De alguna parte salieron dos agents de police. Randall sintio el frio del metal en las munecas y vio que estaba esposado.

Dirigio la mirada hacia las hileras de bancos, evitando a Angela y fijandola en Wheeler, Deichhardt y Fontaine, que jubilosos se reunian en torno al dominee De Vroome.

Al mirarlos, en la mente de Randall surgio un pensamiento. Sacrilegio o no, se le habia metido en el cerebro, y alli permanecio.

Padre mio, perdonalos, porque no saben lo que hacen.

«Padre -corrigio-, perdonalos, no por lo que me estan haciendo a mi, sino por lo que estan haciendo al Espiritu Santo y a la Humanidad incauta, impotente y credula de todo el mundo.»

Otro mal momento (no malo, en realidad, sino estremecedor, increible y algo extrano) paso media hora despues, cuando estuvo de vuelta en el Depot.

Lo habian condenado a ser expulsado de Francia, por su propia cuenta, como elemento indeseable. El inspector Bavoux, de la Garde Republicaine, le habia solicitado dinero para pagar su billete de ida a Nueva York. Randall habia buscado su cartera y su cheques de viajero, y habia recibido la desagradable sorpresa de ver que no tenia consigo la suma necesaria. Y le habian aconsejado que mas le valdria conseguir el dinero en alguna parte de inmediato.

Randall recordo que no llevaba encima los veinte mil dolares que habia depositado en la caja fuerte del «Hotel Excelsior», en Roma. Antes de salir hacia Paris, habia arreglado con el cajero del hotel que le fueran transferidos a su cuenta bancaria en Nueva York. Como le faltaba aquel dinero, su primera idea fue telefonear a Thad Crawford o a Wanda para que le enviaran la suma necesaria, pero recordo que tenia un amigo intimo en Paris.

Asi que telefoneo a Sam Halsey, de la Associated Press, desde la oficina del guardian.

Sin entrar en todos los intrincados detalles de Resurreccion Dos, el Nuevo Testamento Internacional y el fragmento de papiro de Lebrun, dijo a Halsey que lo habian detenido en la aduana de Orly, ayer, por traer un objeto de arte no declarado. Agrego que se trataba de un error, pero que no obstante lo tenian detenido en el Depot del Palais de Justice.

– Necesito algo de dinero, Sam. De momento no tengo lo suficiente. Te lo enviare desde los Estados Unidos dentro de unos dias.

– ?Necesitas dinero? ?Cuanto? Lo que tu quieras.

Randall le dijo cuanto queria.

– Te lo envio en seguida -dijo Halsey-. Espera un minuto. Steven. No me has dicho… ?te declaraste culpable o inocente?

– Inocente, naturalmente.

– Bien, ?y cuando te van a juzgar?

– Me juzgaron esta manana y me declararon culpable. Tanto la sentencia como la multa fueron suspendidas. Me confiscaron mis bienes y me van a expulsar de Francia. Por eso necesito el dinero.

Hubo una pausa prolongada al otro extremo de la linea.

– Vamos a ver si ponemos esto en claro, Steven -dijo Halsey-. Te detuvieron… ?Cuando?

– Anoche.

– ?Y te juzgaron y sentenciaron esta manana?

– Asi fue, Sam.

– Esperame, Steven… tal vez uno de los dos este loco, pero eso no puede ser… quiero decir que las cosas no funcionan asi en Francia. Mas vale que me digas que sucedio esta manana.

Simple, brevemente (consciente de que sus guardianes lo rondaban), Randall relato a Halsey lo que pudo acerca de la audiencia ante el juge d'instruction, el veredicto y la sentencia.

Al otro extremo del hilo telefonico, Halsey tartamudeaba estupefacto:

– Pero… no puede ser. No puede… no tiene sentido. ?Estas seguro de que sucedio tal como me lo has contado?

– Sam, por Dios, eso fue exactamente lo que sucedio. Hace unas horas que lo vivi. ?Por que habria yo de inventarlo?

– ?Dios mio! -exclamo Halsey-. En todos los anos que llevo aqui… bueno, he oido rumores de tribunales fingidos y de farsas judiciales… pero esta es la primera vez que escucho esto directamente de labios del involucrado.

