Culpepper y Neuman se agacharon al lado del mapa.

El lapiz de Culpepper se convirtio en un puntero.

Arlington esta aqui. ?Y estas Gavilan Hills que se encuentran a unos quince kilometros al sur? Agua… Dios mio, en mi vida he visto tanta agua.

Hasta en el mismo centro de Riverside hay un laguito, el lago Evans. Vamos a ver. Volvamos a estos montes.

Aqui esta la presa Mockingbird pero se encuentra demasiado cerca de la ciudad. ?Y el lago Mathews? -Miro a los demas-Tambien es una presa. ?Llamarian ustedes 'agua' a una presa?

– Yo, si -dijo Trigg.

– Muy bien. Esos dos estan un poco lejos, el lago Perris y el lago Elsinore. -Miro perplejo a los demas-. ?Que les parece?

El sargento Neuman poso en el suelo el cuaderno amarillo y senalo las palabras del mensaje: “Arlington, agua, montes”.

– Creo que intenta decirnos que se encuentra en las colinas no lejos de una extension de agua cercana a la ciudad de Arlington.

– Muy bien -dijo Culpepper mostrandose de acuerdo-, eso ya limita mas las cosas.

Si lo interpretamos bien, ello significaria que se encuentra por estos montes en proximidad de la presa Mockingbird o mas probablemente del lago Mathews. -Culpepper solto el lapiz y se puso en pie-.

Nos basta para poder actuar. Neuman, pongase en contacto con las oficinas del sheriff de Riverside y digales que nos preparen un cuartel general de urgencia en algun lugar de Arlington.

Digales que desplacen alli a la mayor brevedad posible su unidad movil. No tenemos ni un minuto que perder.

Trigg, ponte en comunicacion con el jefe superior y ordena que se traslade a Arlington todo el equipo de urgencia. Yo pedire ahora mismo por telefono dos o tres helicopteros para trasladarnos alli. En su atolondramiento, se habia olvidado de Nellie y Zigman pero ahora se percato de la presencia y de los temores de estos.

Procuro tranquilizarles con una sonrisa pero no lo consiguio.

– No se que decirles -les dijo-. Dentro de media hora estaremos recorriendo todo Arlington, todos aquellos montes y todos los lagos.

Esta chica es muy lista y valiente y nos ha dado la posibilidad de que la salvemos. -Trago saliva-. No se si podremos hacerlo.

Pero podemos intentarlo, es lo unico que puedo decirles, podemos intentarlo.

A punto de marcharse, Culpepper se volvio hacia Nellie Wright y esta vez consiguio esbozar una leve sonrisa.

– Esta pelicula que hemos estado viendo, algun dia me gustaria ver el final. Quisiera saber si logro sus propositos.

En el mismo centro de la zona comercial de Arlington, en medio del aparcamiento vacio de la tienda de muebles McMahan, se habia instalado la unidad movil del “sheriff” del condado con todo su equipo de operaciones.

En el interior del moderno vehiculo, el capitan Chester Culpepper se encontraba de pie frente a toda una serie de planchas de corcho fijadas a las paredes.

Sobre cada plancha habia un mapa geologico de los Estados Unidos a escala 1:24,000 con la topografia detallada de distintos sectores montanosos de las cercanias de Arlington y de otras zonas del condado de Riverside.

En cada mapa se especificaban las distintas categorias de carreteras con distintos colores y simbolos segun se tratara de carreteras para vehiculos pesados, medianos o ligeros o bien de caminos no asfaltados.

El capitan Culpepper estaba estudiando con todo detalle estas carreteras. En determinado momento le dijo en voz baja al teniente Trigg:

– Como es natural, es posible que llegaran con su vehiculo a su lugar de destino sin utilizar carretera alguna.

El teniente Wilson Trigg se hallaba inclinado sobre el escritorio de la unidad movil en ausencia del “sheriff” de Riverside, Bruce Varney, que dirigia las operaciones exteriores.

Trigg aparecia rodeado del mas moderno y sofisticado equipo de comunicaciones y laboratorio que imaginar se pueda.

