una solucion de compromiso.

Yost prosiguio-: Dado que solo conoce el nombre de Leo y no el nuestro, podriamos amenazarla antes de ponerla en libertad. Asustarla en serio.

Decirle que nos dedicariamos a espiarla por turnos, y que si acudia a la policia y facilitaba a esta el nombre de Leo volveriamos a apresarla.

Le diriamos que permaneceriamos al acecho y nos la llevariamos otra vez. Eso tal vez la indujera a callarse.

– No, eso no me lo creeria ni yo. ?Por que iba a creerselo ella?

– Pues, bueno, escucha entonces la segunda idea, esta podria dar resultado. Si ocurriera lo que nos tememos -no creo que ocurra, pero si ocurriera-podriamos conseguir que Leo abandonara el pais, se trasladara al extranjero y se quedara alli algun tiempo, hasta que se calmaran los animos y se olvidara todo el asunto.

– La policia le agarraria antes de que pudiera subir a un avion o a un barco.

– No ocurriria tal cosa si se largara antes de que la soltaramos.

– ?Y que me dices de la extradicion? -pregunto Shively tras reflexionar unos momentos.

Malone aprovecho la ocasion para exponer otra alternativa.

– Hunza. El quiere irse a Hunza de todos modos. Nadie podria averiguar que estaba alli.

– O a Argelia o algun sitio como el Libano -anadio Yost.

Hasta aquellos momentos, Brunner se habia dedicado a mirar de un lado para otro de Shively a Yost y de Yost a Shively, como un espectador de un partido de tenis demasiado fascinado ante el peloteo verbal como para poder darse cuenta de que el era el objeto del mismo.

Las voleas habian terminado y Brunner comprendio que no era un espectador sino un participante, al oir que Shively se estaba dirigiendo a el.

– Bueno, creo que eso podria dar resultado. Si te quitamos de en medio, Leo, no tendriamos necesidad de librarnos de la chica. Tienes que estar dispuesto a emprender el vuelo el viernes.

Uno de nosotros te acompanara al aeropuerto para comprobar que te vas y despues la pondremos en libertad.

– ?Emprender el vuelo? -pregunto Brunner quitandose las gafas, mirando a sus tres companeros con los ojos contraidos y volviendo a ponerselas-.

No podria hacerlo. No es razonable. ?Y mi trabajo? ?Y mis clientes? Mi mujer no me lo permitiria.

– Tu mujer que se vaya al cuerno -dijo Shively-. Estamos hablando de nuestras vidas, incluida la tuya.

– Pero uno no se larga asi, sin mas. Tienes que estar preparado.

– Ya estas preparado -le dijo Shively-. Tienes el pasaporte en regla. Tendras el dinero. Seras dueno de tu vida. ?No te basta?

– No. Oye, tu no lo entiendes. Uno no se exila asi por las buenas de la noche a la manana. Tendria que dejar arreglados mis asuntos, dejarlo todo resuelto y, ademas, que no me guste. No me gusta vivir en un pais extranjero para siempre.

– Entonces, ?acaso prefieres vivir para siempre en una celda de piedra del pasillo de la muerte? -le pregunto Shively.

– Desde luego que no pero…

Yost se inclino hacia adelante para actuar de mediador.

– Permitidme hacer una sugerencia. Tres de nosotros hemos votado a favor de no causarle ningun dano a Sharon.

Eso ya esta fuera de toda discusion. Aun disponemos de tiempo para reflexionar acerca de los peligros que pueda ser ponerla en libertad estando al corriente del nombre de Leo.

Tal vez bastara con que Leo cambiara de nombre y se ocultara en otra ciudad, por ejemplo, una ciudad del Medio Oeste, donde nadie pudiera encontrarle.

– ?Eso si lo haria! -exclamo Brunner dispuesto a aceptar cualquier solucion de compromiso.

– Bueno, la decision final podemos aplazarla a manana, cuando ya dispongamos del dinero y antes de soltar a Sharon.

Tal vez entonces podamos devolverle a Leo su aspecto normal y uno de nosotros le pueda acompanar a su casa, para que recoja a su mujer y a su cunada, y meterles a los tres en un tren que se dirija a algun lugar aislado.

– Pero, ?como se lo explicare a Thelma? -pregunto Brunner.