Randall estaba completamente desconcertado.

– ?Que quieres decir? ?Que tuvo de malo?

– ?Que tuvo de bueno, querras decir! Escucha, Steven, mi querido extranjero inocente: te han tomado el pelo, te han encarcelado falsamente. ?No sabes nada acerca de los procedimientos juridicos franceses? Claro esta que te acusan de un delito. Claro esta que te llevan ante un juge d'instruction para que declares. Pero eso solo una vista preliminar. Un juge d'instruction no tiene poder judicial ninguno, para rendir un veredicto ni dictar una sentencia. Solo puede decidir si hay sobreseimiento (y en ese caso se renuncia a los cargos), o si se sigue la accion (en cuyo caso pasa al Parquet). Si se te somete a proceso, pasan de seis a doce meses antes de que comparezcas a juicio, frente a tres jueces del Tribunal Correctionnel. Es entonces cuando se celebra un verdadero juicio, con fiscal y abogado defensor, todo el procedimiento, antes de que se rinda un veredicto. La unica excepcion a ese procedimiento (y es rara) es cuando lo agarran a uno en flagrant delit, en el acto del crimen, y sin que quepa duda alguna al respecto. Entonces, y solo entonces, se te puede llevar inmediatamente a juicio ante el Tribunal de Flagrant Delit… lo cual seria mas parecido a lo que tu acabas de pasar, salvo que de todos modos habria tres jueces, un fiscal suplente y un abogado de la defensa. Pero, al parecer, no sucedio asi contigo…

– No, definitivamente no fue asi.

– Lo que hicieron contigo… parece ser una falsa combinacion de ambos procedimientos… pero nada tiene que ver con la Ley francesa, al menos como yo la entiendo.

Sin embargo, Randall recordaba que la Policia le habia ofrecido la oportunidad de buscarse un abogado, probablemente para tranquilizarlo, para evitar cualquier sospecha. Y tambien recordo que le habian dificultado el asunto, diciendole que si buscaba consejo legal la vista de la causa tardaria mas. Pero se pregunto que habria pasado si hubiera solicitado un abogado. La respuesta parecia obvia. Los que controlaban el asunto habrian modificado el procedimiento programado por algo que se apegara a la Ley francesa, aunque ello implicara una publicidad indeseable. Pero, de cualquier modo, Randall comprendia que el resultado habia sido determinado de antemano. El veredicto tenia que ser de culpabilidad.

– No cabe duda -decia Halsey-. Se trataba de un tribunal fingido; te aplicaron un sabroso encarcelamiento falso -hizo una pausa-. Steven, parece como si alguien de muy arriba, pero muy arriba, quisiera quitarte de en medio aprisa y sin hacer ruido. No se en que estaras metido, pero debe ser algo muy importante para alguien.

– Si -dijo Randall sombriamente-, es muy importante para alguien… para varias personas.

– Steven -apremio Halsey-, ?quieres que intervenga en esto?

Randall considero la proposicion de su amigo. Al fin, dijo:

– Sam, ?te gusta trabajar en Francia, en Europa?

– ?Que quieres decir? Me encanta…

– Entonces no intervengas.

– Pero la justicia, Steven… ?que me dices de la justicia?

– Dejamelo a mi -hizo una pausa-. Agradezco tu interes, Sam. Ahora, enviame el dinero.

Randall colgo.

«La justicia», penso.

«.Liberte, Egalite, Fraternite», penso.

Entonces comprendio que esas palabras eran solamente la promesa de Francia. Pero no lo habia juzgado Francia, el mero poder de un Gobierno. Lo habia juzgado un superpoder. Lo habia juzgado Resurreccion Dos.

Aquella radiante manana del viernes en que salio de la carcel, la noticia estaba ya por todas partes. Era el relato mas estupendo que habia oido en toda su vida, penso Randall.

En todos los anos que llevaba sobre la Tierra, estaba seguro de que nunca nada habia superado la difusion y atencion que se habian concedido a este evento. Ciertamente, cuando se anunciaron el ataque japones a Pearl Harbor, la caida de Berlin y la muerte de Hitler, el lanzamiento del Sputnik I al espacio exterior, el asesinato de John

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