Tras lo cual se habia transformado en un torbellino de actividad y le habia encomendado al teniente Trigg toda una serie de medidas de emergencia.

Ponte en contacto con el agente Westcott del FBI del 11000 del paseo Wilshire, informale del caso, dile que vamos a enviarle de inmediato copias de las dos notas de rescate y que las transmita a la central del FBI de Washington para que las examinen y descifren.

Envia aqui otros tres vehiculos de patrulla. Que las fuerzas del equipo de emergencia se pongan en marcha.

Que empiecen a buscar la posible existencia de cartas amenazadoras enviadas a la senorita Fields y recibidas en los estudios Aurora.

Que empiecen a interrogar inmediatamente a los amigos y conocidos de la senorita Fields y que busquen en esta zona de Bel Air las posibles pistas llamando puerta por puerta.

Comunicame en cuanto la sepas la identidad del cadaver de Topanga Canyon. Que la senora Owen transmita el boletin sobre la senorita Fields a traves del “Clets”. Procuremos que no trascienda a los medios de comunicacion.

?Como? ?Que Lopez dice que Sky Hubbard ha revelado la noticia del secuestro de Sharon Fields hace veinte minutos? ?Maldita sea! Bueno, menos mal que no conoce los detalles y podemos mantenerlos en secreto. Diles a los muchachos que mantengan la boca cerrada. ?En marcha!

Trigg abandono como un rayo la estancia y se puso en movimiento toda la maquinaria de las fuerzas destinadas al mantenimiento de la ley y el orden.

– ?Y de que va a servir todo eso? -pregunto Zigman-. Usted mismo ha reconocido que, si perdiamos la partida, tal vez ya no tuvieramos tiempo de salvar a Sharon.

Culpepper no se molesto siquiera en disimular la gravedad de la situacion. Reconocio que las circunstancias les eran desfavorables.

– No obstante, segun el ultimo informe recibido, no parece que al mensajero encargado de la recogida de las maletas del rescate le acompanara otra persona.

No se ha descubierto a nadie intentando abandonar la zona. Por consiguiente, si la suerte nos acompana, quienquiera que se haya quedado vigilando a la senorita Fields, suponiendo que haya alguien, no se ha enterado de nuestra emboscada y es posible que tarde un rato en enterarse. Eso nos permite disponer de un poco de tiempo.

– Pero, ?de cuanto tiempo? Ahi esta lo malo -dijo Zigman-. Los medios de comunicacion se han enterado del secuestro. Averiguaran lo que ha ocurrido en Topanga. El bloqueo de las carreteras, los helicopteros, la ambulancia, lo averiguaran todo.

– Si, es cierto. Es probable que ya se hayan enterado -reconocio Culpepper sin evasivas.

– Lo proclamaran a los cuatro vientos por la radio y la television y lo publicaran los periodicos -dijo Zigman.

– Asi es. Pero quienquiera que este vigilando a la senorita Fields, dondequiera que este, tal vez no disponga de aparato de radio o television o, caso de disponer de ellos, tal vez no los tenga encendidos.

Aunque se entere de lo que ha sucedido en Topanga, creo que disponemos todavia de media hora o tal vez de una hora.

– ?Es horrible! -exclamo Nellie llorosa-. ?Pobre Sharon, pobrecilla! Sono musicalmente el telefono y todos guardaron silencio mientras Culpepper, sentado en el mullido sillon giratorio de Nellie, lo descolgo.

– Aqui el capitan Culpepper -dijo este-. Muy bien, digame. -Contestaba en monosilabos y no cesaba de anotar datos en su cuaderno amarillo. Al final dijo-: Entendido. Gracias, Agostino.

Sigo aqui. Mantengase en contacto conmigo. -Colgo y dijo al sargento Neuman-. Ya se ha llevado a cabo la identificacion. -Giro un cuarto de circunferencia y se dirigio a Zigman y Nellie-. Han identificado el cadaver del mensajero.

Howard Yost. Cuarenta y un anos. Estatura, un metro ochenta. Peso, ciento diez kilos. Se ha saltado la tapa de los sesos, cabello castano y, al parecer, con bigote postizo.