– Tratandose de tu trabajo, sera muy facil -repuso Yost-. Un jaleo monetario, un cliente cree que le has falseado los libros para timarle.

Va a acusarte de este delito, Tu abogado te ha aconsejado que te esfumes una temporada. Si tu mujer opone resistencia, creo que tu recien adquirida riqueza lograra calmarla. Si, creo que tendra que ser manana, Leo.

– Muy bien, ya nos inventaremos algo -dijo Brunner deseoso de dar por terminada la discusion y tranquilizar a los demas-.

Hare cualquier cosa que sea razonable con tal de que no tengamos que vernos envueltos en un asesinato.

– Muy bien, Shiv. ?Satisfecho? -pregunto Yost mirando a Shively con expresion radiante.

Shively ingirio el whisky que le quedaba en el vaso.

– Mientras Leo no pueda ser senalado con el dedo por nuestra amiga, estoy dispuesto a soltarla.

– Solucionado -dijo Yost levantandose para dirigirse a la cocina-. Voy a abrir otra botella.

A Adam Malone, que habia permanecido deliberadamente al margen de la comedia que se habia estado interpretando, la accion que se habia desarrollado se le habia antojado fascinante.

Lo que mas le habia fascinado al principio habia sido la intuicion de que habia hecho gala Sharon Fields en relacion con el caracter de Shively.

Habia comprendido que Shively no era digno de confianza, habia observado su tendencia a no cumplir con la palabra dada, y habia predicho y temido que se mostraria dispuesto a llegar a la maxima violencia, con tal de asegurarse la supervivencia.

Malone no tuvo mas remedio que reconocer que Sharon habia estado en lo cierto, y que el se habia equivocado con respecto a la forma en que Shively se comportaria llegado el momento de canjearla por el dinero del rescate.

Malone recordo que habia jurado por sus padres encargarse del cumplimiento del trato con Zigman.

Ahora le renovo a Sharon en silencio esta misma promesa.

Otro descubrimiento que le fascinaba -hasta el extremo de haberse dedicado a hacer conjeturas acerca del mismo a lo largo de todo el periodo de confinamiento en Mas a Tierra-, era la transformacion que se habia operado en sus tres companeros, que, de hombres corrientes y normales (en el sentido de ciudadanos honrados, observantes de la ley y de las normas fiscales), habian pasado a convertirse en unos salvajes, inclinados exclusivamente a la satisfaccion de sus mas inmediatos apetitos.

Habia observado a tres hombres adultos, que, en cualquier sondeo de opinion publica, hubieran podido ser seleccionados como tipicos representantes de los ciudadanos de los Estados Unidos, unirse para convertir en realidad una descabellada fantasia esencialmente inofensiva, participar con ciertas reticencias en un secuestro, pasar rapidamente a convertirse, de los persuasores esperanzados que habian tenido intencion de ser, en unos salvajes y desencadenados violadores, descender ulteriormente y convertirse en secuestradores de los que exigen dinero a cambio del regreso de la victima, y hundirse finalmente en la maxima sima posible, en la que ya se permitian el lujo de hablar como asesinos en potencia calibrando las ventajas de la supresion de la vida de otro ser humano.

La persona civilizada que todos creemos ser, penso Malone, apenas logra disimular la bestia salvaje que todos hemos sido y que podemos volver a ser inesperadamente en cualquier momento.

Observo que Yost habia regresado de la cocina y estaba escanciando mas whisky en el vaso de Shively.

– Muy bien, muchachos -estaba diciendo Shively al tiempo que levantaba el vaso-, brindo por nuestra amistad y por lo que ya sabeis. -Hablaba con voz pastosa y se le estaban cerrando los ojos-.

Muy bien, sera mejor que organicemos la ultima fase, es decir, lo que nos quede por hacer.

Oye, Adams o como te llames, ?que nos queda por hacer?

– Tenemos que tomar una decision acerca del lugar en el que Zigman debe depositar las dos maletas con el dinero -dijo Malone pacientemente-. El lugar exacto.

Debemos indicarle la hora, y el limite absoluto dentro del cual debera depositar el millon de dolares.

Вы читаете Fan Club
Добавить отзыв
ВСЕ ОТЗЫВЫ О КНИГЕ В ОБРАНЕ

0

Вы можете отметить интересные вам фрагменты текста, которые будут доступны по уникальной ссылке в адресной строке браузера.

Отметить Добавить цитату