro a cambio de un rescate.
Ahora se ha comprometido, junto con los demas, a ponerme en libertad en cuanto cobreis el dinero. ?Como sabre si esta vez cumplira con su palabra, no habiendolo hecho asi en las restantes ocasiones?
– Pero es que esta vez sera distinto, se tratara del resultado final -dijo Malone muy perplejo-. ?Que otra cosa quieres que hiciera contigo como no fuera ponerte en libertad?
Parecio que ella fuera a contestarle, pero, en su lugar, decidio guardar silencio. Resultaba evidente que estaba preocupada por algo. Malone esperaba que se lo dijera.
– No se -dijo ella al final-. Confio en vosotros tres pero no confio en el. Es violento y cruel. Es de las personas que no se detendrian ante nada en el caso de que alguien se interpusiera en su camino.
Podria llegar a la conclusion de que es peligroso ponerme en libertad no sea que quiera vengarme e intente