Aparte los tres telefonos que habia encima del escritorio, disponia de una radio que le ponia en comunicacion con los coches patrulla y de las otras cinco radios que habia en el vehiculo. A su lado habia un teletipo portatil y detras un aparato de 'videotape'.

En aquellos momentos Trigg estaba examinando una serie de papeles en los que figuraban los informes de los investigadores y patrulleros que rastreaban las principales carreteras de las inmediaciones de las Gavilan Hills y los resultados obtenidos tras mostrarles a los rancheros y propietarios de la zona las fotografias multicopiadas de Howard Yost.

– No estoy seguro de que se parezca mucho -les habia dicho Culpepper a los jefes de equipo de emergencia y al “sheriff” Varney de Riverside al distribuir las impresiones en blanco y negro-. Esta fotografia le fue sacada hace tres anos para el carnet de conducir.

No hemos podido conseguir ninguna otra de su mujer. Esta ha sufrido un ataque y han tenido que administrarle sedantes. Pero su secretaria nos ha dicho que solia ir bien afeitado y que llevaba el cabello corto.

Nuestras pruebas de laboratorio indican que probablemente llevaba un poblado bigote postizo y unas patillas largas postizas.

Nuestros dibujantes se han encargado de pintarle bigote y patillas.

Las pruebas han demostrado tambien que se habia tenido el cabello de un color mas oscuro que el suyo. No se si estas fotografias serviran de gran cosa pero muestrenlas por si alguien le reconoce.

Es lo mejor que podemos hacer. Ahora, a juzgar por la expresion del rostro del teniente Trigg, resultaba evidente que ningun ranchero ni habitante de las zonas mas pobladas de las colinas habia visto a nadie que se pareciera a Howard Yost en el transcurso de las dos semanas ultimas.

Sentados discretamente en dos sillas plegables colocadas en el interior del remolque, ambos al borde del agotamiento, Felix Zigman, mascando un puro sin encender, y Nellie Wright, haciendo distraidamente trizas un panuelo Kleenex, observaban a Trigg y a Culpepper en cuyos rostros se observaban signos evidentes de desaliento.

El descubrimiento de la clave de la nota de rescate de Sharon y la pista general acerca de su posible paradero habian ejercido en Felix Zigman y Nellie Wright el fugaz efecto de una inyeccion de adrenalina.

La rapidez con que se habia organizado la operacion conjunta de los distintos centros policiales les habia inducido a abrigar nuevas esperanzas en relacion con la posibilidad de que Sharon Fields pudiera ser encontrada con vida antes de que fuera demasiado tarde.

Aturdidos por la velocidad de la operacion, ambos habian perdido la nocion del tiempo.

Una hora antes o tal vez menos el helicoptero mas grande del Departamento de Policia de Los angeles, un Bell Jet Ranger A-4, habia tomado tierra en la propiedad Fields. Era un helicoptero de los que se utilizan en operaciones de emergencia, capaces de albergar a cinco personas, incluido el piloto.

Zigman y Nellie habian subido a bordo del mismo en compania de Culpepper, Trigg y Neuman, les habian seguido en dos helicopteros Bell 47-B mas pequenos.

En constante comunicacion con el Departamento de Policia de Los angeles y la oficina del “sheriff” del condado de Riverside, el gran helicoptero habia realizado el vuelo desde Bel Air hasta el mismo corazon de Arlington en cuarenta minutos y sus pasajeros habian desembarcado en el aparcamiento de la avenida Magnolia cuyo trafico estaba siendo controlado por oficiales motorizados.

Varios oficiales de la policia acordonaban la zona para impedir el paso a los mirones.

Zigman y Nellie habian seguido al rapido Culpepper y a sus ayudantes a traves del aparcamiento bloqueado del que habian sido apartados los automoviles de los compradores y en el que ahora se encontraba el enorme remolque.

Se encomendaron misiones a los ayudantes del “sheriff” de Riverside y a varios oficiales del Departamento de Policia de Los Angeles y empezaron a llegar automoviles con hombres clave del equipo especializado de emergencia

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