El cadaver ha sido enviado al forense para la practica de la autopsia. -Culpepper reviso las notas del cuaderno y anadio-: Antecedentes estables.

Graduado por la Universidad de Berkeley, de California. 'Tackle' derecho de un equipo de futbol americano ganador de campeonatos y jugo el 'Rose Bowl'.

Agente de seguros independiente por cuenta de la Compania de Seguros de Vida Everest.

– Es una empresa muy importante -le interrumpio Zigman-. Una firma respetada.

– Yost era propietario de una casa en Encino -dijo Culpepper asintiendo-. Llevaba catorce anos casado con Elinor Kastle Yost. Dos hijos. Timothy, de doce anos, y Nancy, de diez.

Y, si, aparte alguna que otra infraccion del trafico, sin antecedentes penales. Todo limpio hasta ahora. -Sacudio la cabeza-. Esta claro que no era un criminal encallecido.

– ?Como es posible que un hombre semejante hiciera eso? -pregunto Nellie.

– No se, no se -repuso Culpepper suspirando y arrojando el cuaderno sobre el escritorio.

– Probablemente debia estar atravesando algun apuro economico -tercio el sargento Neuman.

– Tal vez -dijo Culpepper encogiendose de hombros y dirigiendose una vez mas a Zigman y a Nellie-.

Como es natural, el dinero del rescate ha sido recuperado. Intacto.

– Que importa eso ahora -dijo Zigman.

– En el bolsillo de la victima se han encontrado unas llaves de automovil.

En estos momentos es probable que ya hayan encontrado su vehiculo y es posible que ello nos facilite alguna pista. En estos momentos los investigadores ya han salido para el domicilio de Yost al objeto de comunicarle la noticia a su esposa e interrogarla.

Es posible que eso nos permita obtener otra pista. Nuestros hombres interrogaran tambien a los vecinos, amigos y companeros de Yost, en un intento de averiguar alguna cosa.

Hemos enviado tambien algunos hombres a la compania de seguros de Yost.bDe momento, es todo lo que tenemos. Tendremos que armarnos de paciencia.

– ?Paciencia? -pregunto Nellie indignada-. Esta pasando el tiempo y Sharon se esta acercando a la muerte a cada minuto que pasa, eso si no esta muerta.

– Lo siento, senora.

– Perdone -se disculpo Nellie rapidamente-. Se que estan haciendo todo lo que pueden.

Zigman saco otro puro.

– ?Cuando cree que recibira la nota de rescate descifrada? -pregunto.

Culpepper giro en su asiento y miro el reloj que habia sobre el escritorio de Nellie.

– Dentro de una hora y media. O tal vez antes si tenemos suerte.

– No sera con la suficiente rapidez -dijo Nellie sacando un panuelo y sonandose la nariz-. Dios mio, me siento culpable porque no puedo recordar esta maldita clave.

Culpepper la miro fijamente.

– “Si” es que hay una clave, senorita Wright -dijo sin animo de provocarla, como hablando consigo mismo-. Al fin y al cabo, esta usted trastornada, todos nos trastornamos a veces y la memoria puede gastar unas bromas muy extranas.

Nellie Wright se inclino hacia delante.

– Capitan, “habia” una clave. No estoy tan loca como para inventarme cosas que no existen.

Ahora lo recuerdo claramente fue la manana en que se termino de rodar la pelicula, encontre una nota sin sentido sobre el escritorio y no la entendi hasta que vi que Sharon la habia firmado con el nombre de 'Sharon Lucie Fields', es decir, anadiendo el nombre de la heroina que acababa de interpretar en la pelicula. Por consiguiente…

Nellie se detuvo en seco.

Para su asombro, el capitan Culpepper la estaba mirando con una extrana expresion en los ojos.

– Senorita Wright -le dijo este suavemente-, ?la manana en que se termino de rodar “que” pelicula? Digame que pelicula.

Nellie le miro asombrada y parpadeando.

– Pues, la pelicula en la que se utilizaba la clave, formaba parte del argumento. Asi fue como empezo Sharon a utilizarla. -Subitamente se acerco la mano a la boca-. Dios mio -exclamo con voz entrecortada.

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